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Tulio Alberto Gómez Giraldo es por estos días el hombre más admirado por la numerosa hinchada americana. De la mano de este exitoso empresario manizaleño, radicado hace más de cuatro décadas en Cali, el conjunto escarlata está cerca de regresar a la primera división del fútbol colombiano después de seis temporadas en el torneo de ascenso.
Aunque desde el año pasado se vinculó a la institución, hace cinco meses asumió definitivamente las riendas y se convirtió en el máximo accionista para poder tomar decisiones y gestionar a su estilo.
“Estoy convencido de que, sobre todo en el fútbol, es mejor la dictadura que la democracia, que al final se convierte en anarquía. Cuando algo es de todos, no es de nadie. Siempre se necesita que haya un doliente, un solo patrón. Eso ha quedado demostrado con el éxito de Nacional, Medellín y Júnior en los últimos años”, explica sin falsa modestia.
Aclara que “no me veían metido en el fútbol, pero la experiencia de mi cuñado (José Raúl Giraldo) con el Medellín me abrió el panorama. Inicialmente tenía muchas ideas, pero no la mayoría accionaria para ejecutar, así que decidimos invertir un poco más y tomar el control del equipo”.
Gómez, uno de los mayores distribuidores de alimentos y productos de primera necesitad en el occidente del país, es copropietario de la cadena de supermercados Super Inter, pero este semestre se le ha dedicado con “alma, vida y sombrero” al América.
“La verdad es que tengo muchas ocupaciones, pero este reto requería mi entera disposición. Tenemos que hacer en cinco meses lo que no se pudo en cinco años y en lo deportivo no hay margen de error, así que nada se puede delegar, hay que estar pendientes del más mínimo detalle”, advierte.
Y el cambio en el club se ha notado. “Nos renovamos en un 80 %, en lo deportivo, administrativo, logístico y financiero. La mayoría de nuestros empleados han cambiado. Ahora tenemos indicadores de gestión en todos los aspectos y quien los cumpla se queda y quien no, se va. En cada área tenemos especialistas, profesionales competentes, pero sobre todo buenas personas, que nos asesoran para tomar las decisiones acertadas, porque hay que devolver al América al lugar que se merece, a lo más alto”, agrega.
“Tenemos gente muy valiosa, como el ingeniero Orlando Rincón, Hárold Lozano, Osberth Orozco, Pitufo De Ávila, César Porras, Tucho Ortiz, Julián Vásquez y Nayibe Valencia, entre otros muchos cuyos nombres se me escapan, pero hoy en América todos somos importantes y aportamos, porque ante todo somos hinchas del equipo, desde los miembros de la junta directiva hasta las señoras del aseo o el conductor del bus”, dice confiado en que la hinchada escarlata ha percibido la transformación de la institución.
Sin embargo, Gómez no se siente el salvador del América y reconoce el esfuerzo que hicieron sus antecesores. “Oreste Sangiovanni sacó al equipo de la Ley Clinton, lo saneó, lo dejó sin grandes deudas. Esa fue la base para iniciar este nuevo camino”.
“Tenemos el mejor equipo”
Don Tulio, como le dicen la mayoría de los empleados del club, incluso los jugadores y los miembros del cuerpo técnico, confía ciegamente en que América logre este año el ascenso a la A.
Para conseguirlo debe terminar primero en el cuadrangular B del Torneo Águila, en el que enfrentará a Deportes Quindío, Universitario de Popayán y Real Cartagena. En la otra serie, cuyo ganador también jugará en primera en 2017, están Deportivo Pereira, Leones, Tigres y Bogotá F.C.
En la fase Todos contra Todos, de 32 fechas, América terminó segundo, con 60 puntos, a 10 del líder Pereira. Los rojos caleños ganaron 16 partidos, empataron 12 y perdieron solamente cuatro. Marcaron 48 goles y permitieron 24. Están invictos en el segundo semestre (16 jornadas), bajo las órdenes del técnico tolimense Hernán Torres, la gran apuesta de Tulio Gómez para el banquillo.
