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Las generaciones de deportistas, y sobre todo las que resultan exitosas, siempre están marcadas por un referente. Y eso es lo que significa Catalina Usme para el fútbol femenino de Colombia. La antioqueña, nacida en Rionegro en 1989, desde hace diez años viene marcando un paso importante para el crecimiento de este deporte en las mujeres. Ha hecho toda la escuela.
En 2009 debutó en el equipo Formas Íntimas, quizás el club femenino más serio y estructurado que ha tenido nuestro país, con el que quedó goleadora de la Copa Libertadores Femenina 2015, al anotar en ocho oportunidades.
Allí jugó hasta 2016, cuando fichó con el América de Cali, aunque fue algo de apenas un par de meses y no más de veinte partidos. (Listos los duelos de cuartos de final de la Liga Femenina)
Esa misma temporada se cambió para el rojo de Bogotá y con Santa Fe volvió a jugar una Libertadores y de nuevo fue Botín de Oro, con cuatro goles.
Aunque la falta de recursos económicos para financiar un torneo profesional impidió que la liga tuviera continuidad, su rendimiento individual no decayó y, al contrario, comenzó a hacerse importante con la selección.
Con la camiseta de Colombia tiene el privilegio de ser la goleadora histórica, con 54 anotaciones. Una marca que consiguió al marcarle cuatro goles a Uruguay en la victoria 7-0, el 4 de abril de 2018.
Aunque sus registros la muestren como una delantera, con los años se ha convertido en una jugadora versátil, que además de hacer goles, asiste para que otras también marquen. Este 2019 ha sido un año de retos, promesas y logros para Usme.
El primer gran obstáculo fue toda la lucha que el fútbol femenino dio para gozar de mayor apoyo, una mejor retribución económica y una visibilidad desde los medios que nunca había tenido. Luego, cuando tocó responder en materia de resultados, ahí también Catalina hizo su trabajo.
Usme y el equipo femenino que fue a los Juegos Panamericanos de Lima 2019 se trajeron la medalla de oro al vencer en la final a Argentina y lograr la primera presea dorada de un deporte de conjunto en estas justas.
Y fue precisamente después de derrotar en penaltis 7-6 a las albicelestes, tras igualar 1-1 en el tiempo reglamentario, que Usme dio una muestra total de profesionalismo.
Jugó los últimos veinte minutos, su equipo iba 2-2 y de sus pies surgió la asistencia que generó el tercero y la victoria para América. Tres puntos que pusieron a las escarlatas en los cuartos de final de la Liga Águila Femenina. Un partido que sirvió para que hoy, en Medellín y ante Atlético Nacional, su equipo marque el inicio de los cuartos de final del torneo. Y como vive de afanes, desde los recovecos de un aeropuerto atendió a El Espectador y habló como lo que es: una referente.
¿Cómo ha sido el regreso después del oro en los Panamericanos?
Lograrlo fue cumplir un sueño. Lo que nosotras hicimos representa la culminación de un ciclo perfecto. Esa medalla la veníamos buscando hace ocho años. En Guadalajara 2011 quedamos cuartas y en Canadá 2015 fuimos segundas. Por eso, esta vez sabíamos cuál era el objetivo. Quedarnos con la medalla de plata hubiera sido un fracaso.
En menos de 24 horas estaba de nuevo en competencia, ¿por qué?
La responsabilidad de uno como profesional debe ser total. Yo creo que cuando uno asume un compromiso lo mínimo que puede hacer es cumplir. Yo sabía que tenía un reto grande con la selección, pero también tenía una tarea con el América de la cual no me podía alejar. Tenía clarísimo, fuese cual fuese el resultado final ante Argentina, que quería regresar lo más pronto para poderle aportar a mi equipo lo que hice en Perú.
¿Se siente referente del fútbol femenino en el país?
Claro que sí y me encanta tener esa labor. Me gusta representar bien al fútbol femenino, a la mujer y al deporte colombiano. Y me gusta la idea de liderar a muchas mujeres, que hoy son niñas, y que sueñan con lo que nuestra generación ha logrado.
Después de tantos años en el fútbol, ¿qué se ha hecho bien y mal en esta nueva liga femenina?
Sin duda, hemos avanzado como nunca. Yo creo que los mismos resultados y lo que ha pasado en la liga lo avala. Ahora se ve un fútbol mucho más competitivo, mucho más atractivo para el aficionado y que cultiva hinchas. Eso yo lo veo reflejado en las personas que van a vernos. Obviamente hay cosas que mejorar y sobre todo en nosotras como jugadoras. Como profesionales tenemos que avanzar aún más. Siento que el fútbol profesional, por decirlo de forma jocosa, nos cogió con los calzones abajo y yo creo que todos los días tenemos que evolucionar en volvernos más profesionales, en aprender a comportarnos y a liderar aun más un deporte que está creciendo.
¿Cuáles son sus objetivos personales con la selección?
En selección no tenemos ninguna competencia. Lo más cercano que hay es Copa América, que será en tres años. Por eso, esperamos que con esa medalla de oro en los Panamericanos nos den una mejor preparación. Que podamos tener una continuidad en el entrenamiento y que en cada fecha FIFA el equipo se pueda reunir y seguir consolidándose.
¿Cuáles son sus objetivos con América?
Yo tengo en mi mente ganar la Copa Libertadores. Nosotras venimos trabajando muy bien, sabemos que esto es paso a paso y por eso ante Nacional hay que pensar que debemos sacar una buena diferencia para llegar a Cali y seguir soñando con esta liga.