En Cali y Manizales los números del descenso ya prenden las alarmas
Con la derrota del cuadro azucarero por goleada este miércoles contra Santa Fe se confirmó la complicada situación del verde del Valle del Cauca. Misma situación de angustia que vive Once Caldas. Así está el panorama.
En Colombia solo un grande ha descendido: América de Cali. Campeones que se han ido a la B, en cambio, han sido varios. Esa es la gran mancha a la grandeza de América, uno de los equipos más tradicionales de nuestro balompié, que estuvo casi seis años en la segunda división. Además de los escarlatas, Quindío, Unión Magdalena, Cúcuta, Pasto, Chicó, Tolima y Deportivo Pereira. Sin embargo, los equipos tradicionales del fútbol colombiano, con algunas excepciones, siempre han jugado en primera.
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En Colombia solo un grande ha descendido: América de Cali. Campeones que se han ido a la B, en cambio, han sido varios. Esa es la gran mancha a la grandeza de América, uno de los equipos más tradicionales de nuestro balompié, que estuvo casi seis años en la segunda división. Además de los escarlatas, Quindío, Unión Magdalena, Cúcuta, Pasto, Chicó, Tolima y Deportivo Pereira. Sin embargo, los equipos tradicionales del fútbol colombiano, con algunas excepciones, siempre han jugado en primera.
La gran razón detrás de esa estadística favorable a los equipos poderosos es el promedio, un blindaje creado para proteger a los grandes del país y que fue la gran condena de los Diablos Rojos en 2011. Este año se pretendía acabar con el actual sistema de descenso, pero en la asamblea de la Dimayor hace unas semanas en la votación la derogación de la medida, los promedios se salvaron por un voto.
Ahora, por el mismo camino que anduvieron a principios de la década pasada los escarlatas, transita Deportivo Cali, su rival de patio y otro de los equipos más populares de Colombia que actualmente pelea puestos de descenso. Su derrota este miércoles por 3-0 contra Santa Fe agudizó una crisis alertada desde hace meses, pero que ahora empieza a ser una realidad.
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No es el único club con tradición en problemas, pues Once Caldas —que, aunque no es considerado grande, tiene cuatro campeonatos, una Libertadores y siempre ha estado en la A— también está en la zona crítica de la tabla de la reclasificación.
Una situación que prende las alarmas en Cali y en Manizales porque, además del momento crítico de los números, los dos equipos están en momentos futbolísticos complicados, sumidos en una crisis de la cual no se levantan y en los últimos puestos del actual semestre de la Liga BetPlay, con los azucareros al fondo de la tabla y los albos apenas cuatro puestos por arriba (16).
Y aunque ambos van en caída libre en el rentado local, la tabla del campeonato no se ve tan preocupante como la del descenso, en la que Cali está a nueve puntos de la zona de descenso directo y Caldas a solo siete. Puestos que actualmente ocupan Unión Magdalena, en el último lugar, y Alianza Petrolera.
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No les favoreció a ninguno de los dos que, desde hace un año, en la liga los nuevos ascendidos, en este caso Chicó y Huila, no heredan el promedio de los peores equipos del año anterior, si no que construyen su propio registro, razón por la que los boyacenses, líderes del campeonato, marchan primeros también en la tabla de la reclasificación.
Sin solución aparente
La alerta máxima por el descenso no ha servido para que Cali reaccione. De hecho, sus resultados en los últimos partidos solo han aumentado el estado de crisis.
Es una realidad que acompaña al cuadro azucarero desde hace varios semestres, pues, después de lograr el campeonato de liga en el segundo semestre de 2021, Deportivo Cali tuvo un 2022 para el olvido, terminando penúltimo en el primer semestre y antepenúltimo en el siguiente torneo.
El rumbo perdido que tomó una vez conseguida la estrella, confirmó que el campeonato conseguido por Rafael Dudamel hace menos de dos años fue un espejismo y que cortar el trabajo de Alfredo Arias —hoy en Peñarol después de encauzar el año pasado a Santa Fe— fue uno de los errores más graves de una institución muy complicada en el aspecto económico con números que rozan la quiebra. De hecho, este miércoles también se confirmó la noticia de que, ante la falta de liquidez y las deudas que encadena el cuadro azucarero de varios meses, sus divisiones menores empezaron a trabajar a distancia, de forma virtual. Una crisis total.
No es un panorama tan oscuro, eso sí, el que se vive en Manizales, más allá de que en Caldas también hay mucha preocupación. Este semestre, después de años de resultados irregulares en varios campeonatos, Diego Corredor fue sacado del cargo de entrenador en el Once. El blanco blanco también está sumido en una fuerte crisis institucional, no tan crítica como la que se vive en Cali, pero desde el lado deportivo, al menos, ya tomó medidas.
Y mientras en Cali, por ahora, Jorge Luis Pinto se mantiene en su cargo, en Manizales hace dos semanas asumieron Pedro Sarmiento y Hernán Darío “el Arriero” Herrera, que venían de ser campeones con Nacional el año pasado.
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El cambio de rumbo todavía está en veremos, apremiados por la urgencia de resultados, los nuevos entrenadores no empezaron bien su ciclo, pues en sus dos primeros partidos encadenan dos derrotas al hilo. Caídas que cortaron la buena racha que traía Once Caldas desde su victoria contra Millonarios, con Elkin Soto como DT encargado.
La apuesta, es claro, es a mediano plazo, pues se espera que el trabajo de Sarmiento y Herrera se vea en el futuro. Aunque no hay mucho tiempo, Caldas tomó el riesgo de cambiar temprano para tratar de cambiar el mal rumbo que tiene el equipo.
En Cali la situación es diferente, porque, aunque la dirigencia mantiene a Pinto al mando, la racha del club es pésima en nueve fechas, con una sola victoria, cuatro empates y cuatro derrotas, todas en los últimos cinco encuentros.
El desgaste es evidente y enderezar el rumbo es urgente, Caldas, por un lado, tendrá su próxima cita contra Pereira, el campeón vigente, el sábado en casa. Cali, por el otro lado, tendrá una corrida todavía más brava el domingo contra América, que además de estar entonado por su gran presente que lo tiene peleando en la punta del campeonato, se ilusiona con la posibilidad de que su gran rival baje a segunda, un infierno que, entre los grandes, solo los Diablos Rojos han padecido.
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