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Algunas veces, los patrones de conducta ayudan a entender lo que pasa en una cancha de fútbol, si bien este deporte suele ser tan impredecible. Y si estos se repiten, para bien, es mucho más sencillo explicar lo que sucede.
Este domingo, Tolima, el Tolima de Hernán Torres, tuvo el comportamiento que se le vio a lo largo del campeonato: agresivo, ordenado, inteligente. Y por eso es que el club de Ibagué derrotó a Millonarios 2-1 y se coronó campeón del fútbol colombiano (3-2 marcador global).
Y no importó estar abajo en el marcador por el golazo de Daniel Ruíz, un remate que bien pudo tener la intención de un centro, pero que por la velocidad, el viento, el efecto -tantos factores- se metió en el arco de un Álvaro Montero tan sorprendido como todos.
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Festejo para el volante zurdo por su primera anotación con el club embajador a sus 19 años. Sin embargo, la casualidad y la suerte, como sucedió antes - quizá contra Santa Fe en el segundo semestre de 2017 con el gol de Henry Rojas- no siempre puede solucionar los problemas de funcionamiento, los nervios, la desorganización, la falta de ideas y tantas cosas que le pesaron al equipo de Alberto Gamero.
A Millonarios la ventaja le duró 38 minutos, tiempo en el que Tolima no cambió sus intenciones y siguió volcado en el ataque. Y de tanto ir y tanto presionar llegó el empate en una acción que no parecía de peligro y en la que Juan Fernando Caicedo puso el 1-1 de cabeza, en el segundo palo, solo.
Un golpe duro para Millonarios, un nocaut. Y mientras los jugadores azules se reponían, llegó otra anotación, un descuido atrás, Caicedo autohabilitándose con la cara y rematando frente a un Christian Vargas que no pudo hacer nada. El primer festejo de Tolima fue en el 61′, el segundo en el 69′.
Y Millonarios, que soñó con la estrella 16, extrañó a Cristian Arango, que estuvo en la tribuna, que saltó con el gol de Ruíz, que se quedó absorto con el doblete de Caicedo, de la figura del partido, del hombre que sabe proteger la pelota, jugar también con su cuerpo, con la fuerza del otro y la propia.
El tiempo se agotó, la pólvora y el estentóreo de las afueras, se calmó. Hubo silencio de un lado. Millonarios, que no jugó a ganar, sino a no perder, no pudo lograr la hazaña y Gamero se quedó sin la opción de ser campeón como jugador (1988) y entrenador con el cuadro azul.
Del otro lado, la alegría de Hernán Torres, el DT ibaguereño que, paradójicamente, ya sabía lo que era ganar un título en El Campín. Solo que esa vez, en 2012, fue con Millonarios.
Festejo para una institución que sabe lo que es levantar trofeos en cancha ajena, como lo hizo en 2018 en el Atanasio Girardot frente a Atlético Nacional.
Atrás quedó el problema de los premios, de las promesas y los roces. Ahora, todos, directivas y jugadores, a celebrar, porque Tolima es el primer campeón de este 2021, de un campeonato que tuvo que sortear las dificultades del nuevo fútbol y de los problemas de orden público en el país.
¡CAMPEONES! ¡CAMPEONES! ¡LA TERCERA LLEGÓ! ¡GRACIS DIOS MIO! 🌟🌟🌟 pic.twitter.com/2hndbTlgTN
— Club Deportes Tolima S.A⭐️⭐️ (@cdtolima) June 20, 2021