Las claves de Bucaramanga y Santa Fe para ganar el título de la Liga BetPlay
Leopardos y leones tienen características similares tanto en juego como en proceso. Los santandereanos buscan su primera estrella; los bogotanos, la décima.
Luis Guillermo Ordoñez
Respeto, esa puede ser la palabra de define lo que sienten los dos finalistas de la Liga BetPlay por su rival. También reconocimiento, pues ambos admiten que su adversario se ha ganado a pulso un cupo en la fase definitiva del torneo colombiano. Y, por supuesto, orgullo, pues más allá de que hay que mantener los pies sobre la tierra y ser cautos, son enfáticos al explicar las razones de su éxito este semestre.
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Respeto, esa puede ser la palabra de define lo que sienten los dos finalistas de la Liga BetPlay por su rival. También reconocimiento, pues ambos admiten que su adversario se ha ganado a pulso un cupo en la fase definitiva del torneo colombiano. Y, por supuesto, orgullo, pues más allá de que hay que mantener los pies sobre la tierra y ser cautos, son enfáticos al explicar las razones de su éxito este semestre.
Con procesos bastante similares e incluso estilos de juego parecidos, Atlético Bucaramanga e Independiente Santa Fe se asemejan incluso en que se gestaron en medio de críticas a sus respectivas dirigencias y con base en técnicos temperamentales, obsesivos de la táctica, el orden y el trabajo colectivo.
No hay que ser un experto en análisis estratégicos del fútbol para entender las identidades de leopardos y leones. No son defensivos, pero le apuestan a la solidez y el equilibrio como base; lo que requiere conceptos claros por parte del cuerpo técnico y una interpretación adecuada de los jugadores, así como un estado físico óptimo para la exigencia que se requiere. En ataque ninguno es tan constante, no son los que más opciones de gol generan, pero aprovechan las que tienen, son prácticos y efectivos.
Más allá de lo que reflejan los equipos en la cancha, los buenos resultados se deben a que los entrenadores han sabido liderar a sus planteles y los han convencido de sus capacidades, pero sobre todo a que en ambos clubes todos sus integrantes están tirando para el mismo lado.
Los números no mienten, los finalistas fueron los mejores de la Liga BetPlay
Santa Fe, que arrancó el año sin grandes ambiciones, venía ya con un par de meses bajo el mando del uruguayo Pablo Peirano, quien fue asistente técnico de Gerardo Pelusso en su paso por el conjunto cardenal, en 2015 y 2016. Sus contrataciones no vendían mucho, excepto la de Daniel Torres, el jugador más destacado de la Liga hasta el momento. El caqueceño de 34 años llegó en el mejor momento de su carrera y a su tradicional garra y despliegue le sumó la madurez y sabiduría que dan el tiempo y los partidos. El volante de marca, que ganó todo con Santa Fe, llegó convertido en un creativo que arranca desde atrás e incluso llega constantemente a posición de gol. Es, sin duda, el alma cardenal, al lado del delantero Hugo Rodallega, siempre peligroso y participativo, así como el arquero Andrés Mosquera Marmolejo, determinante las veces, no muchas, que es exigido.
Otros refuerzos rojos parecían discretos, pero han funcionado: los centrales Facundo Argüello y Marcelo Ortiz, los volantes Juan Pablo Zuluaga y Francisco Chaverra, el delantero Agustín Rodríguez y hasta el lateral Elvis Perlaza, resistido entre la hinchada por su pasado azul. Los demás no han brillado, pero en realidad han tenido poca opción de jugar.
En 2024 Santa Fe ha jugado 25 partidos, con 15 victorias, cinco empates y cinco derrotas, 30 goles a favor y 13 en contra. Con 50 puntos es, de lejos, el equipo de mejor rendimiento, con un 66,6 %. “No hemos ganado nada. Estamos satisfechos con la manera como ha crecido el plantel, como hemos afrontado especialmente estas finales, pero está claro que la meta es ser campeones, colgar una estrella más en el escudo. No es momento de relajarse, sino de seguir ajustando cosas. Este es un grupo que tiene humildad, pero ambición, que ha tenido la capacidad para resolver las situaciones complejas que se nos han presentado, que es lo que nos permite soñar”, asegura Peirano, cuya premisa al asumir el cargo, en octubre pasado, fue devolverle al equipo las ganas de victoria y el espíritu de lucha.
