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El orgullo de un aficionado al fútbol es afirmar que sigue a su equipo desde pequeño, y que su amor por el deporte y por su camiseta lo heredó de su familia, de sus papás. Diego Corredor, que fue hincha, jugador y ahora director técnico, también carga con ese orgullo en su vocación y en su pasión. Los partidos de cada fin de semana con sus tíos, la vez que su papá no permitió que lo convocaran para ser ciclista y lo siguió entrenando para ser futbolista son acontecimientos que vaticinaron el destino de un hombre que les entrega sus ideas y principios a sus dirigidos.
El semestre pasado Corredor abandonó el banquillo de Patriotas, equipo que lo recibió como jugador y lo aceptó después como entrenador y discípulo de Harold Rivera, actual técnico de Santa Fe. El boyacense viajó a Europa para realizar una capacitación que le ayudara a reforzar algunos conceptos tácticos que pudiera aplicar en el fútbol colombiano. Por esta razón se desprendió del hogar que lo acogió. Las raíces que llevaba fortaleciendo desde pequeño en la misma ciudad donde se estrenó como jugador profesional y donde se encuentran sus experiencias se vieron interrumpidas por un viaje. Y, como en todo peregrinaje, los caminos llevan a otras experiencias y a otros giros que por desconocidos pueden generar temor, pero que al final terminan dando la razón de la decisión tomada.
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De su regreso a Europa se confirmó que el estratega de 38 años no seguiría dirigiendo a Patriotas. Días después se informó que Corredor sería el nuevo timonel del Deportivo Pasto, un equipo que ha ido de menos a más en las últimas temporadas y se ha convertido en uno de los cocos de los grandes clubes del fútbol de nuestro país.
“Me siento muy motivado por lo que será este proyecto para el 2020. Venimos con el objetivo de hacer cosas grandes, de hacer una muy buena Copa Sudamericana, de pelear los primeros puestos en la liga. Esperemos que las cosas se den. Los dirigentes me escucharon y les pareció bien lo que yo propuse. Está el compromiso de ellos por querer mejorar las cosas, por tener un equipo que represente muy bien al departamento de Nariño. Era el proyecto que estaba buscando, de gente que quisiera hacer cosas grandes; un club que me brindara las herramientas para poder, también, forjar una carrera como entrenador. Esto también se hace teniendo una buena nómina, un buen equipo, y el Deportivo Pasto me parece el lugar ideal en el que se pueden lograr estos objetivos”, afirmó Corredor justo antes de iniciar el torneo.
El boyacense cuenta en Deportivo Pasto con una nómina sólida, que si bien no compite con las de los equipos grandes en el sentido de grandes figuras y fichajes, sí se ha sabido identificar como una plantilla ordenada y comprometida que ha llevado al equipo de Nariño a instancias definitivas en torneos pasados, pues en el primer semestre de 2019 logró llegar a la final del torneo local. Infortunadamente, el partido que se jugó en Bogotá le dio una victoria al Júnior y, en consecuencia, una estrella más al equipo tiburón.
El pasado miércoles Pasto se estrenó en la Copa Sudamericana con una derrota frente a Huachipato en Chile por 1-0. Los pastusos perdieron dos oportunidades claras de gol en el primer tiempo, que terminaron costándoles la caída y la posibilidad de volver a Colombia con un resultado más cómodo. Sin embargo, Corredor y sus jugadores demostraron tener las herramientas e ideas necesarias para darle vuelta al resultado y lograr avanzar a la siguiente fase del torneo internacional.
Con nueve puntos de nueve posibles, pues le falta jugar un partido con Tolima que fue aplazado, el equipo de Nariño llega a la quinta fecha del torneo local como líder. Una victoria 2-1 como visitante frente a Millonarios en la primera fecha, el triunfo en Barrancabermeja 1-0 frente a Alianza Petrolera y la goleada 4-0 en el estadio Libertad contra Bucaramanga son los resultados obtenidos en el comienzo del campeonato y son los indicios de que Corredor es un director técnico que tiene carácter y seguridad para llevar sus equipos a rendimientos óptimos. Su exigencia extrema y su fuerte temperamento, criticados por algunos jugadores que ha dirigido, son un reflejo de la seguridad que se requiere para triunfar en el fútbol, la pasión que heredó de su familia.