Aldair Quintana y la ilusión continental de Pereira en la Libertadores
El guardameta tolimense de 29 años conversó con El Espectador sobre su presente en el conjunto matecaña, la histórica participación en Libertadores y el compromiso de esta noche contra Independiente del Valle.
Daniel Bello
Hay un viejo cliché en el fútbol que señala a la posición de arquero como la más ingrata del fútbol, pues un mal cálculo lo puede convertir de héroe a villano en cuestión de segundos. Defender el rectángulo de 7,32 x 2,44 metros es una tarea para valientes, quienes pese a las adversidades, le ponen el pecho al peligro y se exponen al murmullo.
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Hay un viejo cliché en el fútbol que señala a la posición de arquero como la más ingrata del fútbol, pues un mal cálculo lo puede convertir de héroe a villano en cuestión de segundos. Defender el rectángulo de 7,32 x 2,44 metros es una tarea para valientes, quienes pese a las adversidades, le ponen el pecho al peligro y se exponen al murmullo.
Uno de esos temerarios que se atrevió a portar los guantes es el tolimense Aldair Quintana, quien tiene la misión de cuidar el arco del Deportivo Pereira en una serie que quedará grabada en la capital risaraldense, pues por primera vez en su historia acoge los octavos de final de la Copa Libertadores. El reto no es nada sencillo, pues al frente tiene a Independiente del Valle, vigente campeón de la Copa Sudamericana.
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Desde que Aldair tuvo uso de razón eligió al fútbol y tenía claro que lo suyo era ser portero. No había otra posición que le llamara la atención y tenía como referentes a Óscar Córdoba, Faryd Mondragón y Miguel Calero. Desde luego también ayudó su estatura de 1.95 metros, talla poco habitual en los guardametas de nuestro país. “Desde el primer momento me gustó ser arquero y ahí me quedé”.
Tras unos pasos como juvenil en Argentina y Antioquia, Aldair debutó en 2015 como profesional en el Atlético de Cali. Luego un paso por varios equipos del fútbol colombiano, como Tolima y Huila, llegó a Nacional a mediados de 2019. En el conjunto verdolaga fue suplente hasta que Alejandro Restrepo, a finales de 2020, decidió apostar por él.
Con el verde paisa Quintana arrancó de gran manera, tanto así que Carlos Quieroz lo llamó a la selección de Colombia. El tolimense mantuvo su buen nivel un par de semestres, de modo que fue parte de la Tricolor en la Copa América 2021, bajo las órdenes de Reinaldo Rueda.
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Ese mismo año ganó una Copa BetPlay —curiosamente contra el Pereira—, pero una serie de errores en Liga hicieron que el cariño y la confianza de los hinchas verdolagas mermara con el paso de las fechas. El mal arranque de Nacional en 2022 se cobró la salida de Restrepo y le quitó a Quintana su titularidad.
Sin embargo, por las vueltas que da el fútbol, a Aldair le llegó la oportunidad en enero de este año de jugar en el cuadro matecaña. “La gente en Pereira desde el primer momento me recibió muy bien. Es lindo sentir ese cariño y eso hace que como jugador te motives aún más por seguir dando lo mejor”.
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Desde luego influyó que en la capital risaraldense el guardameta se reencontró con Restrepo. “Es una persona a la cual le estoy muy agradecido porque siempre ha confiado en mí. Cuando se me presentó la oportunidad de venir al Pereira, él me llamó, y no lo dudé ni un minuto”.
Quintana recuperó su confianza y se afianzó en un plantel que tiene a los pereiranos soñando despiertos en la Libertadores. Junto y sus compañeros es fiel al lema del profe: “partido a partido”. Los matecañas convirtieron al Hernán Ramírez Villegas en su fortaleza y quieren seguir haciendo historia.
Para lograr ese objetivo deben mostrar su mejor versión ante Independiente del Valle, un onceno que en los últimos años se ha ganado el respeto del continente por su trabajo serio con las divisiones menores, su crecimiento institucional y sus conquistas internacionales, como la pasada Copa Sudamericana.
Sobre la serie contra los ecuatorianos Aldair destaca que “el grupo está motivado en jugar una serie importante, no solo para nosotros, sino para el club y para la ciudad”.
Fútbol como estado de ánimo
Cuando el fruto de tu trabajo se refleja en los resultados, el envión anímico te da las fuerzas de seguir y buscar más. Para el plantel matecaña eso representó el partido contra Boca Juniors en mayo pasado. Las tribunas del Hernán Ramírez Villegas se vistieron de fiesta para recibir a un gigante al que semanas atrás habían hecho sufrir en La Bombonera pese a perder (1-2).
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Parecía que como la primera vez que se enfrentaron, el partido se les iba a escapar a los risaraldenses por detalles, pues Juan Pablo Zuluaga tuvo la oportunidad de poner en ventaja a la Furia Matecaña con un tiro penalti, pero lo desperdició. Sin embargo, un buen centro de Johan Bocanegra y un mejor cabezazo de Arley Rodríguez bastaron para vencer la resistencia del cuadro xeneize. “Ese partido nos dio un impulso bastante fuerte porque empezamos a creer en que podíamos lograr la clasificación”.
De alguna manera, esa victoria sobre el conjunto bonaerense tuvo un sabor especial para el guardameta tolimense, pues durante su etapa como juvenil estuvo tres años en las divisiones menores de River Plate, el eterno rival de Boca. Allí fue pupilo de legendario portero argentino Ubaldo Fillol, campeón del mundo en 1978.
El fútbol da muchas vueltas y así como le permitió a Aldair volver a disfrutar tras una época complicada, le brindó a una ciudad como Pereira, que hace tras años tenía al equipo de sus amores en segunda división, convertirse en la sorpresa de la Copa Libertadores, dejando a equipos como Colo-Colo en el camino.
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