Alexis Márquez, el arquitecto del Pereira que quiere asentar las bases del Bucaramanga
El entrenador es protagonista del inicio del campeonato local, en el que el leopardo es líder de la Liga. En entrevista con El Espectador, el estratega habló de sus inicios y sus expectativas con el cuadro santandereano. Este jueves, en la Copa BetPlay, los santandereanos juegan contra Millonarios (6:00 p.m.) por un lugar en cuartos. Los embajadores van arriba 3-1.
Fernando Camilo Garzón
No fue bajo palos, el área que cuidó durante toda su carrera, donde Alexis Márquez se dio cuenta de que quería ser director técnico. Fue arriba, en las gradas del Hernán Ramírez Villegas, cuando la pasión, hasta entonces dormida, se le despertó al maravillarse por los movimientos de los equipos, la simetría de las líneas, las rupturas de esquemas y, en general, la táctica, algo a lo que nunca le prestó tanta atención durante sus años en el césped. Atrás, bajo el arco, “el fútbol no se veía de esa manera”, asegura el pereirano.
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No fue bajo palos, el área que cuidó durante toda su carrera, donde Alexis Márquez se dio cuenta de que quería ser director técnico. Fue arriba, en las gradas del Hernán Ramírez Villegas, cuando la pasión, hasta entonces dormida, se le despertó al maravillarse por los movimientos de los equipos, la simetría de las líneas, las rupturas de esquemas y, en general, la táctica, algo a lo que nunca le prestó tanta atención durante sus años en el césped. Atrás, bajo el arco, “el fútbol no se veía de esa manera”, asegura el pereirano.
Para entonces, Néstor Craviotto, que era entrenador de Deportivo Pereira, le había dado a Márquez la labor de ser el preparador de arqueros. Fue en los entretiempos, en las charlas de vestuario, cuando el técnico argentino le preguntaba por lo que veía del partido, que la inquietud por la estrategia se volvió incontrolable. El descubrimiento, allá arriba en la tribuna, lo hizo obsesionarse con la idea de volverse entrenador.
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Era el pupilo aventajado de Craviotto y rápidamente se hizo asistente. Tanta fue su implicación, tan pegado estaba a la raya, que durante muchos años, cuando los matecañas se quedaban sin entrenador, era Márquez el que se hacía cargo del equipo. Hasta un día en 2021, tras años como el segundo al mando, cuando la dirigencia de la escuadra risaraldense decidió a darle la confianza. Dejó de ser alumno para asumir en propiedad. Bajo su dirección, en 2021, Pereira no solo mantuvo la categoría, sino que también se metió a los cuadrangulares de la liga y jugó la final de la Copa BetPlay, que perdió contra Nacional.
El final llegó intempestivo, tras resultados irregulares en 2022. El brillo del 2021 se perdió y, sobre todo, al sentirse infeliz en el equipo, Márquez dio un paso al costado. Tras su salida llegó Alejandro Restrepo, que en semanas cambió la historia de Pereira al darles la primera estrella. Hoy, los tiene en los cuartos de la Copa Libertadores. Recientemente, Restrepo dijo que no había que olvidarse de la base que construyó Márquez, el arquitecto del mejor Pereira de todos los tiempos.
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No se arrepiente de haberse ido, dice el entrenador. “En ese momento, el equipo necesitaba otro aire”. Todo lo contrario, su salida le permitió al equipo llegar a donde está, recalca. “Lo que está viviendo el equipo es una felicidad. No solo para mí o para la ciudad, lo es para todo el fútbol colombiano”, asegura.
Su etapa como estratega en Pereira, no obstante, ya quedó atrás. Ahora, con Bucaramanga, Alexis Márquez sueña con fortalecer las bases de un nuevo proyecto. Otro equipo que aspira a saldar su deuda con la historia del balompié local, como hizo el cuadro risaraldense en los tiempos recientes.
Empezó bien el segundo semestre de 2023, tras llegar al cuadro santandereano a mitad de la temporada pasada y luego de un período de apenas nueve juegos al mando de Jaguares. Por ahora, pasadas seis fechas, Bucaramanga es el líder de la Liga BetPlay y sigue vivo en la Copa, en la que buscará en el Alfonso López, desde las 6:00 de la tarde, los cuartos de final contra Millonarios.
