El fútbol colombiano no tiene memoria
En España y Argentina varios clubes cuentan con museos y departamentos de historia. En Colombia la cultura “futbolera” posee muchos vacíos. Millonarios tiene museo, pero no un archivo. ¿Qué pasa con las demás instituciones?
Andrés Osorio Guillot
Al fútbol en Colombia lo hemos subestimado, pero también lo hemos manchado por permitir que la corrupción y el narcotráfico calaran en sus filas y en sus intereses, es por eso que muchos lo empezaron a ver como negocio y dejaron de verlo como un deporte con tintes culturales.
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Al fútbol en Colombia lo hemos subestimado, pero también lo hemos manchado por permitir que la corrupción y el narcotráfico calaran en sus filas y en sus intereses, es por eso que muchos lo empezaron a ver como negocio y dejaron de verlo como un deporte con tintes culturales.
El fútbol es un vehículo de transformaciones sociales y de visiones políticas. Los antecedentes a nivel mundial sugieren que el deporte, pero en especial este que nos compete, ha sido utilizado por gobiernos para abanderar sus discursos o para reconstruir comunidades que se han visto afectadas por la violencia y la desigualdad. Cada una de estas historias se ha podido contar porque existen algunos hinchas que fueron testigos o que decidieron peregrinar en los periódicos y en las victorias detrás de los trofeos para encontrar los datos, las anécdotas y los secretos que conforman los mitos y las leyendas de sus clubes o sus selecciones.
“En serio, no hay nada. Nosotros no tenemos clubes. Tenemos equipos de fútbol. No hay una conciencia clara de que las instituciones necesitan que la gente conozca su historia, sus gestas, sus triunfos. De pronto, por ahí, aparecen algunos hinchas que mueven el asunto. Si no le interesa a la Dimayor o a la Federación, ¿qué interés van a tener los clubes?”, explica Guillermo Ruiz Bonilla, historiador del fútbol colombiano que se ha encargado de escribir libros sobre Millonarios, Santa Fe, Nacional, Medellín, Cali, América, Júnior, entre otros.
Además de los museos, varios clubes en España, Inglaterra y Argentina cuentan con departamentos de historia, que van de la mano con literatura sobre fútbol y que conforman una cultura alrededor del deporte que revela los esfuerzos y los datos más curiosos de los pequeños y grandes acontecimientos. En Argentina, por ejemplo, los clubes tienen un alto sentido de pertenencia por los archivos que resguardan a las viejas glorias, también porque le apuestan a un proyecto articulado donde los campeones y referentes siguen siendo parte de la institución en divisiones menores o en las partes administrativas. ¿No crecería el fútbol en Colombia si los más pequeños son recibidos en los equipos que entrenan por personas como Willington Ortiz, Alejandro Brand, Carlos Alberto Pandolfi, Luis Alfonso el Bendito Fajardo, Jorge Aravena, entre otros? ¿No crecería la cultura del fútbol y la conciencia de hinchas y jugadores si las instalaciones de sus equipos contaran con archivos y museos de sus glorias y sus curiosidades?
Para entender este lado del fútbol, que poco ha interesado en Colombia, hablamos con Javier Roimiser, director del Departamento de Historia de Argentinos Juniors.
¿Cómo se crea y se trabaja en un departamento de historia en un club de fútbol?
La introducción de un departamento de historia en un club tiene interrelación con dos grandes áreas: prensa y mercadeo. La tarea del departamento es difundir hechos de trascendencia histórica y darle el contexto que permita su difusión y fomentar actos de relevancia para que tanto los aficionados como los protagonistas de los hechos se sientan halagados de pertenecer.
Como hinchas exigimos que los jugadores tengan sentido de pertenencia por la institución. ¿Es ahí donde el departamento de historia cumple un papel fundamental para crear una identidad?
El departamento de historia trabaja más allá del sentido de pertenencia. Para un historiador y estadígrafo de fútbol tiene tanto valor aquel jugador de trascendencia como el que jugó apenas un puñado de minutos. Todos, de una u otra manera, fueron o son parte de la historia. Obviamente que uno se ampara en el sentido de pertenencia para trascender y crecer.
¿Cómo se forma al hincha y al jugador sobre la historia del club, que también podría ser la historia del país según los acontecimientos? ¿Sí es uno de los propósitos formar a quienes están en el club?
Uno al hincha tiene que llegarle con cosas que sepa que le van a movilizar algo. En el caso de Argentinos Juniors, permanentemente volvemos sobre Diego Armando Maradona o sobre el gran equipo multicampeón (1984-85) que le ganó una Copa Libertadores al América. O sobre los jugadores formados en las divisiones juveniles que han tenido trascendencia nacional o internacional. Pero también se tiene que hablar de hechos no tan gratos, como puede ser una derrota que marcó una época o un jugador que venía con sus pergaminos a cuestas, pero no logró destacarse. Todo es historia, lo bueno y lo no tanto.
Como bien lo menciona Guillermo Ruiz al comienzo de este artículo, algunos hinchas se encargan de escribir la historia que no encuentran, es por eso que hablamos con Diego Caldas, quien se ha encargado de reconstruir por su cuenta la historia de Millonarios.
¿Por qué cree que en Colombia no existen este tipo de espacios dentro de los clubes?
En Colombia jamás existió la iniciativa de preservar la historia de los equipos de fútbol, y eso queda demostrado con tantos objetos que andan dispersos por ahí y que deberían estar, si existieran, en los museos de los diferentes equipos. Por ejemplo, el único trofeo ganado por el Unión Magdalena en 1968 estuvo refundido durante bastante tiempo… creo que la Dimayor les dio una réplica en 2016, porque jamás apareció.
¿Cómo ha llevado a cabo su rol como historiador de Millonarios? ¿Qué trabas ha encontrado y qué anécdotas recuerda tanto de usted al encontrar datos interesantes como de sucesos del club que pocos conocen?
En mi caso, soy un apasionado por el tema desde niño, cuando leí las primeras revistas de Millonarios en los 80, leía una y otra vez esos hechos históricos del club y se los contaba a mis amigos en el colegio. Hoy en día aún me lo recuerdan, y eso que muchos son hinchas de otros equipos. Ahí empezó el rol de historiador.
En 2001, tras la consagración de Millonarios en la Copa Merconorte, con un amigo, Jhon Ramos, rescatamos de una caneca en las oficinas del club el fax que había enviado Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, felicitando al equipo. Ese fue el punto de inflexión para querer recuperar definitivamente la historia del equipo del que mi papá me hizo hincha… es preservar el legado que él me dejó.