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El gran Américo Montanini

Alfonso López no será más el nombre del estadio de Bucaramanga. Ahora se llama como uno de los máximos ídolos del cuadro leopardo.

Alfredo Serrano Zabala, especial para El Espectador*
13 de junio de 2024 - 01:50 a. m.
José Américo Montanini, fallecido en noviembre del año pasado, es el máximo goleador en la historia del Atlético Bucaramanga.
José Américo Montanini, fallecido en noviembre del año pasado, es el máximo goleador en la historia del Atlético Bucaramanga.
Foto: Atlético Bucaramanga

Fue muy acertada la decisión tomada en las últimas horas de adoptar para el estadio de la ciudad de Bucaramanga el nombre de Américo Montanini, un legendario astro del futbol argentino, quien llegó a la “Ciudad Bonita” proveniente de Buenos Aires, Argentina y se quedó para siempre. Este reconocimiento es el premio a la vida y obra del inigualable goleador gaucho, un futbolista proveniente del River Plate argentino, un porteño quien deleitó a la Colombia futbolera con su magistral clase.

Montanini (q.e.p.d), nació en Buenos Aires, el 4 de abril de 1933 y fue un delantero de la talla de sus paisanos, el gran Alfredo Di Stéfano (también ex River y Millonarios) y de José Manuel el “Charro” Moreno (ex River y Deportivo Independiente Medellín), considerado el mejor jugador del mundo en los años 40.

Américo Montanini, a quien le decían la “Bordadora” durante más de 60 años dejó por las calles de Bucaramanga, no solo su huella de fenómeno del fútbol, también ofreció su calidad de señor, de gran hombre y de gran ciudadano. Por ello hoy, ad portas de una gran final de su club amado, el Atlético Bucaramanga, por decisión del gobernador de Santander, Juvenal Díaz Mateus, el antiguo estadio Departamental Alfonso López, se llamará Américo Montanini.

Pocos estadios de la primera división del fútbol profesional en el mundo llevan nombres de legendarios cracks, tenemos el de Alfredo Di Stéfano en el Real Madrid de España, en Suramérica, el Diego Armando Maradona del Argentinos Juniors, el Mané Garrincha en Brasilia, el Nilton Santos del Botafogo en Río de Janeiro, el Elías Figueroa en Santiago Wanderers de Chile y ahora el Américo Montanini, estadio sede del Atlético Bucaramanga, equipo con 75 años de antigüedad, que lucha en el 2024 por su primera y ansiada estrella.

En Colombia es la primera ocasión, que, en el fútbol de la liga mayor, un equipo histórico adopte para su sede el nombre de un jugador extranjero, en este caso el de Américo Montanini. El estadio de Bucaramanga hoy es un auténtico fortín, reducto que también adoptó, como cántico principal, a través de su ferviente fanaticada la argentina “Cumbia de los Trapos”, aire musical proveniente de las zonas más populares del Gran Buenos Aires.

En los fríos bonaerenses de agosto de 1956, Américo José Montanini Ruetti, de solo 23 años de edad, trabajaba en un frigorífico de la zona de Mataderos, hacía dos años que una lesión de columna vertebral, recogida en cancha del News Old Boys de Rosario, lo había alejado del balompié. En aquellos días Montanini actuaba en las reservas del River Plate argentino al lado de luminarias que sorprenderían luego al mundo futbolístico.

Cualquier día llegó a aquel frigorífico, proveniente de Colombia, un jugador argentino conocido como el “Judío”. Era Felipe Stemberg, quien actuaba para el Atlético Bucaramanga, este que conocía desde River Plate a Américo Montanini lo invitó a enrolarse con el club santandereano. Montanini adujo estar muy gordo y rechazó esa primera oferta.

Días después, el 13 de septiembre de 1956, el mismo Stemberg llega al domicilio de los Montanini Ruetti, en la calle Timoteo Gordillo 24 – 41, y habla de nuevo con Montanini, entonces llegan a un acuerdo. En las siguientes horas estaban aterrizando en el viejo aeropuerto Gómez Niño de la ciudad de Bucaramanga, Stemberg y Montanini, y de esa forma inició la historia de 67 años de Montanini con su club amado el Atlético Bucaramanga de la “Ciudad de los Parques”. Montanini debutó en el estadio Alfonso López en un partido amistoso contra el Madureira de Río de janeiro, Brasil.

Américo Montanini falleció a sus 90 años de edad, el pasado 20 de noviembre de 2023, en la clínica Comuneros de Bucaramanga. El fastuoso jugador estuvo casado por 53 años con la señora Gloria Hinestroza, en su juventud cantante y mujer de radio. La pareja tuvo tres hijas, Claudia, Marta y Gloria.

Montanini convivió con su segunda hija Marta sus últimos años de vida en la zona residencial de Cabecera de Llano, en Bucaramanga. Claudia su hija mayor está casada con Mario Peralta, un ex jugador del Atlético Bucaramanga, y su hija menor Gloria, radicada en Pereira, tiene un hijo de nombre Juan José hoy estudiante de relaciones internacionales en la Universidad Externado de Bogotá. Juan José estuvo en un par de ocasiones entrenándose con las divisiones inferiores del Barcelona de España, pero a los 15 años decidió dedicarse al estudio. Quienes lo han visto jugar expresan que el nieto de Montanini tiene las mismas habilidades de su abuelo el crack argentino.