¿Qué le pareció el cuadrangular del América?
A mí me gustó. Nos tocaron los rivales más duros. Siempre he dicho que los equipos más complicados de la B son Pereira y Real Cartagena y era muy probable que nos tocara con alguno. Si analizamos los equipos del torneo, jugador por jugador, América es el mejor, el 80 % son futbolistas de la A, pero en un torneo corto puede pasar cualquier cosa, porque no hay rival pequeño, así que no nos podemos confiar. Eso sí, seremos locales casi siempre, porque Popayán y Armenia nos quedan a dos horas y seguro habrá mucha hinchada americana.
¿Cuáles son las fortalezas de su equipo?
Contamos con un gran técnico, un hombre de experiencia. Tenemos buen arquero, Carlos Bejarano, que incluso es el titular en la selección de Guinea Ecuatorial. Nuestra defensa ha sido la menos vencida del año, es sólida. Y luego tenemos jugadores que están marcando la diferencia, como Ernesto El Tecla Farías, Cristian Martínez Borja, Jeison Lucumí, Jhonny Vásquez, Járol Martínez y varios más. Llegamos muy bien físicamente, sin lesionados.
¿No le preocupa la parte mental, la presión que hay sobre el plantel?
Hemos trabajado mucho en eso. Cuando definimos la nómina nos reunimos con los jugadores y el cuerpo técnico y fuimos claros. Los contratamos para ascender, para nada más. Más que presión es un reto de todos nosotros. En el grupo hay orden, disciplina, armonía, condición y convicción. No hay jugadores díscolos, todos se cuidan, se entrenan bien. Acá estamos tirando todos unidos y para el mismo lado. No se dejó nada a la deriva. Nos concentramos desde el pasado jueves y debutamos el martes (7:45 p.m. contra el Quindío en Armenia). Le vamos a cumplir a esta hinchada, que es la mejor del país.
¿Qué ha sido lo más difícil en este proceso?
Conformar la plantilla. A mitad de año sacamos a 19 jugadores y en cada puesto teníamos tres o cuatro opciones, así que tocó buscar, negociar y contratar en poco tiempo. Empezamos el torneo con 14 futbolistas nuevos y era difícil lograr identidad de juego rápidamente, pero por fortuna se consiguió. Este equipo ya tiene un estilo y todos saben que acá no hay preferencias ni compadrazgos, que las decisiones se toman teniendo en cuenta varios conceptos y siempre pensando en el beneficio del club.
¿En algún momento se ha arrepentido de haberse metido en semejante reto?
Nunca me arrepiento de lo que hago, sino de lo que dejo de hacer. No me vi nunca como presidente de la Junta Directiva del América, pero aunque siempre he sido muy hincha, metido acá me fui apasionando más y me lo he tomado muy a pecho. Pero hay que dejar en claro que todo esto es una labor de equipo grande, incluidas mi esposa y mis hijas, que han luchado mucho. Creo que piensa más el panal que la abeja sola y que todo aporte es valioso.
Pero, para la hinchada, por ejemplo, hoy usted es la figura del América.
No quiero ser el mejor de mi equipo, sino que mi equipo sea el mejor y veo que acá hay el amor y la pasión suficientes para lograr todos nuestros objetivos.
¿Qué hay a largo plazo, qué pasa si no ascienden?
A largo plazo queremos devolverle la grandeza al club. Acondicionamos la sede deportiva de La Candela, que era la del Boca Juniors de Hernando Ángel, y estamos estrenando una muy bonita sede administrativa. En dos o tres años esperamos tener una propia con todas las de la ley. Estamos modernizando el club y pensando en grande en todos los aspectos, como debe ser. No se me pasa por la cabeza no subir a la A.
¿Qué mensaje le da a la afición?
Para esta hinchada se quedan cortos los elogios. En cinco días vendimos los 25.000 abonos que pusimos a la venta, así que tendremos estadio lleno en todos los partidos. Les pido, a quienes todavía son incrédulos, que apoyen, que empujen este barco, para que todos juntos podamos celebrar.