"Ómar Pérez se entrena como un juvenil": presidente de Santa Fe

Juan Andrés Carreño, presidente de Independiente Santa Fe hace un balance de su primer semestre al frente de la institución y habla de los planes para 2019, salidas y llegadas de jugadores, entre ellas la del ídolo cardenal.

Luis Guillermo Montenegro y Thomas Blanco
19 de diciembre de 2018 - 12:34 p. m.
Juan Andrés Carreño, presidente de Independiente Santa Fe. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Juan Andrés Carreño, presidente de Independiente Santa Fe. / Mauricio Alvarado - El Espectador
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Cambió el nombre, pero no la filosofía. El 6 de junio de 2018, Juan Andrés Carreño asumió la presidencia de Independiente Santa Fe cargando sobre sus hombros la responsabilidad de reemplazar a su antecesor: César Pastrana, el dirigente más exitoso en la historia del cuadro cardenal. Construir sobre lo construido, esa fue la premisa desde el día uno.

Hoy, 186 días después, el abogado egresado de la Universidad Javeriana ve con buenos ojos el cierre de su primer semestre a cargo de la institución, pese a que el equipo cerró un lapso de seis años al hilo asistiendo a torneos internaciones y se despidió de 2018 en blanco. Según Carreño, la mala herencia de Gregorio Pérez en el primer semestre pasó factura y por eso al final no se lograron objetivos. En 2019 espera que regresen las alegrías para los santafereños y para eso desde ya está trabajando por armar una plantilla competitiva, la cual será liderada por la experiencia de Ómar Pérez, un ídolo cardenal.

¿Qué balance hace de su primer semestre al frente de Santa Fe?

Ha sido un tiempo de muchos sentimientos encontrados. El balance deportivo es aceptable, los números lo dicen: jugamos 33 partidos y perdimos siete. No se puede decir que el balance es malo. Y hay gente que lo toma como un fracaso. Estar entre los cuatro mejores equipos de la Copa Sudamericana no es cualquier cosa, pues arrancaron 56 equipos con nóminas más costosas que la nuestra.

Pero no ir a torneos internacionales no pasaba desde hace seis años…

En el formato de la liga colombiana pesan mucho los resultados de la primera temporada. Y en esa parte Santa Fe fue 12 con apenas 21 puntos. En el segundo había que hacer cuarenta para meterse en la Copa Sudamericana y estuvimos cerca. Creo que nos cobró el primer semestre al mando de Gregorio Pérez, eso nos hizo perder el cupo a las copas.

¿Por qué respaldar a Sanguinetti cuando el funcionamiento de juego no convenció?

Porque sus números fueron buenos. Yo lo veo trabajar todos los días y es un tipo serio con conocimiento y mucho recorrido. Uno tiene que entender que es un técnico joven, con poco más de cincuenta años y merece una oportunidad. Marcelo Gallardo, el técnico de moda, no hubiera llegado a donde está si no le hubieran dado posibilidades. Sanguinetti es un hombre de su generación. Uno no le puede echar la culpa de la temporada de Gregorio a Sanguinetti, no fue una mala temporada.

¿Pero lo económico, por no indemnizarlo, tuvo algo que ver en su continuidad?

Lo lógico era respetar el contrato a un año. Mi reflexión es que si uno en la vida va a saltar del barco, abajo debe tener una balsa o de lo contrario uno se ahoga. Veo muchos comentarios en las redes sociales, pero les digo a los hinchas que tenemos que mirar el presupuesto del equipo. Aparte, todos los técnicos están ocupados. A mí me encanta, por ejemplo, Luis Fernando Suárez, pero está en La Equidad y tiene aspiraciones muy lejanas a las que puede asumir un equipo como Santa Fe. Lo lógico era mantener el contrato de Sanguinetti hasta junio, esa siempre ha sido la idea.

¿Por qué apostar de nuevo por Ómar Pérez? ¿Fue una decisión popular o de verdad cree que le puede aportar al equipo?

No se trata de populismo, ni siquiera lo había pensado. Tampoco de mercadeo, aunque sabemos que Ómar es un activo que le va a generar ganancias a la institución. Con respecto a su llegada, hay un 80 % de hinchas que me ama por eso y un 20 % que me odia. Yo les pido a los hinchas que no sean pasionales y utilicen la razón; todos queremos lo mejor para el equipo.

Entonces aún tiene las condiciones para fomentar el crecimiento del equipo…

Dicen que a nivel deportivo no tiene méritos, eso es mentira. Ómar hizo una buena campaña con Patriotas. Él no ha perdido su capacidad y es un jugador que en un segundo te cambia los partidos. Está flaco, entrenando cuatro horas más que el resto con un entrenador personal. Tiene una ambición muy fuerte. Ómar Pérez parece un juvenil. Ojalá la mitad de los canteranos le metieran el espíritu que él le pone a las cosas.