En 1960, Américo Montanini llega con un equipo de ensueño a Bogotá a disputar un partido crucial contra Independiente Santa Fe, juego que definiría el campeón de ese certamen. A Montanini le acompañaban sus coterráneos; Hugo Alejandro el “Mariscal” Scrimaglía, Roberto Pablo Janiot, el crack santandereano Hernán el “Cuca” Aceros, Marcos Coll, el arquero gaucho Ernesto Berto, sus también paisanos Roberto Marini, Eugenio Casalli, José Giarrizo, y los colombianos Arturo Solorzano y Efraín “Caraña” González.

En ese partido el Atlético Bucaramanga pierde en el estadio el Campín ante 38 mil espectadores por marcador de 5 a 1. Allí se esfuma la oportunidad de que ese gran equipo se hubiese convertido en campeón del torneo, Santa Fe finalmente se alzó con el título y sumó su tercera estrella de la mano de Bevilacquia, Aponte, Silva, Reznik, Panzutto, Perazzo y de su técnico el argentino Julio Tocker.

Dos años antes, en 1958, Américo Montanini con 38 goles se convierte en el máximo artillero del torneo colombiano. Ya retirado del fútbol Montanini nunca dejó de ir al estadio Alfonso López a ver a su Atlético Bucaramanga, solo ya convaleciente en el año 2023 dejó de ir por su estado de salud. Montanini a sus 16 años de edad, en Buenos Aires, ya jugaba en las categorías menores del River Plate, además estudiaba y trabajaba para ayudar en la casa de su padre del mismo nombre. El argentino fue un papá disciplinado, amoroso, y es de los pocos futbolistas extranjeros que ha logrado pensionarse como trabajador en Colombia.

Gozando de un afecto sin límites de parte de la afición en Bucaramanga y Colombia, Américo Montanini, fue tan querido en la “Ciudad Bonita” que la torcida búcara no sintió celos que el estadio de la ciudad llevara su nombre por encima de hombres como el del ex mundialista (Chile 1962) Hernán el “Cuca” Aceros (contemporáneo, compañero y amigo de Montanini) o el de Misael el “Papo” Flórez.

“Mi papá salía a hacer alguna diligencia de media hora y se tardaba en regresar un par de horas porque la gente se detenía a saludarlo y él jamás rehuyó al cariño que le prodigaban los aficionados”, indicó Marta Montanini, la hija que más vivió en el mismo techo con su padre luego de la muerte de su madre Gloria de Montanini.

El 1969 Américo Montanini regresa a su país natal Argentina a estudiar para ser técnico de Fútbol, allí con sus hijas muy pequeñas vive seis años ante de regresar a su Bucaramanga, en dónde sería técnico del equipo de sus amores. “Vivimos en las afueras de Buenos Aires, en casa de un tío de mi padre, una casa finca con piscina, una residencia muy grande, mi padre había llevado buenos ahorros. A nuestro regreso a Bucaramanga nos reencontramos con el otro papá de nosotras; el gran Hugo Alejandro el “Mariscal” Scrimaglia y con Roberto Pablo Janiot, entre otros” enfatiza Marta Montanini.

Conmemora Marta, la segunda hija de Montanini: “Mi padre Américo Montanini decía que Bucaramanga era una de las mejores ciudades del mundo, porque se podía vivir tranquilo, tener hijos y levantar buenas familias. Hace poco me entrevisté con el profesor Rafael Dudamel actual técnico del Atlético Bucaramanga y le dije que en el estadio estaba la energía y espíritu de Américo Montanini. En la ciudad la gente nos para a decirnos, su padre desde el cielo nos va a dar la primera estrella en este año 2024″.

Américo Montanini debutó como jugador en 1951 en el River Plate de Argentina, y jugó en el equipo de la banda cruzada hasta 1956 cuando llega al Atlético Bucaramanga, se recupera de su lesión de columna vertebral y juega hasta 1961, cuando es fichado por el América de Cali, en el cuadro escarlata juega hasta el año 63 y regresa a la capital de Santander y se viste nuevamente de amarillo hasta el año de 1968, año en que se retira con un récord personal de 134 goles.

Hoy en Bucaramanga la gente cree que el gran Américo Montanini se fue el 20 de noviembre de 2023 para el cielo a abrir las compuertas de la primera estrella para su club el Atlético Bucaramanga, sueño que en pocas horas se pudiera hacer realidad guiado por el profesor venezolano Rafael Dudamel y de la mano de otro argentino número 10, como el de Montanini, Fabián Sambueza, con el apoyo de dos docenas de gladiadores quienes creyeron que el milagro era posible con la bendición del gran Américo Montanini, un gran santandereano nacido en un rincón de la bella Buenos Aires, capital de Argentina.

*escritor y periodista santandereano

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Por Alfredo Serrano Zabala, especial para El Espectador*

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Sergio(16420)14 de junio de 2024 - 05:19 a. m.
Excelente crónica para un gran futbolista y ser humano !!!
Andrés David(dlmjh)13 de junio de 2024 - 03:08 p. m.
Muy linda nota. En Bucaramanga todos esperamos la llegada de la primera estrella.
Armando(817t9)13 de junio de 2024 - 12:37 p. m.
Excelente crónica de la vida de este gran santandereano nacido en Buenos Aires
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