El despertar feliz de Ray Vanegas
El delantero salió a los nueve años de su natal Sincelejo. Llegó en 2019 a la capital del Nariño y ahí espera permanecer un largo tiempo, porque ha mejorado su vida familiar y deportiva.
Cuando Ray Vanegas no está concentrado con Deportivo Pasto en otra ciudad, se levanta en el apartamento que tiene en un piso alto en la capital del Nariño y se para frente a la ventana con un hirviente café en sus manos. Mientras lo sopla y da sorbos pequeños, se deleita con el volcán Galeras que, desde su hogar, parece alcanzable. Ese hermoso paisaje, su esposa y su hija son las motivaciones de cada día.
(“Quise que el Pasto jugara a lo Guardiola, a lo Simeone y a lo Diego Corredor”)
“Encontré el lugar donde soy feliz, donde mi familia es feliz”, dijo el protagonista de esta historia. Es un hombre que nació al otro lado del país, en Sincelejo, capital del departamento de Sucre, pero que se identifica con la tierra donde el Galeras y el Deportivo Pasto son amados. Adora el frío y los fines de semana en los que no tiene partidos los domingos, porque, cuando las circunstancias le permiten descansar ese día, se dirige a la laguna de la Cocha a pescar junto a su familia.
En el ambiente húmedo y caluroso de su niñez, nunca imaginó ponerse tantas chaquetas al tiempo. Sin embargo, ahora sonríe cada que ve el aleteo de uno de los seres que habitan en la mencionada laguna. También en el momento en el que, en medio de la neblina y las casas que acaricia el agua, se puede comer una trucha sudada. “Disfruto a diario, espero seguir muchos años aquí. Mi matrimonio y la relación con mi hija se han fortalecido”.
No todo ha sido felicidad, pues hace poco superó una lesión de tobillo que le hizo bajar el nivel, a la par del equipo, y lo obligó a jugar infiltrado varios partidos. El dolor no cesaba y su desesperación aumentaba. “Ya me encuentro al 100 %, aunque sí me ha faltado aumentar mi cuota de goles”, aseguró Ray Vanegas Zúñiga, un ser que comenzó su sendero de sueños con cuatro años en el barrio 6 de Enero de Sincelejo.
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En su lugar de origen fue formado en la escuela de Manuel Góez Barragán e impulsado por los consejos de su padre, Andrés Vanegas, un amante de la pelota que tiene dos hijos en el fútbol profesional colombiano. El otro es Óscar Vanegas, defensor de Patriotas Boyacá. De hecho, en octubre pasado se enfrentaron los hermanos. Fue 1-1 y tranquilidad para la madre, Candelaria Zúñiga, quien los llamó antes del encuentro y durante el juego no dejó de orar para que no hubiera problemas.
Volviendo a los comienzos de Ray, desde la escuela de Góez Barragán se fue al equipo Estrellas 2.000, del Urabá antioqueño. A los nueve años se fue de Sincelejo con el único objetivo de ser jugador profesional. Y lo logró. Participó en el Festival Pony Fútbol y los observadores del Deportivo Independiente Medellín quedaron maravillados con su forma de gambetear, su talento para ser volante creativo y su capacidad goleadora.
El atacante sincelejano debutó en 2012 en la entonces llamada Copa Postobón sin haber cumplido veinte años. En el segundo semestre de esa temporada, anotó un gol que todavía es recordado por los hinchas del poderoso. En la última fecha de los cuadrangulares semifinales, ante Águilas Doradas y de visitante, convirtió un tanto agónico en el minuto 91, que le permitió al cuadro de Hernán Darío Gómez clasificar a la final de la Liga, la cual terminaría perdiendo por penales contra Millonarios. Vanegas fue convocado por el Bolillo 24 horas antes del compromiso, por una lesión del goleador histórico del club, el argentino Germán Ezequiel Cano.
(James Mina Camacho: música en el arco)
Vanegas jugó en 2015 con Patriotas y Uniautónoma y en 2016 llegó al Envigado. Después, estuvo en Jaguares de Córdoba y Once Caldas, previo a su llegada en 2019 al Pasto, equipo del que afirma que se volvió hincha por la conexión que tuvo desde el comienzo con los simpatizantes nariñenses. “Quiero ver al equipo siendo campeón y no voy a descansar hasta que eso suceda. Anhelo hacer historia aquí y en el fútbol colombiano”, manifestó el jugador que este viernes cumplió 28 años y se visualiza con la camiseta de la selección de Colombia.
No se acompleja por los penales fallados contra Júnior en la final del primer semestre de 2019 y en la reciente semifinal de Copa Colombia frente al Deportes Tolima, por los que fue criticado. Asegura que seguirá pateando cobros desde el punto blanco, porque es de valientes equivocarse y seguir intentado dejar huella en cualquier ámbito de la existencia. La suya ahora está marcada por los conceptos que aplica el técnico Diego Corredor, un seguidor de Guardiola, Bielsa, Klopp y Simeone, a quien considera “extraordinario y de los mejores de nuestro país”.
Bajo las instrucciones del mencionado entrenador, Ray Vanegas tiene su punto de partida como extremo derecho en el inicial 4-3-3 que plantea. No obstante, el delantero puede aparecer por cualquier lugar de la ofensiva. Y el Pasto, con su juego de posesión y posición, ha sido uno de los que mejor ha jugado últimamente en Colombia, pese a que por ahora se encuentra fuera de los ocho. Este sábado, tras los empates contra América y Santa Fe, saldrá a imponer su idea ante un Alianza Petrolera que es último. Y Vanegas buscará confirmar que el elenco de la ciudad que ama ya superó una mala racha, “de las que tienen hasta Real Madrid y Barcelona”, y el domingo levantarse feliz con el Galeras frente a su ventana y una trucha esperándolo en la Cocha.
