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                                                                                                                                  James Mina Camacho: música en el arco

                                                                                                                                  En su natal Padilla (Cauca) se enamoró del campo y del fútbol. Se destacó en unos Juegos Nacionales y recibió ofertas de Millonarios, Cúcuta y Santa Fe. Se decidió por el club cardenal, con el que se convirtió en histórico, y en Bogotá fue feliz porque también pudo cantar.

                                                                                                                                  Mina Camacho jugó 352 partidos oficiales con Santa Fe. También estuvo en Cristal Caldas, Cúcuta Deportivo y Deportes Quindió. Se retiró en 1988.
                                                                                                                                  Foto: El Espectador
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  También había tardes en las que a James no le importaba Kalimán sino ir a jugar con el Atlético Padilla, para lo cual obtuvo permiso con su esmero en los cultivos y el estudio. Un profesor de su colegio fue el primero que notó que su talento era de un nivel superior y lo motivó a tener siempre en sus metas el triunfar en el difícil entorno de la pelota. Y él desde la adolescencia comenzó a seguir su consejo, aunque eso le costara algunos regaños.

                                                                                                                                  Más de los 80 años del león: La noche en la que Santa Fe alcanzó su primera estrella

                                                                                                                                  Los fines de semana el protagonista de esta historia se iba al colegio y pedía que le regalaran tallos de las plantas de guaduas. Con ellas armaba los arcos e invitaba a jugar a sus amigos. “Los regaños que nos ganábamos provenían de los vecinos, porque los balonazos pegaban en las paredes, quedaban sucias y dañábamos todo. Nos correteaban y, en ocasiones, nos alcanzaron a dañar las pelotas”, narró Mina Camacho, un ser que pasando su adolescencia y llegando a la juventud empezó a descuidar las labores académicas porque prácticamente ya le pagaban por jugar fútbol.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  Y Mina Camacho representó a Cauca en los Juegos Nacionales de 1972, celebrados en Villavicencio. Fue figura en la portería y Jaime el Pantalonudo Arroyave, histórico reclutador de talentos de Millonarios, quedó enamorado de sus condiciones. Pero tuvo competencia, pues los ojeadores de Independiente Santa Fe y Cúcuta Deportivo también se fijaron en el joven arquero de Padilla, quien se decidió por el club cardenal, que se convertiría en uno de los mayores amores de su existencia.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  (Las escuelas que han marcado la historia del fútbol colombiano)

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Después de las mutuas prácticas, el joven de 19 años acompañaba a su maestro a “tardear” en Monserrate. Desde ahí observaban la grandeza de una Bogotá que seguía expandiéndose y hablaban sobre la cantidad de hinchas cuya felicidad dependía, en parte, de ellos. En una oportunidad, en una jugada de tiro de esquina, a Rivas se le quedó enganchado el dedo en uno de los alambres que sostenía la malla del arco y se fracturó un dedo.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  De aquel plantel del 75, Mina Camacho recuerda que “teníamos un equipazo en el que brillaban Ernesto Díaz y Pandolfi”, y en el que aprendió conceptos de su posición de parte de otro legendario portero cardenal: el argentino Luis Gerónimo López. Pero, sobre todo, su mayor evocación son los momentos íntimos en el vestuario, las “jodas” con los compañeros. Por el hecho ya mencionado de la ausencia de un preparador de arqueros, a los guardianes del arco les tocaba calentar pateando pelotas contra las paredes y “cuando agarraba la primera, me decían: ‘Hoy no te entra nada’, pero, si soltaba el balón, se armaba un terremoto en el camerino”.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Otro terremoto se armaba en las vivencias nocturnas de James. Entre semana se iba para una taberna paisa a desarrollar otra de sus pasiones: cantar. Se unía a una orquesta que allí se presentaba y deleitaba con temas vallenatos o del fallecido artista puertorriqueño Daniel Santos. Su angustia comenzaba cuando veía a Pastor Londoño Pasos, histórico locutor de la radio colombiana, quien le repetía: “Qué perra (borrachera) en la que estás. Si no te va bien el domingo, ya tengo de qué hablar”. ¿Qué hacía Mina Camacho? “El día domingo salía figura, me tocaba callarle la boca”.

