El lado solidario del fútbol colombiano
Varios referentes de nuestro balompié han realizado donaciones a las poblaciones más afectadas por la cuarentena. Por medio de fundaciones y campañas, han aportado mercados y equipamientos para hospitales.
Andrés Osorio Guillott
Ahora los futbolistas tienden su mano para ayudar a las personas más afectadas por la crisis económica y social que se esconde detrás de la cuarentena por el COVID-19. En varias partes del mundo se han dado a conocer los gestos de solidaridad de algunos deportistas que tienen altos ingresos y reconocen que una parte de su dinero puede servir para ayudar a poblaciones vulnerables o colaborar con hospitales que necesiten medicamentos, pruebas, máquinas y demás elementos para los tratamientos y curas de los contagiados por el nuevo coronavirus.
Ocurrió con Lionel Messi y Xavi Hernández, que ahora es técnico de fútbol, pues ambos donaron un millón de euros al sector de la salud en España para que algunos hospitales logren abastecerse con los equipamientos necesarios para afrontar la crisis.
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La economía se ha visto afectada en todos los lugares del mundo. La pandemia desconoce de clases sociales. En regiones como África y América Latina, donde la desigualdad gobierna, la crisis termina afectando a las familias que viven de trabajos informales y dependen del dinero que ganan día a día. En nuestro país gran parte de la población no tiene servicios y derechos a la salud, educación, trabajo y hasta vivienda. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, en un estudio publicado en julio de 2019, el 19,6 % de los habitantes del país vivían en pobreza multidimensional a finales de 2018. Además, la pobreza había aumentado un 0,1 % entre 2017 y 2018, lo que dejaba una estadística del 27 % de los colombianos en esta condición.
Y justamente de esos territorios abandonados por el Estado y golpeados por la violencia es de donde provienen algunos de los jugadores que ahora aportan con mercados para que sus compatriotas puedan tener algo para comer en estos días.
Yerry Mina, por medio de su fundación, que lleva su nombre, entregó mercados con alimentos y productos de aseo para la población de Guachené (Cauca), de la cual es oriundo el defensa del equipo inglés Everton.
Alfredo Morelos, delantero del Rangers de Escocia, donó cerca de US$300.000 (más de $1.000 millones) a través de su fundación, según informó su empresario, Michael Gorman. Y por estos días el jugador nacido en Cereté hizo otro aporte de $370 millones a familias de escasos recursos para solventar algunas necesidades básicas.
Radamel Falcao García hizo una donación al sector de la salud en Turquía hace unas semanas. Luego autorizó varias ayudas a tres fundaciones en nuestro país. A Solidaridad por Colombia le entregó 1.300 mercados por medio de la campaña “Ayudar nos hace bien”; a Aid Live, 400 mercados y el pago de 300 arrendamientos; e hizo una donación extra a la fundación Sanar, que ayuda al tratamiento de niños con cáncer. Esos fueron los importantes gestos del delantero del Galatasaray, quien aseguró con razón que “la vida es más importante que el fútbol”.
Teófilo Gutiérrez, delantero del Júnior, donó mil mercados al barrio que lo vio crecer como futbolista: La Chinita, en Barranquilla. El jugador, con ayuda de quienes le colaboran en su fundación, entregó sus donaciones a decenas de familias del sector.
Lo mismo hizo Wílmar Barrios, jugador del Zenit de San Petersburgo, quien repartió 500 mercados en Cartagena, ciudad en la que nació hace 26 años.
James Rodríguez, centrocampista del Real Madrid, apoya desde 2011 a niños de varias regiones del país por medio de su fundación Colombia Somos Todos. Por estos días, el 10 de la selección nacional ha realizado donaciones adicionales a varias campañas y sectores. A finales de marzo entregó una gran suma de dinero a la campaña “Antioquia Solidaria” y donó mercados en coordinación con la Cruz Roja y los gobiernos locales en Bogotá e Ibagué. En esta última ciudad, además de los 150 mercados, aportó para entregar material sanitario en el hospital Federico Lleras Acosta. Fueron 1.380 tapabocas, diez máscaras contra riesgo biológico y 350 trajes Tyvek donados por la fundación del goleador del Mundial de 2014.
Gestos que no tienen que ver con donaciones, pero que dejan ver la bondad de los seres humanos son los que muestran personas como Alberto Gamero, director técnico de Millonarios, o Juan Carlos Osorio, entrenador de Atlético Nacional, que renunciaron a su salario para que dichas instituciones puedan pagarles a los empleados que no cuentan con sueldos altos y se ven afectados por la suspensión de la liga colombiana.
Varios jugadores del torneo local han hecho lo mismo. Algunos planteles han aceptado de buena manera la disminución temporal de sus sueldos e incluso algunos, como los de Júnior y Bucaramanga, han reunido fondos para comprar mercados y entregarlos a la comunidad.
Y ni qué decir de las barras organizadas de los clubes. Casi todas han puesto en marcha proyectos sociales para ayudar a personas sin recursos. Les han entregado alimentos y vestuario, que han podido conseguir gracias a donaciones y venta de productos de sus organizaciones.
Son tiempos para recuperar la solidaridad que muchos abandonamos por el afán de cumplir con nuestros compromisos diarios. Comprobar que la emergencia sanitaria nos afecta a todos por igual es una forma de replantear el modo en que estábamos conviviendo.
Y que los futbolistas, a esos que muchas veces les hemos exigido que vayan más allá de los goles y los partidos, demuestren empatía con quienes carecen de sus privilegios nos hace creer que esta crisis puede ser el giro para que la humanidad recupere la nobleza que nos permita vivir mejor en comunidad.