Cuando Ray Vanegas no está concentrado con Deportivo Pasto en otra ciudad, se levanta en el apartamento que tiene en un piso alto en la capital del Nariño y se para frente a la ventana con un hirviente café en sus manos. Mientras lo sopla y da sorbos pequeños, se deleita con el volcán Galeras que, desde su hogar, parece alcanzable. Ese hermoso paisaje, su esposa y su hija son las motivaciones de cada día.
(“Quise que el Pasto jugara a lo Guardiola, a lo Simeone y a lo Diego Corredor”)
“Encontré el lugar donde soy feliz, donde mi familia es feliz”, dijo el protagonista de esta historia. Es un hombre que nació al otro lado del país, en Sincelejo, capital del departamento de Sucre, pero que se identifica con la tierra donde el Galeras y el Deportivo Pasto son amados. Adora el frío y los fines de semana en los que no tiene partidos los domingos, porque, cuando las circunstancias le permiten descansar ese día, se dirige a la laguna de la Cocha a pescar junto a su familia.
En el ambiente húmedo y caluroso de su niñez, nunca imaginó ponerse tantas chaquetas al tiempo. Sin embargo, ahora sonríe cada que ve el aleteo de uno de los seres que habitan en la mencionada laguna. También en el momento en el que, en medio de la neblina y las casas que acaricia el agua, se puede comer una trucha sudada. “Disfruto a diario, espero seguir muchos años aquí. Mi matrimonio y la relación con mi hija se han fortalecido”.
No todo ha sido felicidad, pues hace poco superó una lesión de tobillo que le hizo bajar el nivel, a la par del equipo, y lo obligó a jugar infiltrado varios partidos. El dolor no cesaba y su desesperación aumentaba. “Ya me encuentro al 100 %, aunque sí me ha faltado aumentar mi cuota de goles”, aseguró Ray Vanegas Zúñiga, un ser que comenzó su sendero de sueños con cuatro años en el barrio 6 de Enero de Sincelejo.
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En su lugar de origen fue formado en la escuela de Manuel Góez Barragán e impulsado por los consejos de su padre, Andrés Vanegas, un amante de la pelota que tiene dos hijos en el fútbol profesional colombiano. El otro es Óscar Vanegas, defensor de Patriotas Boyacá. De hecho, en octubre pasado se enfrentaron los hermanos. Fue 1-1 y tranquilidad para la madre, Candelaria Zúñiga, quien los llamó antes del encuentro y durante el juego no dejó de orar para que no hubiera problemas.
Volviendo a los comienzos de Ray, desde la escuela de Góez Barragán se fue al equipo Estrellas 2.000, del Urabá antioqueño. A los nueve años se fue de Sincelejo con el único objetivo de ser jugador profesional. Y lo logró. Participó en el Festival Pony Fútbol y los observadores del Deportivo Independiente Medellín quedaron maravillados con su forma de gambetear, su talento para ser volante creativo y su capacidad goleadora.
El atacante sincelejano debutó en 2012 en la entonces llamada Copa Postobón sin haber cumplido veinte años. En el segundo semestre de esa temporada, anotó un gol que todavía es recordado por los hinchas del poderoso. En la última fecha de los cuadrangulares semifinales, ante Águilas Doradas y de visitante, convirtió un tanto agónico en el minuto 91, que le permitió al cuadro de Hernán Darío Gómez clasificar a la final de la Liga, la cual terminaría perdiendo por penales contra Millonarios. Vanegas fue convocado por el Bolillo 24 horas antes del compromiso, por una lesión del goleador histórico del club, el argentino Germán Ezequiel Cano.
(James Mina Camacho: música en el arco)
Vanegas jugó en 2015 con Patriotas y Uniautónoma y en 2016 llegó al Envigado. Después, estuvo en Jaguares de Córdoba y Once Caldas, previo a su llegada en 2019 al Pasto, equipo del que afirma que se volvió hincha por la conexión que tuvo desde el comienzo con los simpatizantes nariñenses. “Quiero ver al equipo siendo campeón y no voy a descansar hasta que eso suceda. Anhelo hacer historia aquí y en el fútbol colombiano”, manifestó el jugador que este viernes cumplió 28 años y se visualiza con la camiseta de la selección de Colombia.
No se acompleja por los penales fallados contra Júnior en la final del primer semestre de 2019 y en la reciente semifinal de Copa Colombia frente al Deportes Tolima, por los que fue criticado. Asegura que seguirá pateando cobros desde el punto blanco, porque es de valientes equivocarse y seguir intentado dejar huella en cualquier ámbito de la existencia. La suya ahora está marcada por los conceptos que aplica el técnico Diego Corredor, un seguidor de Guardiola, Bielsa, Klopp y Simeone, a quien considera “extraordinario y de los mejores de nuestro país”.
Bajo las instrucciones del mencionado entrenador, Ray Vanegas tiene su punto de partida como extremo derecho en el inicial 4-3-3 que plantea. No obstante, el delantero puede aparecer por cualquier lugar de la ofensiva. Y el Pasto, con su juego de posesión y posición, ha sido uno de los que mejor ha jugado últimamente en Colombia, pese a que por ahora se encuentra fuera de los ocho. Este sábado, tras los empates contra América y Santa Fe, saldrá a imponer su idea ante un Alianza Petrolera que es último. Y Vanegas buscará confirmar que el elenco de la ciudad que ama ya superó una mala racha, “de las que tienen hasta Real Madrid y Barcelona”, y el domingo levantarse feliz con el Galeras frente a su ventana y una trucha esperándolo en la Cocha.