Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Su talento lo llevó después a debutar en Pasto, triunfar en Santa Fe y Palmeiras, tener un paso breve por Barcelona y brillar en el Mundial de Rusia 2018 con la selección de Colombia, antes de llegar al Everton de Inglaterra, desde donde sigue pendiente de Guachené. Yerry lo hace bajo la premisa de transmitirles a los niños los principios que a él lo llevaron al éxito. Lo ha intentado desde que creó la Fundación Yerry Mina, en 2016.
La iniciativa del defensor ha buscado que los niños le tomen amor a las actividades culturales. La danza, utilizada por Mina en sus celebraciones, es una de las principales actividades. También otras artísticas y, como no, deportivas, que ahora en la tecnología tendrán un acompañante tan efectivo como lo es Yerry con los compañeros de zaga. Esto, gracias a que la Fundación del futbolista creó una alianza con la Compañía Energética de Occidente (CEO).
Le puede interesar: El deporte y la doble moral en la historia
El vínculo llevó 31 computadores de alta gama a uno de los pisos de la Fundación, con lo que 310 niños, entre 6 y 16 años, se han beneficiado desde hace un mes. Tienen internet a su alcance, ya no deben recolectar monedas para pagar $400 pesos por 15 minutos en los denominados “café internet”. Ahora cuentan con máquinas equipadas con programas de diseño, video y fotografía, para que cada uno se instruya de acuerdo a sus pasiones.
“En pleno Mundial de Rusia 2018, cuando en nuestra sala de juntas disfrutábamos del partido Colombia vs. Inglaterra, Yerry anotó un golazo para empatar y nos llevó a la definición por penaltis. En ese momento dijimos: ‘anotemos un gol por la educación’, y nos dimos a la tarea de planear un proyecto que beneficiara a la niñez caucana con un referente de la región como Mina. Así nació este proyecto”, le contó Omar Serrano Rueda, gerente general de CEO, a El Espectador.
Fue Marisol Orozco, directora de comunicaciones y sostenibilidad de CEO, la que levantó el teléfono y se comunicó con la Fundación del hombre que anotó uno de los goles más gritados en la historia de Colombia. “En ese entonces contábamos con 60 niños y encontramos objetivos en común en pro del bienestar de los niños de Guachené”, le explicó a este diario José Mina, padre de Yerry y director de la Fundación. El primer aporte de la CEO al municipio caucano fueron unos paneles solares a la Institución Educativa María Auxiliadora. Desde entonces, los niños que asisten a esa escuela tienen un servicio de energía amigable con el planeta. Posteriormente, a la Fundación de Yerry llegaron instrumentos musicales y uniformes. Cada sonrisa de los pequeños generaba mayores intenciones de ayuda. Mientras tanto, en Europa, el reconocido jugador entendía la importancia del aprendizaje del inglés y de contar en su Fundación con computadores con internet.
En contexto: El otro legado de Gabriel Ochoa Uribe
“Mi hijo me recalcaba que era vital darle a los niños más conocimientos de los que adquieren en las escuelas. Después de varias reuniones con la Compañía Energética de Occidente, se desarrolló la idea de hacer una sala inteligente”, agregó José Mina. Y la CEO determinó invertir 120 millones de pesos en las máquinas informáticas para una fundación en la que abunda el agradecimiento, las sonrisas y la curiosidad por apropiarse de nuevos conocimientos.
A través de este proyecto, llamado “La educación nos hace grandes”, los niños de Guachené poseen acceso al mundo por medio de la tecnología. Ahora depende de ellos aprovecharla para que cumplan con el deseo de Yerry Mina: “que se alejen de las cosas malas, que inviertan el tiempo en cosas importantes y que aprendan cada día más, para que en un futuro sean los grandes profesionales que desean ser”.
@SebasArenas10 (sarenas@elespectador.com)