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Para el entrenador, las razones del buen arranque del leopardo están en que el equipo ha logrado cohesión: “El grupo está unido. Estamos siguiendo la misma intención de juego, sin importar la cancha. Somos un conjunto solidario. A veces, los partidos se nos han salido de las manos; pero, en términos generales, hemos tenido un arranque con un nivel muy bueno”.
La hinchada en Santander no es fácil. Después de tantas décadas de ilusiones fugaces, este arranque triunfal de Bucaramanga, más que esperanza, despierta desconfianza. Con eso ha tenido que lidiar el entrenador: “La incertidumbre siempre ronda. Es algo de cualquier ser humano. Y se entiende en este equipo, porque muchas veces ha pasado que las cosas no terminan tan bien como empezaron, pero los tiempos ahora son diferentes”.
“Los que debemos estar fuertes somos nosotros. Es normal que la gente dude, más cuando empiecen a llegar las derrotas, que es algo normal del fútbol. Pero, lo importante es que nosotros estemos seguros. El problema no es perder, es cómo se pierde. Y este equipo ha demostrado que, incluso en sus peores días, siempre está bien parado. Tenemos que pulir la eficacia, pero en el desarrollo, vamos por buen camino”, agrega Márquez sobre cómo mantener la cabeza del equipo enfocada y estable, pensando en los meses que vienen.
La salud mental es un factor determinante para el estratega, que encuentra en la felicidad uno de los ejes centrales de su trabajo en el vestuario. “Nosotros trabajamos la alegría de los jugadores. Uno siempre debe estar cómodo y feliz en lo que hace para que las cosas salgan bien. Siempre he procurado ser una persona que se lleva bien con todo el mundo, que es feliz, y eso es lo mínimo que espero de los que están al lado mío. Como cuerpo técnico, trabajamos para eso”.
Se entiende, sobre todo, porque para Alexis Márquez el fútbol siempre fue su razón de ser. De niño, todos los días, jugaba micro en la cancha que quedaba en frente de su casa en el barrio Cuba, del sector de Sauces, en Pereira. En ese lugar era feliz. Sus papás le peleaban porque era imposible sacarlo de ahí y pensaba más en ser arquero y atajar goles que en ponerse a hacer tareas.
Como portero cumplió su sueño y en la dirección técnica encontró una forma de seguir siendo feliz, siempre acompañado del balón. Es parte de la camada de nuevos técnicos del balompié nacional, de la cual él rescata particularmente tres: “Uno siempre busca equipos que le llamen la atención y entrenadores que le aporten a uno cosas. Por ejemplo, Alejandro Restrepo, por los resultados que ha sacado con Pereira, es el caso más vistoso. Es un técnico que está cambiando sistemas en Colombia, implementando líneas de tres con esquemas que privilegian el ataque por bandas. Otro es Lucas González, que lleva poco, pero ha demostrado mucho, con un buen trabajo de conjunto. También Hárold Rivera”.
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Sobre Alberto Gamero, el entrenador de Millonarios al que se enfrenta este jueves, opina: “Ha hecho un equipo que juega muy bien a la pelota. No es un equipo de recorridos largos, ellos construyen desde atrás, empezando con su arquero. Por eso no se desgastan tanto. Tiene unos enlaces de juego muy bien trabajados. Su ventaja está en mantener esa estructura y una base de jugadores que lleva años jugando torneos internacionales y nacionales. El profe ha encontrado una metodología que se defiende con la pelota. Por eso ha durado vigente tanto tiempo”.
El gran reto de Márquez será lograr en Santander algo parecido, un proceso duradero y con una idea constante. Tendrá que conseguir resultados, porque, como le pasó en Pereira, más allá de los buenos momentos, la permanencia está en el triunfo. Por ahora, goza de un buen presente, está construyendo bases sólidas y aspira a seguir siendo feliz con el fútbol, el motivo que siempre le ha dado sentido a su vida.
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