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Carlos Cuesta nació en Medellín, pero desde los tres años vivió con su abuela en Condoto, un municipio de Chocó conocido por la pureza de sus metales preciosos (oro y platino). Un lugar de muchas necesidades y negligencia estatal. “Uno de todas formas intenta disfrutar y buscar las herramientas para salir adelante”, señala quien espera poner a Condoto en el radar del mundo entero, como lo hizo Yerry Mina con su natal Guachené.
A los diez años volvió a la capital del departamento de Antioquia a jugar el campeonato nacional de Pony Fútbol, conocido por ser la principal cantera de futbolistas colombianos. Allí llamó la atención de los veedores de Boca Juniors de Bello y luego de Atlético Nacional, club en el que ha hecho el proceso de divisiones inferiores.
Se fue Óscar Murillo del cuadro verdolaga, llegó un tal Dávinson Sánchez. Se fue el actual defensor del Tottenham y la posta la tomó Cuesta, quien espera seguir los pasos de sus antecesores y llegar a la selección colombiana de mayores. El futuro es suyo.
“Es bueno que la hinchada me ubique con jugadores como ellos por las características. No me gusta la comparación, pero sí que me asemejen con hombres como ellos. Todos tenemos historias diferentes, pero sé que voy por buen camino”, aseguró en diálogo con El Espectador.
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Mucho se ha criticado la escasez de gol. Fueron apenas dos en cuatro partidos. La mala definición por poco cobra factura. No es un secreto que hace falta un centro delantero con presencia en el área. Rivaldo Correa y Luis Sandoval no han cumplido con las expectativas. En redes sociales, los dardos no han parado para la selección colombiana sub-20.
Pero de lo que nadie habla es que la mejor defensa del Sudamericano de la categoría la ha tenido el equipo de Arturo Reyes, con apenas un gol sufrido. Una línea sólida, compacta y con criterio comandada por Carlos Cuesta, el capitán del combinado tricolor.
El zaguero central de 19 años es el líder y ha sido el jugador con mejor desempeño en la primera fase del torneo. Y como si fuera poco, con su vocación de delantero le dio la agónica clasificación al equipo al hexagonal final, con un tanto en el minuto 93 que entró en cámara lenta en la victoria 1-0 sobre Chile, país anfitrión.
“Les dije a mis compañeros que ya no importaba nada, que tocaba ir a buscarlo. Todo parecía perdido. Había tenido muchas opciones en los partidos anteriores y, cómo es la vida, fue un remate raro con la zurda. Lo celebramos hasta que no pudimos más”, dice el defensor, horas antes del estreno en el hexagonal final, este martes, ante Brasil (3:30 p.m., Gol Caracol).
Cuesta es el hombre más experimentado de la selección. Ya registra 69 partidos disputados como profesional en Atlético Nacional, tres de ellos en la Copa Libertadores y uno en la Copa Sudamericana. Además está repitiendo Sudamericano sub-20: hace dos años fue titular fijo en el cuadro dirigido por Carlos Piscis Restrepo.
A los jugadores les han llovido las críticas. Ellos, unidos, prefieren guardar el celular. Siguen con la fe intacta en que pueden conseguir el objetivo: uno de los cuatro cupos para el Mundial de Polonia de este año. Y tienen hambre. Saben que tienen con qué ser campeones.
¿Qué les diría a todos los colombianos que les han lanzado dardos a los jugadores? Responde el capitán: “Es cierto que ha faltado confianza para marcar e ir a buscar el arco contrario. En la defensa se ha hecho muy buen trabajo. Somos jugadores fuertes, dotados físicamente, y vamos bien por arriba. Hay confianza en que el compañero va a responder. Lo primero que tenemos que hacer es mantener el arco en cero. Este torneo te sube y te baja. Así que hay que estar siempre estables. No se ha clasificado. Si no se consigue el objetivo, este proceso no va a tener mayor peso. Estamos convencidos de que se puede marcar un antes y un después en esta generación, que se lo merece”, apunta.
Falta afinar algunos detalles, pero la verdad es que hay material humano para ilusionarse. Un gran portero como Kevin Mier, dos grandes laterales como Hayen Palacios y Brayan Vera, y dos centrales de jerarquía como Cuesta y Andrés Reyes. Todos, menos Vera, jugadores de Nacional. En el mediocampo, volantes fuertes: Gustavo Carvajal, Yeiler Goez y Jaime Alvarado. Más arriba, extremos rebeldes como Yeison Tolosa, Iván Angulo y José Enamorado.
Decir que no hay equipo es un despropósito. Realmente lo hay. Y esta generación no va a quedar en el olvido. “Esta es nuestra única oportunidad de jugar un Mundial de la categoría y no la vamos a desaprovechar”, cierra el capitán.