Con Atlético Bucaramanga pasó algo parecido. Contrató al entrenador venezolano Rafael Dudamel y a 14 jugadores, entre ellos los pilares de la campaña: Aldair Quintana, Leonardo Flores, Aldair Gutiérrez, Fabry Castro, Fredy Hinestroza, Jean Colorado, Daniel Mosquera, Joider Micolta y Fabián Sambueza. A diferencia de Santa Fe, el leopardo no tiene un gran líder dentro de la cancha, es más colectivo, más allá de que sus mejores momentos en el torneo se dieron cuando apareció el 10 argentino.
De 25 juegos, Bucaramanga ganó 13, empató siete y perdió cinco. Anotó 28 veces, dos menos que Santa Fe, y permitió los mismos 13 goles que el cuadro cardenal. Sumó 46 puntos, para un rendimiento del 61,3 %. “Durante todo el campeonato hemos sido fieles a nuestro estilo, a nuestras formas. Conocemos las virtudes y los defectos que tenemos, trabajamos día a día para mejorar y no despertar de este sueño en el que nos metimos, respaldados por una tremenda hinchada, una ciudad y toda una región que está viviendo algo histórico”, señala el técnico que fue campeón con el Deportivo Cali en 2021 y que como jugador pasó por Huila, Santa Fe, Cali, Millonarios, Cortuluá y América, en Colombia.
De acuerdo con las estadísticas, los albirrojos son levemente favoritos para la serie que se jugará desde este sábado, a las 7:30 p.m., en el estadio Alfonso López, de la Ciudad Bonita. La vuelta será el 15 de junio a esa misma hora en El Campín, de la capital de la República.
El peso de la historia en el fútbol profesional colombiano
Hay un factor que puede resultar determinante en los 180 minutos de la final de la Liga BetPlay. Bucaramanga jugará la primera final en torneos cortos y la segunda de sus 75 años de historia. En 1997 fue subcampeón, al caer en la definición del campeonato de adecuación frente al América de Cali, por un marcador global de 3-0.
Esa presión, que puede tener un efecto motivador, también podría jugar en contra de la plantilla leoparda, que está ad portas de darle la primera estrella al departamento de Santander. “Para nosotros es una gran satisfacción ver a la gente contenta, el ambiente festivo de la ciudad, las caras felices y todo el movimiento que hay. No podemos prometer sino el máximo de entrega para darles el título, vamos a dejar todo dentro de la cancha”, dijo Fabián Sambueza, el hombre de las ideas en la media cancha.
Pero si de motivación se trata, en Santa Fe también hay mucha. Lo reconoce Hugo Rodallega, quien regresó al país tras dos décadas jugando en el exterior, para levantar trofeos: “Estamos viviendo un sueño, disfrutando cada momento. Este grupo trabaja, se esfuerza y merece estar en esta situación. Personalmente, ser campeón fue lo que me propuse al llegar al club, pero todavía no lo hemos logrado. Estamos cerca, pero si perdemos es como si hubiésemos fracasado”.
El Expreso Rojo espera colgar en su escudo la esquiva décima estrella. Se le escapó en el segundo semestre de 2017, cuando perdió al final con Millonarios 3-2 en el global, y en 2020, cuando cayó ante América, también 3-2. La tercera oportunidad parece que será la vencida, al menos por las sensaciones que hay.
“La gente cercana al club me dice que hace muchos años no se vivía un ambiente así. Está claro que todos estamos tirando para el mismo lado, que este es un grupo muy unido. Insisto en que el clic se hace en el momento en el que volvemos a incorporar a Jesucristo en Independiente Santa Fe. Ahora hay una comunión muy bonita entre nosotros, sobre todo con la hinchada”, afirma Daniel Torres, referente cardenal y guía para los jugadores jóvenes.
A pesar de que su equipo viene de hacer un cuadrangular espectacular, en el que ganó cinco partidos y empató uno, hizo ocho goles y permitió solamente uno, asegura que “una final es otra historia diferente. Arrancamos de ceros, contra un equipo muy bueno, que ha hecho una gran campaña, así que ahora es cuando más esfuerzo debemos hacer. En estas instancias no hay favoritos, porque nadie regala nada; al contrario, deja todo lo que le queda. Muchas veces las finales se juegan más con la cabeza, en lo mental, que es un aspecto en el que estamos muy fuertes”. Dice eso Daniel a propósito del trabajo espiritual que ha realizado la pastora Sandra Merino, también asesora y motivadora del equipo en su época más gloriosa, entre 2010 y 2017.
Para el arquero leopardo Aldair Quintana será clave controlar la ansiedad y el fervor de la hinchada para poder sacar ventaja en el partido de ida, este sábado. “En estas llaves eso puede marcar el camino. Uno quiere lógicamente sacar una buena diferencia, pero hay que tratar al menos de ganar, para llegar más cómodos a Bogotá y aprovechar que hemos sido buenos visitantes en el torneo”.
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