¿También era una cuestión de gratitud con él?

Ómar se tiene que retirar aquí, el buen hijo debe volver a casa. Él lideró una época, que, tengo que ser sincero, va a ser muy difícil que vuelva a repetirse: jugar 14 finales en siete años y ganar nueve títulos. Además, todas las instituciones tienen una escala de valores y uno de los más importantes de Santa Fe es la gratitud. Y para los que les gustan las cábalas: él estuvo siete años y siempre ganamos algo, se fue un año y no ganamos nada. Ómar quiere vivir en Colombia y le voy a decir que se quede en la institución cuando acabe su carrera.

¿Cómo es la relación del técnico Sanguinetti con Ómar Pérez?

Sanguinetti es un hombre inteligente, yo creo que él no hereda ni amores ni odios de otros técnicos. Me parece que él es un tipo parecido a Ómar: racional, analítico, de pocas palabras, no les gusta la prensa. Ambos son hombres de familia, tranquilos, reflexivos y por eso pienso que su relación va a ser muy buena. Además, Guillermo es un tipo que sabe manejar muy bien su camerino y Ómar va a ser un aliado. Ya hablaron mucho y cada uno tiene claro su rol dentro del equipo.

¿Pero él se opuso en algún momento a la llegada de Ómar?

Para ser sincero, nosotros le hablamos al técnico, pero no era una decisión que dependiera del sí o el no de él. Hay decisiones que tienen que ser del presidente y la junta directiva, así que solo le comunicamos, le explicamos las razones de por qué lo queríamos traer y él estuvo de acuerdo.

¿Cómo está económicamente el club?

El que viene será un año difícil, porque por no estar en torneos internacionales vamos a dejar de ganar entre $8.000 y $10.000 millones. Debemos recuperar esos recursos con gestión, marketing en las tiendas, con las escuelas de formación y también con la venta de talentos.

¿A quién podrían vender?

Ya vendimos a Leyvin Balanta al Tolima. Tenemos ofertas por Yeison Gordillo, Juan Daniel Roa y Baldomero Perlaza. Obviamente no vamos a salir de los tres, probablemente venderemos a uno o máximo a dos de ellos. También tuve una charla en estos días con Wilson Morelo, quien se me acercó y me dijo: “Presidente, ser goleador de la Libertadores me va a abrir puertas y si llega una oferta yo quiero que me respalde, porque sería una buena oportunidad para mí”. Así que me pareció bien y si llega una buena oportunidad para él, nos sentaremos a analizar lo mejor para su carrera y para el club. Si él se va, buscaremos un goleador para reemplazarlo.

¿Aparte de ellos, quiénes más se irían?

Hernán Burbano, Rubén Bentancourt, Héctor Urrego y Javier López. A Facundo Guichón lo quiere el Tolima y si él se va, ese cupo de extranjero nos puede servir para traer a un delantero de afuera.

¿A cuáles refuerzos ya puede dar como confirmados?

Ómar Pérez, Fainer Torijano, Yonatan Murillo, Mateo Cardona, Fabio Burbano y Martín Payares. Estamos muy cerca de cerrar la llegada de Andrés Pérez y también de definir quién será nuestro arquero. Quiero a José Fernando Cuadrado, pero si no se da, podrían llegar Carlos Bejarano o Cristian Bonilla. Creo que estamos armando un buen equipo.

¿Y habrá oportunidad para los juveniles?

Si, déjeme decirle que se sumarán al equipo Juan Sebastián Pedroza, Ómar Rodríguez, Brian Zamora, Juan David Lozano y Aldair Gómez. También fichamos a dos jugadores que fueron figuras en el Torneo de las Américas, ellos son Darío Castro y José Luis Caicedo. Le estamos apostando a todo, a los generales con tres soles y a los muchachos con proyección.

¿Qué haría falta?

Creo que si se va Morelo nos haría falta un delantero. A mí me gusta mucho Diego Valdés, el goleador del Chicó, me parece un muchacho con proyección, un Morelo en potencia. También tengo visto a Darío Echeverri, un delantero del Pereira que es goleador y va a todas las pelotas. Vamos a ver qué pasa.

¿Este semestre se terminará la sede deportiva?

Hemos seguido avanzando muy bien. Se terminó toda la fase de construcción, ahora vamos con los acabados, que es lo que más cuesta. Vamos en un 85 %. Estamos esperando apoyo con los patrocinadores para terminar rápido. Me hacen falta $1.500 millones para terminar y espero conseguirlos pronto.

¿Seguirán siendo los mismos patrocinadores en 2019?

Se va Huawei, nuestro patrocinador principal; sin embargo, ya tenemos adelantadas negociaciones con una marca alterna de ellos o también con dos empresas grandes de apuestas deportivas. El nuevo patrocinador se definirá antes del 15 de enero.

Por Luis Guillermo Montenegro y Thomas Blanco

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