El VAR: herramienta novedosa que se convirtió en problema en el fútbol colombiano
Aunque llegó para evitar errores arbitrales, el uso de esta tecnología en la Liga BetPlay ha traído más polémicas y trabas que beneficios en el juego.
Andrés Osorio Guillott
Video Assistant Referee (Asistente de videoarbitraje), eso significan las siglas VAR. Su primera aparición en el fútbol fue en el Mundial de Clubes 2016, cuando el juez húngaro Viktor Kassai pitó un penalti a favor del Kashima Antlers contra Atlético Nacional, en la semifinal del torneo. La primera vez que se usó en Colombia fue en 2018, en el partido de los cuartos de final entre Santa Fe y Cali por la Copa Sudamericana; en el torneo local, fue en la final del segundo semestre de 2019, en la que jugaron América y Júnior.
Evitar errores y polémicas. Evitar goles en fuera de juego, revisar posibles expulsiones, verificar manos o faltas previas que no fueron señaladas y derivaron en una anotación. Jugadas de ese estilo son las que se tuvieron en cuenta para crear esta herramienta. Las opiniones se dividen y quienes están en contra señalan que el VAR ha desnaturalizado el juego y perjudicado el trabajo de los árbitros. Fallas ha habido en todo el mundo, pues pese a la precisión de la tecnología, esta sigue siendo utilizada por seres humanos que cometen errores, y al ser susceptible de equivocaciones, debe haber una preparación y una instrucción detallada para que este artefacto sea en verdad en beneficio del juego en tanto que es más justo y transparente, y no un enemigo de la competencia.
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¿Cómo fueron la preparación y el proceso para la implementación del VAR en Colombia? En principio, se escogieron 24 árbitros que serían capacitados. Ímer Machado, juez central retirado desde 2016, quedó encargado como instructor técnico desde el año pasado. ¿El problema? Parece que la capacitación en realidad se da con la práctica; es decir, con el paso de los partidos, razón por la cual se ha convertido en un problema para su correcta implementación en la Liga BetPlay. Además de los casos recientes en los que se habló de un posible fuera de juego en el segundo gol de Nacional contra Millonarios por la fecha quince, o de la expulsión de Álex Castro, jugador del cuadro verdolaga, en el clásico paisa contra Medellín, el VAR ha estado en el ojo del huracán por la demora del equipo arbitral para revisar las jugadas, que deriva en la pérdida de ritmo y tiempo de juego, la posible pérdida de autoridad que tienen ante la herramienta y —un factor externo— la instalación y el uso de las cámaras.
Ante el debate sobre la manera en que hay que replantear el uso del VAR, El Espectador consultó a José Borda y Rafael Sanabria, analistas arbitrales, quienes coinciden en que falta mayor instrucción para utilizarlo en el fútbol colombiano: “Sí hace falta mayor capacitación y de mejor calidad. Sé que vino Jorge Larrionda el año pasado a dar la instrucción para el uso del VAR. Él vino como instructor de Conmebol. Y resulta que eso fue un asunto de una semana, después no se hizo nada y los árbitros van aprendiendo con la práctica. Considero que la parte teórica la saben y la conocen, lo que sucede es que cuando van a los partidos tienen demasiados temores a no equivocarse. ¿Por qué razón? Porque no hay un respaldo de la Federación Colombiana de Fútbol, la Comisión Arbitral ni la Dimayor hacia los árbitros. Al tomar una decisión, lo primero que el juez central piensa es si afecta a este, si el otro protestará, si el dueño del equipo reclamará, si lo suspenderán... Con tantas inseguridades se toman más tiempo en decidir y ese es uno de los problemas. Y es que el VAR te deja expuesto. Cuando no tienen la excusa de que no hay cámaras para mostrar algunas jugadas. Cuando está toda la tecnología, el árbitro queda más expuesto al error”, dijo Sanabria.
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“Están fallando tanto unos como otros [árbitros y VAR], ya que no respetan los protocolos; llaman al árbitro por cualquier jugada, al marcar las líneas del fuera de juego no hay claridad y los mismos árbitros a veces hacen caso omiso ante los llamados del VAR. Esto conlleva a que la herramienta tecnológica pierda credibilidad y que efectivamente algunos árbitros terminen escudándose en el VAR y pierdan autoridad. Los árbitros en Colombia no tienen dónde practicar y llegan a las cabinas a adquirir experiencia”, dice José Borda.
La mayor crítica se centra en la tardanza de las decisiones, pues se pierden varios minutos de juego y evidencian una posible confusión del juez para determinar la decisión final. Sobre este tema se ha hablado incluso de imponer un límite de tiempo para revisar el videoarbitraje. Un ejemplo claro de ello es Alemania, donde la herramienta ha funcionado con una efectividad del 93 % y el promedio en el uso del VAR es de 79 segundos.