                                                                                                                                  Lea también: Las travesuras de Wilson Gutiérrez

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                                                                                                                                  Gracias a su voz gruesa y de cantante exitoso, James fue invitado en varias ocasiones a la sección Cante aunque no cante, del recordado programa el Show de Jimmy, y también estuvo en Compre la orquesta con Fernando González Pacheco, presentador español que se radicó en Colombia y que era fanático de Independiente Santa Fe, una institución de la que Mina Camacho salió en 2019, tras haber estado trabajando con la categoría sub 20.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  “Eduardo Méndez (presidente de Santa Fe) sacó a todo el mundo. Un día nos llamaron a avisarnos que nos íbamos, que ya no éramos parte del club, y nos sacaron así, a las patadas”, reveló Mina Camacho, quien en varias etapas ha realizado labores en las divisiones menores y en el plantel profesional. De sus enseñanzas se han beneficiado, entre otros, Agustín Julio y Camilo Vargas. Pero el exportero caucano no guarda rencores y le desea lo mejor a Méndez y al equipo, en las cercanías de su cumpleaños 80: “A los hinchas, que apoyemos a pesar de no poder ir al estadio a ver a un club al que ojalá las cosas le sigan mejorando”.

                                                                                                                                  Más: Santa Fe, 80 años: datos inéditos, curiosidades y detalles en la historia del ‘león’

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  James Mina Camacho aguarda porque pase la pandemia, que le ha enseñado a compartir más con la familia, para continuar con sus trabajos personalizados con jóvenes que sueñan seguir su estela. Espera volver a compartir una comida con sus más de 15 nietos. Desde su casa en el barrio Isla del Sol, en el sur de Bogotá, donde reside junto a su esposa, y mientras el COVID-19 deja de ser parte de la cotidianidad, le entona melodías a Santa Fe y a su pueblo: “Yo nací allá en Padilla y en Bogotá yo jugué, ay, pero nunca me olvidaré de mi pueblo, de Padilla… Ay, Padilla, yo no nunca dejaré de amarte; ay, mi pueblo, en diciembre iré a visitarte”. Su canción “salió mal este diciembre que pasó”.

                                                                                                                                  @SebasArenas10

                                                                                                                                  Mina Camacho jugó 352 partidos oficiales con Santa Fe. También estuvo en Cristal Caldas, Cúcuta Deportivo y Deportes Quindió. Se retiró en 1988.
                                                                                                                                  Foto: El Espectador
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  También había tardes en las que a James no le importaba Kalimán sino ir a jugar con el Atlético Padilla, para lo cual obtuvo permiso con su esmero en los cultivos y el estudio. Un profesor de su colegio fue el primero que notó que su talento era de un nivel superior y lo motivó a tener siempre en sus metas el triunfar en el difícil entorno de la pelota. Y él desde la adolescencia comenzó a seguir su consejo, aunque eso le costara algunos regaños.

                                                                                                                                  Más de los 80 años del león: La noche en la que Santa Fe alcanzó su primera estrella

