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Los nuevos directivos del Once Caldas, con Jairo Pineda a la cabeza, se dieron a la tarea de organizar a un club que estaba cerca de acabarse, con deudas y con unas nóminas que no correspondían a su grandeza. En el ámbito deportivo confiaron en un hombre ganador como Flabio Torres que con un equipo menor, como el Deportivo Pasto ya había logrado figurar en los campeonatos nacionales y por eso le dieron la oportunidad de encabezar el nuevo proyecto deportivo. Hasta ahora lleva poco menos de un año en Manizales, pero ya ha dado resultados y razones suficientes para que se crea en él.
En el primer semestre llegó hasta los cuartos de final, cuando perdió frente a Independiente Santa Fe, pero se le dio continuidad a su trabajo y se pensó en reforzar. Poco a poco se ha fortalecido el orden táctico del equipo en el terreno de juego y se ha logrado una buena combinación entre jugadores jóvenes y otros de mayor experiencia en el fútbol. Para este semestre se reforzó con los extranjeros Leandro Díaz y Martín Bonjur y eso le ha caído bien al cuadro caldense, que no se dejó desestabilizar tras la salida de su figura José Heriberto Izquierdo y se ha mostrado como un grupo verdaderamente fuerte. “El trabajo colectivo ha sido la clave. A pesar de la partida de nuestra figura, seguimos marcando muchos goles”, le asegura Flabio a El Espectador. Es que en los últimos juegos el equipo manizaleño le marcó tres tantos al Tolima, dos a Envigado y tres a Alianza Petrolera en la jornada anterior. “Ese ejemplo me sirve mucho para asegurar que este es un equipo en el que todos somos importantes”.
En medio de la fortaleza grupal se destacan algunas individualidades, como el goleador del campeonato con siete tantos, Johan Arango, y quien lo sigue en la tabla de artilleros, Sergio Romero. “Siempre va a haber piezas importantes dentro de un andamiaje, pero lo importante es que cuando uno de esos jugadores no esté, el equipo responda igual. En el más reciente partido teníamos tres sancionados y a pesar de eso los que entraron lo hicieron bien. Justamente eso hace que el trabajo rinda su fruto”, asegura el técnico tolimense de 43 años.
Desde que Torres está como DT blanco, han debutado siete jugadores de las divisiones menores que poco a poco se van consolidando en el equipo profesional, algo que se debe valorar porque finalmente estos serán los que harán al club grande en el futuro.
En este semestre el Once es líder de la Liga Postobón y está a un paso de clasificar a los cuartos de final de la Copa Postobón, gana la serie 2-1 y mañana jugará en Tunja el partido de vuelta. “Es una bendición de Dios estar en esta situación, porque uno siempre sueña con esto. Nosotros hemos tratado al máximo de ir fortaleciendo nuestro equipo y ver resultados es una alegría, pero debemos saber que esto es fútbol y hay que seguir puliendo cosas día a día, no se puede aflojar”, destaca Torres, quien ya conoce cuál es la fórmula para ganar, ahora le falta saber complementarla para que esas victorias lo lleven a ganar un título.