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Otro de los puntos mencionados es la ubicación de las cámaras del VAR. En el presente se utilizan trece en el campo de juego, pero no están las de revisar el fuera de lugar, como sí se ha visto en la Premier League, ubicadas de tal manera que queden a la altura de la jugada en revisión, sino que están en puntos donde los ángulos podrían dar una percepción equivocada de la posición de los jugadores y el balón. “Hay cosas que no son culpa de los árbitros. Los ángulos de las cámaras tienen que ver con la tecnología, que no hay la suficiente. En los partidos con VAR hay trece cámaras, pero yo veo que colocan dos de ellas dentro de las porterías, entonces sí, se ve muy bonito, pero no es efectivo. Una cámara en cada área para los fueras de juego es insuficiente. Si la cámara está ubicada a la misma altura de donde empieza el área de las 16 con 50 y la acción en esa zona lo agarra plenamente, pero si está ubicada hacia el punto penal, por ejemplo, pues será más difícil porque se verá en diagonal y ahí la culpa no es de los jueces, sino de la Dimayor que no está pagando para que haya más tecnología”, señala Sanabria.
Las garantías para el uso del VAR en Colombia son pocas. El aprendizaje de su uso no debe ser en la práctica, pues eso no solo perjudica el desempeño arbitral, sino a los equipos que están en competencia. Incluso, su mala implementación refleja errores en las esferas más altas, es decir, en la Federación Colombiana de Fútbol y en la Dimayor, quienes deben velar porque el fútbol en conjunto tenga las suficientes herramientas y garantías para el buen desarrollo del juego. Y por otra parte, en cuanto al arbitraje, como dice José Borda, el problema radica en que no hay sanciones para los jueces con baja calificación y rendimiento: “El árbitro que se equivoque debe ser castigado, de esa manera aprende y corrige. La Comisión ha fallado reprogramando árbitros que han cometido grandes errores; le hacen mal primero al árbitro porque no mejora y segundo al torneo y a los equipos”.
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Sin embargo, Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, dijo en Blu Radio que “no porque se hayan equivocado una vez son malos y no hay que castigarlos eternamente. Hay que trabajar con la comisión arbitral”, y a su vez señaló: “Yo creo en la herramienta del VAR, pues ofrece ayuda en situaciones complejas para que los árbitros puedan tomar decisiones”, y que un caso como la pérdida de la señal de la herramienta en el clásico paisa, en donde se analizaba la expulsión de Álex Castro, “enseña que cualquier cosa puede suceder y hubo fallas de protocolo y hay que afinarlo. Esto puede volver a pasar, no es infalible”.
Video Assistant Referee (Asistente de videoarbitraje), eso significan las siglas VAR. Su primera aparición en el fútbol fue en el Mundial de Clubes 2016, cuando el juez húngaro Viktor Kassai pitó un penalti a favor del Kashima Antlers contra Atlético Nacional, en la semifinal del torneo. La primera vez que se usó en Colombia fue en 2018, en el partido de los cuartos de final entre Santa Fe y Cali por la Copa Sudamericana; en el torneo local, fue en la final del segundo semestre de 2019, en la que jugaron América y Júnior.
Evitar errores y polémicas. Evitar goles en fuera de juego, revisar posibles expulsiones, verificar manos o faltas previas que no fueron señaladas y derivaron en una anotación. Jugadas de ese estilo son las que se tuvieron en cuenta para crear esta herramienta. Las opiniones se dividen y quienes están en contra señalan que el VAR ha desnaturalizado el juego y perjudicado el trabajo de los árbitros. Fallas ha habido en todo el mundo, pues pese a la precisión de la tecnología, esta sigue siendo utilizada por seres humanos que cometen errores, y al ser susceptible de equivocaciones, debe haber una preparación y una instrucción detallada para que este artefacto sea en verdad en beneficio del juego en tanto que es más justo y transparente, y no un enemigo de la competencia.
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¿Cómo fueron la preparación y el proceso para la implementación del VAR en Colombia? En principio, se escogieron 24 árbitros que serían capacitados. Ímer Machado, juez central retirado desde 2016, quedó encargado como instructor técnico desde el año pasado. ¿El problema? Parece que la capacitación en realidad se da con la práctica; es decir, con el paso de los partidos, razón por la cual se ha convertido en un problema para su correcta implementación en la Liga BetPlay. Además de los casos recientes en los que se habló de un posible fuera de juego en el segundo gol de Nacional contra Millonarios por la fecha quince, o de la expulsión de Álex Castro, jugador del cuadro verdolaga, en el clásico paisa contra Medellín, el VAR ha estado en el ojo del huracán por la demora del equipo arbitral para revisar las jugadas, que deriva en la pérdida de ritmo y tiempo de juego, la posible pérdida de autoridad que tienen ante la herramienta y —un factor externo— la instalación y el uso de las cámaras.