                                                                                                                                  Los fines de semana el protagonista de esta historia se iba al colegio y pedía que le regalaran tallos de las plantas de guaduas. Con ellas armaba los arcos e invitaba a jugar a sus amigos. “Los regaños que nos ganábamos provenían de los vecinos, porque los balonazos pegaban en las paredes, quedaban sucias y dañábamos todo. Nos correteaban y, en ocasiones, nos alcanzaron a dañar las pelotas”, narró Mina Camacho, un ser que pasando su adolescencia y llegando a la juventud empezó a descuidar las labores académicas porque prácticamente ya le pagaban por jugar fútbol.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  Y Mina Camacho representó a Cauca en los Juegos Nacionales de 1972, celebrados en Villavicencio. Fue figura en la portería y Jaime el Pantalonudo Arroyave, histórico reclutador de talentos de Millonarios, quedó enamorado de sus condiciones. Pero tuvo competencia, pues los ojeadores de Independiente Santa Fe y Cúcuta Deportivo también se fijaron en el joven arquero de Padilla, quien se decidió por el club cardenal, que se convertiría en uno de los mayores amores de su existencia.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  (Las escuelas que han marcado la historia del fútbol colombiano)

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Después de las mutuas prácticas, el joven de 19 años acompañaba a su maestro a “tardear” en Monserrate. Desde ahí observaban la grandeza de una Bogotá que seguía expandiéndose y hablaban sobre la cantidad de hinchas cuya felicidad dependía, en parte, de ellos. En una oportunidad, en una jugada de tiro de esquina, a Rivas se le quedó enganchado el dedo en uno de los alambres que sostenía la malla del arco y se fracturó un dedo.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Otro terremoto se armaba en las vivencias nocturnas de James. Entre semana se iba para una taberna paisa a desarrollar otra de sus pasiones: cantar. Se unía a una orquesta que allí se presentaba y deleitaba con temas vallenatos o del fallecido artista puertorriqueño Daniel Santos. Su angustia comenzaba cuando veía a Pastor Londoño Pasos, histórico locutor de la radio colombiana, quien le repetía: “Qué perra (borrachera) en la que estás. Si no te va bien el domingo, ya tengo de qué hablar”. ¿Qué hacía Mina Camacho? “El día domingo salía figura, me tocaba callarle la boca”.

                                                                                                                                  Lea también: Las travesuras de Wilson Gutiérrez

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                                                                                                                                  Gracias a su voz gruesa y de cantante exitoso, James fue invitado en varias ocasiones a la sección Cante aunque no cante, del recordado programa el Show de Jimmy, y también estuvo en Compre la orquesta con Fernando González Pacheco, presentador español que se radicó en Colombia y que era fanático de Independiente Santa Fe, una institución de la que Mina Camacho salió en 2019, tras haber estado trabajando con la categoría sub 20.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  “Eduardo Méndez (presidente de Santa Fe) sacó a todo el mundo. Un día nos llamaron a avisarnos que nos íbamos, que ya no éramos parte del club, y nos sacaron así, a las patadas”, reveló Mina Camacho, quien en varias etapas ha realizado labores en las divisiones menores y en el plantel profesional. De sus enseñanzas se han beneficiado, entre otros, Agustín Julio y Camilo Vargas. Pero el exportero caucano no guarda rencores y le desea lo mejor a Méndez y al equipo, en las cercanías de su cumpleaños 80: “A los hinchas, que apoyemos a pesar de no poder ir al estadio a ver a un club al que ojalá las cosas le sigan mejorando”.

                                                                                                                                  Más: Santa Fe, 80 años: datos inéditos, curiosidades y detalles en la historia del ‘león’

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  James Mina Camacho aguarda porque pase la pandemia, que le ha enseñado a compartir más con la familia, para continuar con sus trabajos personalizados con jóvenes que sueñan seguir su estela. Espera volver a compartir una comida con sus más de 15 nietos. Desde su casa en el barrio Isla del Sol, en el sur de Bogotá, donde reside junto a su esposa, y mientras el COVID-19 deja de ser parte de la cotidianidad, le entona melodías a Santa Fe y a su pueblo: “Yo nací allá en Padilla y en Bogotá yo jugué, ay, pero nunca me olvidaré de mi pueblo, de Padilla… Ay, Padilla, yo no nunca dejaré de amarte; ay, mi pueblo, en diciembre iré a visitarte”. Su canción “salió mal este diciembre que pasó”.

                                                                                                                                  @SebasArenas10

                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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