“Es un sueño. A todos los que nos gusta el fútbol y hemos querido ser futbolistas, soñamos con ser campeones con el equipo del que somos hinchas. Eso me dio muchas alegrías y es de mis logros más grandes”, recuerda Pedro Franco, defensor surgido en Millonarios que integró el plantel que logró la estrella 14 el 16 de diciembre de 2012.
Ese año, Santa Fe venía de ser campeón en el primer semestre, cortando una sequía de casi cuatro décadas, por lo que los reflectores pasaron a su rival de patio, que llevaba 24 años sin dar una vuelta olímpica para celebrar una estrella. Con ganas de no vivir solo de la historia, el cuadro embajador se preparó para afrontar el torneo clausura y de la mano de Hernán Torres, quien remplazo al venezolano Richard Páez, le dio una nueva alegría a la hinchada embajadora.
Ese semestre empezó mal para los dirigidos por Hernán Torres, pues tuvieron una fatídica visita al Real Madrid en un amistoso de pretemporada, con goleada histórica incluida. Sin embargo, en el torneo local se hicieron con el primer lugar en el Todos contra Todos e ilusionaron a su público con el título que les era esquivo.
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El proyecto se gestó con una mezcla de juventud y experiencia. Máyer Candelo tomó la batuta en la mitad de la cancha, donde estuvo acompañado por figuras del ámbito local como Rafael Robayo y Yhonny Ramírez. Adelante contó con el talento de Wilberto Cosme y Wason Rentería, mientras que en defensa era respaldado por el internacional panameño Román Torres y el joven Pedro Franco, quien en ese momento era visto como un central a tener en cuenta.
En paralelo estuvo la lucha por llegar lejos en la Copa Sudamericana 2012, en la que los azules cayeron eliminados en la semifinal contra Tigre de Argentina por culpa de la ya extinta regla del gol de visitante. “Esa derrota nos sirvió para madurar, para llegar a las finales con buen ritmo y afrontarlas bien” reflexionó el defensor, que también vistió los colores de América y Fortaleza.
En los cuadrangulares semifinales Millonarios compartió grupo con Pasto —que venía de ser subcampeón—, Júnior y Tolima. Todos, salvo los ibaguereños, llegaron con chances de clasificar a la final en la última jornada, por lo que fue una fecha más que emocionante. Los embajadores empataron con los tiburones en Bogotá, punto de oro, pues el cuadro volcánico, que debía ganar, no pudo vencer al conjunto vinotinto.
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“La campaña nos fue haciendo mejor equipo, tanto los buenos resultados como los negativos nos fueron fortaleciendo”, recuerda Franco, quien no estuvo presente en el encuentro de ida de la final contra Medellín, pero sí fue titular en la vuelta.
Millonarios era el favorito en la serie final, pero Medellín se defendió muy bien. La ida finalizó sin goles, mientras que la vuelta tuvo más emociones. El cuadro embajador abrió la cuenta gracias a Wilberto Cosme, que remató de primera un centro de Hárrison Otálvaro y mandó el balón al fondo de la red que custodiaba Leandro Castellanos.
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No obstante, en una jugada de balón parado que Sebastián Hernández cobró, Diego Herner bajó y William Zapata remató, el poderoso de la Montaña encontró el empate. El delantero caleño no tuvo fortuna en su primer intento, pero el guardameta Luis Delgado dejó un rebote que al conjunto local le costó perder su ventaja en el marcador.
En medio de ese escenario, solo los lanzamientos desde el punto penalti iban a decidir el campeón del fútbol profesional colombiano. Leandro Castellanos y Luis Delgado tenían en sus manos la posibilidad de hacer campeones a sus equipos. Los dos primeros cobros de Millonarios entraron, uno de ellos cortesía de Franco, mientras que por Medellín erró Herner.
La alegría embajadora no duró mucho, pues Castellanos detuvo el remate de Omar Vásquez, por lo que ambos equipos volvían a estar empatados y se metían en la zona de muerte súbita. Así llegó el momento de Delgado, que marcó el suyo y detuvo otro, de Andrés Felipe Correa, por lo que Millonarios pudo gritar campeón luego de 24 años.
“Lo que vivimos en el estadio fue el momento cumbre de ese equipo, de esa campaña. Fue cumplir el sueño de levantar la estrella 14 después de tantos años. Conseguirlo uno en campo fue muy valioso y un sueño cumplido”, recordó Pedro Franco, que fue junto a Robayo el único canterano de Millonarios que jugó esa final.
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Diez años después quedó una buena camaradería entre los jugadores. “Queda un vínculo especial por esas alegrías que compartimos. A veces nos escribimos y nos saludamos, enviándonos la mejor energía en nuestros objetivos.”, comentó el exdefensor de Millonarios.
Franco, quien después pasó por el fútbol de Turquía, Argentina y Bolivia, además de una segunda etapa en Millonarios en el medio de esos periplos, recientemente fichó por Alianza Petrolera. A sus 31 años, el bogotano ha salido dos veces campeón de Liga en Colombia y formó parte de la selección de Colombia que participó en la Copa América Chile 2015.
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