Jhon Viáfara, de un gol inmortal a un escándalo judicial
Perfil del exfutbolista que fue campeón de la Copa Libertadores, jugó en España, Inglaterra y la selección colombiana. Este jueves fue extraditado por narcotráfico a Estados Unidos.
Redacción deportes
Jhon Eduis Viáfara Mina siempre será recordado por lo que hizo el 1 de julio del 2004. Ese día es, hasta ahora, el más importante en la historia del Once Caldas. Enfrentó a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores de América, el torneo de clubes más prestigioso del continente. Cuando apenas corrían siete minutos de juego, el entonces volante diestro recibió una pelota a 30 metros del arco rival y sacó un remate que se clavó en el ángulo y que se quedó eternamente en la retina de los hinchas del cuadro blanco. La volada de Roberto Abondanzieri fue inútil. En el segundo tiempo empató el gigante equipo argentino con un cabezazo de Nicolás Burdisso, pero los dirigidos por Luis Fernando Montoya ejecutaron mejor los penaltis y alzaron el anhelado trofeo.
(Le puede interesar: "Antes estaba preso de las apariencias, ahora soy libre": Jhon Viáfara)
Antes de esa gesta, Viáfara, quien nació en el corregimiento de Robles, perteneciente el municipio de Jamundí, Valle del Cauca, debutó con el Deportivo Pasto en 1998. Ese año conquistó la segunda división con el conjunto nariñense. Tras jugar 44 partidos y anotar 2 goles, fue transferido al América de Cali, institución en la que estuvo entre 2000 y 2001, y de la que se fue con un título. Regresó al Pasto, previo a su inolvidable paso por el Once Caldas de Manizales, de donde partió hacia el balompié de Inglaterra. Vistió la camiseta del Portsmouth del 2005 al 2006 y viajó a San Sebastián, España, para unirse a la Real Sociedad. Su última experiencia en un elenco europeo fue en el Southampton de Inglaterra. En 2008 retornó a Colombia.
La carrera del vallecaucano continuó, de nuevo, en el Once Caldas, con el que fue campeón del fútbol colombiano en 2009. La Equidad lo contrató para la temporada 2010 y un año más tarde partió al Júnior. En el equipo barranquillero duró poco y se fue al Deportivo Pereira. Sus remates de media distancia fueron cada vez menos efectivos, sus proyecciones por la banda derecha, por donde solía jugar, empezaron a escasear. Su carrera deportiva, en declive. Independiente Medellín, Deportivo Cali, con el que ganó la Superliga 2014, y Águilas Doradas, los últimos clubes de su etapa como futbolista profesional.
Viáfara también hizo parte de la selección de Colombia de mayores. Estuvo en la Copa América de Perú 2004 y en la de Venezuela 2007. Sus actuaciones con la camiseta del combinado nacional no fueron destacadas y pronto dejó de ser parte de las convocatorias. Luego de su retiro, comenzó a ser noticia por sus escándalos fuera de los terrenos de juego. En 2011 fue capturado tras estrellarse mientras conducía en estado de embriaguez y en febrero de este año protagonizó un episodio similar en carreteras del valle del cauca, en el que sufrió contusiones leves y destrozó su camioneta.
(Lea también: Cuando la droga y la tragedia se relacionaron con los futbolistas colombianos)
Dentro de las canchas, Viáfara se desempeñó como un mediocampista de recuperación o por la banda derecha. Era fuerte en la marca y aportaba en las acciones ofensivas. Contó con un despliegue físico destacado que le valió para jugar en el fútbol europeo. Afuera del césped su comportamiento no ha sido ejemplar. Ese derechazo que en 2004 colmó los resúmenes deportivos y lo llenó de gloria se opaca cada vez más. Lo que hizo con los pies lo borró con sus manos: fue extraditado a los Estados Unidos.
Jhon Eduis Viáfara Mina siempre será recordado por lo que hizo el 1 de julio del 2004. Ese día es, hasta ahora, el más importante en la historia del Once Caldas. Enfrentó a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores de América, el torneo de clubes más prestigioso del continente. Cuando apenas corrían siete minutos de juego, el entonces volante diestro recibió una pelota a 30 metros del arco rival y sacó un remate que se clavó en el ángulo y que se quedó eternamente en la retina de los hinchas del cuadro blanco. La volada de Roberto Abondanzieri fue inútil. En el segundo tiempo empató el gigante equipo argentino con un cabezazo de Nicolás Burdisso, pero los dirigidos por Luis Fernando Montoya ejecutaron mejor los penaltis y alzaron el anhelado trofeo.
(Le puede interesar: "Antes estaba preso de las apariencias, ahora soy libre": Jhon Viáfara)
Antes de esa gesta, Viáfara, quien nació en el corregimiento de Robles, perteneciente el municipio de Jamundí, Valle del Cauca, debutó con el Deportivo Pasto en 1998. Ese año conquistó la segunda división con el conjunto nariñense. Tras jugar 44 partidos y anotar 2 goles, fue transferido al América de Cali, institución en la que estuvo entre 2000 y 2001, y de la que se fue con un título. Regresó al Pasto, previo a su inolvidable paso por el Once Caldas de Manizales, de donde partió hacia el balompié de Inglaterra. Vistió la camiseta del Portsmouth del 2005 al 2006 y viajó a San Sebastián, España, para unirse a la Real Sociedad. Su última experiencia en un elenco europeo fue en el Southampton de Inglaterra. En 2008 retornó a Colombia.
La carrera del vallecaucano continuó, de nuevo, en el Once Caldas, con el que fue campeón del fútbol colombiano en 2009. La Equidad lo contrató para la temporada 2010 y un año más tarde partió al Júnior. En el equipo barranquillero duró poco y se fue al Deportivo Pereira. Sus remates de media distancia fueron cada vez menos efectivos, sus proyecciones por la banda derecha, por donde solía jugar, empezaron a escasear. Su carrera deportiva, en declive. Independiente Medellín, Deportivo Cali, con el que ganó la Superliga 2014, y Águilas Doradas, los últimos clubes de su etapa como futbolista profesional.
Viáfara también hizo parte de la selección de Colombia de mayores. Estuvo en la Copa América de Perú 2004 y en la de Venezuela 2007. Sus actuaciones con la camiseta del combinado nacional no fueron destacadas y pronto dejó de ser parte de las convocatorias. Luego de su retiro, comenzó a ser noticia por sus escándalos fuera de los terrenos de juego. En 2011 fue capturado tras estrellarse mientras conducía en estado de embriaguez y en febrero de este año protagonizó un episodio similar en carreteras del valle del cauca, en el que sufrió contusiones leves y destrozó su camioneta.
(Lea también: Cuando la droga y la tragedia se relacionaron con los futbolistas colombianos)
Dentro de las canchas, Viáfara se desempeñó como un mediocampista de recuperación o por la banda derecha. Era fuerte en la marca y aportaba en las acciones ofensivas. Contó con un despliegue físico destacado que le valió para jugar en el fútbol europeo. Afuera del césped su comportamiento no ha sido ejemplar. Ese derechazo que en 2004 colmó los resúmenes deportivos y lo llenó de gloria se opaca cada vez más. Lo que hizo con los pies lo borró con sus manos: fue extraditado a los Estados Unidos.