Millonarios, campeón y ¡Supercampeón!
Con dos golazos del paraguayo Roberto Ovelar, el equipo embajador se impuso 2-1 a Atlético Nacional en el Atanasio Girardot y logró la Superliga 2018, el título número 20 de su historia. El técnico Miguel Ángel Russo celebró en el hospital.
Redacción deportes
En apenas mes y medio el Millonarios de Miguel Ángel Russo hizo dos milagros. Con más corazón, ganas, temperamento y disciplina táctica que buen fútbol les ganó finales a sus más tradicionales rivales, la Liga a Santa Fe, en diciembre pasado, y la Superliga al Atlético Nacional, este miércoles, en el Atanasio Girardot.
A este equipo, que ya se metió en la gran historia embajadora, se le podrán criticar muchas cosas, menos su jerarquía. Con sus armas, en medio de sus limitaciones, supo jugar y ganar dos finales seguidas como visitante. La primera en un estadio vestido de rojo. La segunda en otro absolutamente verde.
Porque el equipo azul tiene claro su libreto. Corre, mete y lucha. Sufre unido y unido celebra. Conoce sus limitaciones y trabaja para superarlas. Y sabe perfectamente cómo y cuándo aprovechar sus virtudes.
Este miércoles llegó tres veces y marcó dos goles, ante un Nacional aparatoso, vertical, apurado y con muy pocas ideas.
Claro, se notó la diferencia entre un equipo con un año largo de trabajo (Millos) y otro que apenas lleva un mes con su nuevo entrenador.
Aun así fue una final pareja. En la ida hubo menos fútbol y el 0-0 fue justo. En la vuelta Nacional se fue arriba con una anotación de Andrés Rentería y tuvo dos o tres opciones para liquidar, pero no las capitalizó.
Millonarios no perdió la calma, mantuvo la actitud y esperó su momento. Empató Roberto Ovelar, luego de una tremenda media vuelta al borde del área. Y él mismo puso el 2-1 ya en el complemento.
De ahí en adelante el partido no cambió. Nacional atacando desordenado y Millonarios defendiendo y tratando de contragolpear. El esfuerzo colectivo embajador superó las individualidades verdolagas, que, no obstante, mostraron que van a ser protagonistas en la Liga y en la Copa Libertadores.
“Este título es para el profe Russo, que nos mandó las indicaciones desde la clínica”, dijo emocionado el capitán de Millonarios, Andrés Felipe Cadavid, en alusión al técnico que no pudo viajar a Medellín porque está internado en un hospital en Bogotá.
Verdes y azules habían disputado dos finales antes. La de la Copa Merconorte de 2000 y la Copa Águila de 2014. En ambas se había impuesto el cuadro antioqueño y esta fue la revancha para los embajadores, que no ganaban en el Atanasio Girardot desde noviembre de 2011.
Con su primera Superliga, Millonarios llegó a 20 títulos en su historia, pues ya tenía 15 Ligas colombianas, dos Copas Colombia, la Simón Bolívar de 1973 y la Copa Merconorte de 2001.
Para los azules viene ahora la Copa Libertadores, en la que el primer reto será superar la fase de grupos, en la que enfrentará al Corinthians de Brasil, Independiente de Argentina y Deportivo Lara de Venezuela.
En apenas mes y medio el Millonarios de Miguel Ángel Russo hizo dos milagros. Con más corazón, ganas, temperamento y disciplina táctica que buen fútbol les ganó finales a sus más tradicionales rivales, la Liga a Santa Fe, en diciembre pasado, y la Superliga al Atlético Nacional, este miércoles, en el Atanasio Girardot.
A este equipo, que ya se metió en la gran historia embajadora, se le podrán criticar muchas cosas, menos su jerarquía. Con sus armas, en medio de sus limitaciones, supo jugar y ganar dos finales seguidas como visitante. La primera en un estadio vestido de rojo. La segunda en otro absolutamente verde.
Porque el equipo azul tiene claro su libreto. Corre, mete y lucha. Sufre unido y unido celebra. Conoce sus limitaciones y trabaja para superarlas. Y sabe perfectamente cómo y cuándo aprovechar sus virtudes.
Este miércoles llegó tres veces y marcó dos goles, ante un Nacional aparatoso, vertical, apurado y con muy pocas ideas.
Claro, se notó la diferencia entre un equipo con un año largo de trabajo (Millos) y otro que apenas lleva un mes con su nuevo entrenador.
Aun así fue una final pareja. En la ida hubo menos fútbol y el 0-0 fue justo. En la vuelta Nacional se fue arriba con una anotación de Andrés Rentería y tuvo dos o tres opciones para liquidar, pero no las capitalizó.
Millonarios no perdió la calma, mantuvo la actitud y esperó su momento. Empató Roberto Ovelar, luego de una tremenda media vuelta al borde del área. Y él mismo puso el 2-1 ya en el complemento.
De ahí en adelante el partido no cambió. Nacional atacando desordenado y Millonarios defendiendo y tratando de contragolpear. El esfuerzo colectivo embajador superó las individualidades verdolagas, que, no obstante, mostraron que van a ser protagonistas en la Liga y en la Copa Libertadores.
“Este título es para el profe Russo, que nos mandó las indicaciones desde la clínica”, dijo emocionado el capitán de Millonarios, Andrés Felipe Cadavid, en alusión al técnico que no pudo viajar a Medellín porque está internado en un hospital en Bogotá.
Verdes y azules habían disputado dos finales antes. La de la Copa Merconorte de 2000 y la Copa Águila de 2014. En ambas se había impuesto el cuadro antioqueño y esta fue la revancha para los embajadores, que no ganaban en el Atanasio Girardot desde noviembre de 2011.
Con su primera Superliga, Millonarios llegó a 20 títulos en su historia, pues ya tenía 15 Ligas colombianas, dos Copas Colombia, la Simón Bolívar de 1973 y la Copa Merconorte de 2001.
Para los azules viene ahora la Copa Libertadores, en la que el primer reto será superar la fase de grupos, en la que enfrentará al Corinthians de Brasil, Independiente de Argentina y Deportivo Lara de Venezuela.