Ante el debate sobre la manera en que hay que replantear el uso del VAR, El Espectador consultó a José Borda y Rafael Sanabria, analistas arbitrales, quienes coinciden en que falta mayor instrucción para utilizarlo en el fútbol colombiano: “Sí hace falta mayor capacitación y de mejor calidad. Sé que vino Jorge Larrionda el año pasado a dar la instrucción para el uso del VAR. Él vino como instructor de Conmebol. Y resulta que eso fue un asunto de una semana, después no se hizo nada y los árbitros van aprendiendo con la práctica. Considero que la parte teórica la saben y la conocen, lo que sucede es que cuando van a los partidos tienen demasiados temores a no equivocarse. ¿Por qué razón? Porque no hay un respaldo de la Federación Colombiana de Fútbol, la Comisión Arbitral ni la Dimayor hacia los árbitros. Al tomar una decisión, lo primero que el juez central piensa es si afecta a este, si el otro protestará, si el dueño del equipo reclamará, si lo suspenderán... Con tantas inseguridades se toman más tiempo en decidir y ese es uno de los problemas. Y es que el VAR te deja expuesto. Cuando no tienen la excusa de que no hay cámaras para mostrar algunas jugadas. Cuando está toda la tecnología, el árbitro queda más expuesto al error”, dijo Sanabria.
Lea también: Johan Rodríguez y la titánica labor de ser tenista profesional en Colombia
“Están fallando tanto unos como otros [árbitros y VAR], ya que no respetan los protocolos; llaman al árbitro por cualquier jugada, al marcar las líneas del fuera de juego no hay claridad y los mismos árbitros a veces hacen caso omiso ante los llamados del VAR. Esto conlleva a que la herramienta tecnológica pierda credibilidad y que efectivamente algunos árbitros terminen escudándose en el VAR y pierdan autoridad. Los árbitros en Colombia no tienen dónde practicar y llegan a las cabinas a adquirir experiencia”, dice José Borda.
La mayor crítica se centra en la tardanza de las decisiones, pues se pierden varios minutos de juego y evidencian una posible confusión del juez para determinar la decisión final. Sobre este tema se ha hablado incluso de imponer un límite de tiempo para revisar el videoarbitraje. Un ejemplo claro de ello es Alemania, donde la herramienta ha funcionado con una efectividad del 93 % y el promedio en el uso del VAR es de 79 segundos.
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Otro de los puntos mencionados es la ubicación de las cámaras del VAR. En el presente se utilizan trece en el campo de juego, pero no están las de revisar el fuera de lugar, como sí se ha visto en la Premier League, ubicadas de tal manera que queden a la altura de la jugada en revisión, sino que están en puntos donde los ángulos podrían dar una percepción equivocada de la posición de los jugadores y el balón. “Hay cosas que no son culpa de los árbitros. Los ángulos de las cámaras tienen que ver con la tecnología, que no hay la suficiente. En los partidos con VAR hay trece cámaras, pero yo veo que colocan dos de ellas dentro de las porterías, entonces sí, se ve muy bonito, pero no es efectivo. Una cámara en cada área para los fueras de juego es insuficiente. Si la cámara está ubicada a la misma altura de donde empieza el área de las 16 con 50 y la acción en esa zona lo agarra plenamente, pero si está ubicada hacia el punto penal, por ejemplo, pues será más difícil porque se verá en diagonal y ahí la culpa no es de los jueces, sino de la Dimayor que no está pagando para que haya más tecnología”, señala Sanabria.
Las garantías para el uso del VAR en Colombia son pocas. El aprendizaje de su uso no debe ser en la práctica, pues eso no solo perjudica el desempeño arbitral, sino a los equipos que están en competencia. Incluso, su mala implementación refleja errores en las esferas más altas, es decir, en la Federación Colombiana de Fútbol y en la Dimayor, quienes deben velar porque el fútbol en conjunto tenga las suficientes herramientas y garantías para el buen desarrollo del juego. Y por otra parte, en cuanto al arbitraje, como dice José Borda, el problema radica en que no hay sanciones para los jueces con baja calificación y rendimiento: “El árbitro que se equivoque debe ser castigado, de esa manera aprende y corrige. La Comisión ha fallado reprogramando árbitros que han cometido grandes errores; le hacen mal primero al árbitro porque no mejora y segundo al torneo y a los equipos”.
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Sin embargo, Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, dijo en Blu Radio que “no porque se hayan equivocado una vez son malos y no hay que castigarlos eternamente. Hay que trabajar con la comisión arbitral”, y a su vez señaló: “Yo creo en la herramienta del VAR, pues ofrece ayuda en situaciones complejas para que los árbitros puedan tomar decisiones”, y que un caso como la pérdida de la señal de la herramienta en el clásico paisa, en donde se analizaba la expulsión de Álex Castro, “enseña que cualquier cosa puede suceder y hubo fallas de protocolo y hay que afinarlo. Esto puede volver a pasar, no es infalible”.