Ahora los futbolistas tienden su mano para ayudar a las personas más afectadas por la crisis económica y social que se esconde detrás de la cuarentena por el COVID-19. En varias partes del mundo se han dado a conocer los gestos de solidaridad de algunos deportistas que tienen altos ingresos y reconocen que una parte de su dinero puede servir para ayudar a poblaciones vulnerables o colaborar con hospitales que necesiten medicamentos, pruebas, máquinas y demás elementos para los tratamientos y curas de los contagiados por el nuevo coronavirus.
Ocurrió con Lionel Messi y Xavi Hernández, que ahora es técnico de fútbol, pues ambos donaron un millón de euros al sector de la salud en España para que algunos hospitales logren abastecerse con los equipamientos necesarios para afrontar la crisis.
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La economía se ha visto afectada en todos los lugares del mundo. La pandemia desconoce de clases sociales. En regiones como África y América Latina, donde la desigualdad gobierna, la crisis termina afectando a las familias que viven de trabajos informales y dependen del dinero que ganan día a día. En nuestro país gran parte de la población no tiene servicios y derechos a la salud, educación, trabajo y hasta vivienda. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, en un estudio publicado en julio de 2019, el 19,6 % de los habitantes del país vivían en pobreza multidimensional a finales de 2018. Además, la pobreza había aumentado un 0,1 % entre 2017 y 2018, lo que dejaba una estadística del 27 % de los colombianos en esta condición.
Y justamente de esos territorios abandonados por el Estado y golpeados por la violencia es de donde provienen algunos de los jugadores que ahora aportan con mercados para que sus compatriotas puedan tener algo para comer en estos días.
Yerry Mina, por medio de su fundación, que lleva su nombre, entregó mercados con alimentos y productos de aseo para la población de Guachené (Cauca), de la cual es oriundo el defensa del equipo inglés Everton.
Alfredo Morelos, delantero del Rangers de Escocia, donó cerca de US$300.000 (más de $1.000 millones) a través de su fundación, según informó su empresario, Michael Gorman. Y por estos días el jugador nacido en Cereté hizo otro aporte de $370 millones a familias de escasos recursos para solventar algunas necesidades básicas.
Radamel Falcao García hizo una donación al sector de la salud en Turquía hace unas semanas. Luego autorizó varias ayudas a tres fundaciones en nuestro país. A Solidaridad por Colombia le entregó 1.300 mercados por medio de la campaña “Ayudar nos hace bien”; a Aid Live, 400 mercados y el pago de 300 arrendamientos; e hizo una donación extra a la fundación Sanar, que ayuda al tratamiento de niños con cáncer. Esos fueron los importantes gestos del delantero del Galatasaray, quien aseguró con razón que “la vida es más importante que el fútbol”.
Teófilo Gutiérrez, delantero del Júnior, donó mil mercados al barrio que lo vio crecer como futbolista: La Chinita, en Barranquilla. El jugador, con ayuda de quienes le colaboran en su fundación, entregó sus donaciones a decenas de familias del sector.
Lo mismo hizo Wílmar Barrios, jugador del Zenit de San Petersburgo, quien repartió 500 mercados en Cartagena, ciudad en la que nació hace 26 años.
James Rodríguez, centrocampista del Real Madrid, apoya desde 2011 a niños de varias regiones del país por medio de su fundación Colombia Somos Todos. Por estos días, el 10 de la selección nacional ha realizado donaciones adicionales a varias campañas y sectores. A finales de marzo entregó una gran suma de dinero a la campaña “Antioquia Solidaria” y donó mercados en coordinación con la Cruz Roja y los gobiernos locales en Bogotá e Ibagué. En esta última ciudad, además de los 150 mercados, aportó para entregar material sanitario en el hospital Federico Lleras Acosta. Fueron 1.380 tapabocas, diez máscaras contra riesgo biológico y 350 trajes Tyvek donados por la fundación del goleador del Mundial de 2014.
Gestos que no tienen que ver con donaciones, pero que dejan ver la bondad de los seres humanos son los que muestran personas como Alberto Gamero, director técnico de Millonarios, o Juan Carlos Osorio, entrenador de Atlético Nacional, que renunciaron a su salario para que dichas instituciones puedan pagarles a los empleados que no cuentan con sueldos altos y se ven afectados por la suspensión de la liga colombiana.
Varios jugadores del torneo local han hecho lo mismo. Algunos planteles han aceptado de buena manera la disminución temporal de sus sueldos e incluso algunos, como los de Júnior y Bucaramanga, han reunido fondos para comprar mercados y entregarlos a la comunidad.
Y ni qué decir de las barras organizadas de los clubes. Casi todas han puesto en marcha proyectos sociales para ayudar a personas sin recursos. Les han entregado alimentos y vestuario, que han podido conseguir gracias a donaciones y venta de productos de sus organizaciones.
Son tiempos para recuperar la solidaridad que muchos abandonamos por el afán de cumplir con nuestros compromisos diarios. Comprobar que la emergencia sanitaria nos afecta a todos por igual es una forma de replantear el modo en que estábamos conviviendo.
Y que los futbolistas, a esos que muchas veces les hemos exigido que vayan más allá de los goles y los partidos, demuestren empatía con quienes carecen de sus privilegios nos hace creer que esta crisis puede ser el giro para que la humanidad recupere la nobleza que nos permita vivir mejor en comunidad.