Giovanni Moreno, un fijo en la selección Colombia
El 10 de Nacional será llamado para la eliminatoria y en el Atanasio Girardot podría estrenarse oficialmente con la tricolor.
Redacción Deportiva
Ya había recibido el visto bueno de Eduardo Lara, pero faltaba uno tan o más importante, el de la embajada estadounidense que se tomó unos días para evaluar una serie de documentos que en definitiva comprobaron que no tenía nada que ver con un homónimo que se encuentra viviendo ilegalmente en ese país.
Lastimosamente, para Giovanni Moreno, la selección no daba espera y mientras aguardaba por una respuesta consular, la tricolor partía sin él para jugar contra El Salvador en Houston el pasado 5 de agosto. “Fue duro porque ya entrenaba en Bogotá con los muchachos y tener que devolverme no era fácil por la ilusión que siempre se tiene al vestir la camiseta del país”, confesaba el 10 de Nacional al regresar a la capital antioqueña.
Igual lo dejaba en cierta forma tranquilo que no se alejaba “por lo deportivo sino por una situación ajena y así me lo hizo saber El Profe Lara”, quien además lo invitó a “darle todavía más duro para subir mi nivel y en la medida en que lo mantuviera, la oportunidad se podría dar de nuevo”.
Era cuestión de paciencia y si la había tenido en marzo de 2008, cuando estuvo en una preselección de Jorge Luis Pinto y finalmente no integró el grupo que enfrentó en amistoso a Honduras en Fort Lauderdale, cómo no esperar un nuevo llamado si vestido de verde era ya figura y así lo patentaba con goles —cinco en el Clausura—.
Y el teléfono sonó a la semana siguiente, pero no era el técnico nacional el que estaba al otro lado de la línea, sino alguien de la embajada americana que le notificaba que podía recoger su pasaporte con la visa, la cual podría estrenar el próximo 30 de septiembre, cuando la tricolor enfrente a México en partido que se disputará en el Cotton Bowl de Dallas, Texas.
Pero antes el calendario incluye dos fechas mucho más importantes, y el mismo Moreno lo reconoce: “Los partidos contra Ecuador y Uruguay son definitivos en las aspiraciones de Colombia de estar nuevamente en un Mundial y sería muy lindo poder estar ahí”.
Esa ilusión del mediocampista de 23 años se le hará realidad este jueves cuando el seleccionador nacional, en rueda de prensa en las instalaciones de la Federación Colombiana de Fútbol, incluya su nombre entre los 20 ó 22 que convocará para los dos próximos juegos de la eliminatoria.
“La situación en la tabla está complicada, pero Colombia tiene los jugadores para salir adelante y buscar los seis puntos que la mantengan con posibilidades de conseguir la clasificación”, dice ilusionado el ícono nacionalista de la actualidad que deberá reportarse el próximo domingo en el hotel San Fernando Plaza de Medellín, donde comenzará la concentración tricolor, para el lunes cumplir la primera práctica oficial en el Atanasio.
El simple momento por el que atraviesa lo motiva, pero aún más saber que estará en su entorno, en el que supo lo que era la crítica luego de un primer semestre en el que no salieron las cosas ni individual ni colectivamente. “Todo era parte de una adaptación porque en Nacional las responsabilidades aumentan”, admite el 10 verdolaga, que espera recibir el mismo número en la selección porque aparte de personalidad para pedirla, parece también sobrarle fútbol a la hora de defenderla.
Ya había recibido el visto bueno de Eduardo Lara, pero faltaba uno tan o más importante, el de la embajada estadounidense que se tomó unos días para evaluar una serie de documentos que en definitiva comprobaron que no tenía nada que ver con un homónimo que se encuentra viviendo ilegalmente en ese país.
Lastimosamente, para Giovanni Moreno, la selección no daba espera y mientras aguardaba por una respuesta consular, la tricolor partía sin él para jugar contra El Salvador en Houston el pasado 5 de agosto. “Fue duro porque ya entrenaba en Bogotá con los muchachos y tener que devolverme no era fácil por la ilusión que siempre se tiene al vestir la camiseta del país”, confesaba el 10 de Nacional al regresar a la capital antioqueña.
Igual lo dejaba en cierta forma tranquilo que no se alejaba “por lo deportivo sino por una situación ajena y así me lo hizo saber El Profe Lara”, quien además lo invitó a “darle todavía más duro para subir mi nivel y en la medida en que lo mantuviera, la oportunidad se podría dar de nuevo”.
Era cuestión de paciencia y si la había tenido en marzo de 2008, cuando estuvo en una preselección de Jorge Luis Pinto y finalmente no integró el grupo que enfrentó en amistoso a Honduras en Fort Lauderdale, cómo no esperar un nuevo llamado si vestido de verde era ya figura y así lo patentaba con goles —cinco en el Clausura—.
Y el teléfono sonó a la semana siguiente, pero no era el técnico nacional el que estaba al otro lado de la línea, sino alguien de la embajada americana que le notificaba que podía recoger su pasaporte con la visa, la cual podría estrenar el próximo 30 de septiembre, cuando la tricolor enfrente a México en partido que se disputará en el Cotton Bowl de Dallas, Texas.
Pero antes el calendario incluye dos fechas mucho más importantes, y el mismo Moreno lo reconoce: “Los partidos contra Ecuador y Uruguay son definitivos en las aspiraciones de Colombia de estar nuevamente en un Mundial y sería muy lindo poder estar ahí”.
Esa ilusión del mediocampista de 23 años se le hará realidad este jueves cuando el seleccionador nacional, en rueda de prensa en las instalaciones de la Federación Colombiana de Fútbol, incluya su nombre entre los 20 ó 22 que convocará para los dos próximos juegos de la eliminatoria.
“La situación en la tabla está complicada, pero Colombia tiene los jugadores para salir adelante y buscar los seis puntos que la mantengan con posibilidades de conseguir la clasificación”, dice ilusionado el ícono nacionalista de la actualidad que deberá reportarse el próximo domingo en el hotel San Fernando Plaza de Medellín, donde comenzará la concentración tricolor, para el lunes cumplir la primera práctica oficial en el Atanasio.
El simple momento por el que atraviesa lo motiva, pero aún más saber que estará en su entorno, en el que supo lo que era la crítica luego de un primer semestre en el que no salieron las cosas ni individual ni colectivamente. “Todo era parte de una adaptación porque en Nacional las responsabilidades aumentan”, admite el 10 verdolaga, que espera recibir el mismo número en la selección porque aparte de personalidad para pedirla, parece también sobrarle fútbol a la hora de defenderla.