Reinaldo Rueda: los actos ilocucionarios
Cumple 64 años Reinaldo Rueda, el director técnico de la selección de Colombia. Su forma de trabajar y quienes han estado cerca a él demuestran su calidad humana y su sentido de responsabilidad como profesional.
Andrés Osorio Guillott
En la filosofía del lenguaje hay algo que se llama actos ilocucionarios. Para John Austin, teórico de este campo, son acciones que se realizan al hablar, al decir algo. Perdonar, aconsejar, declarar son algunos ejemplos de ello. Alrededor de la vida de Reinaldo Rueda ha habido múltiples ocasiones en los que los actos ilocucionarios hablan por sí solos y reflejan la calidad humana y el compromiso profesional del entrenador con sus jugadores y con el fútbol.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
En la filosofía del lenguaje hay algo que se llama actos ilocucionarios. Para John Austin, teórico de este campo, son acciones que se realizan al hablar, al decir algo. Perdonar, aconsejar, declarar son algunos ejemplos de ello. Alrededor de la vida de Reinaldo Rueda ha habido múltiples ocasiones en los que los actos ilocucionarios hablan por sí solos y reflejan la calidad humana y el compromiso profesional del entrenador con sus jugadores y con el fútbol.
Admirar, otro ejemplo de un acto ilocucionario que ha sido expresado por quienes han trabajado con él. Óscar Ignacio Martán, quien estuvo con Rueda en el Cortuluá en la década de 1990, le dijo al Gol Caracol que “Como técnico es el mejor que hay en Colombia, que le gusta estudiar, capacitarse, como ser humano es espectacular, los jugadores lo respetan, lo estiman. Gran persona y gran técnico”.
Puede leer: Reinaldo Rueda y su paso por Alemania
Arturo Vidal, referente de la selección de Chile que dirigió el colombiano los años anteriores, publicó en sus redes sociales un sentido mensaje cuando se conoció que Rueda dejaría La Roja para volver a Colombia: “Lo quiero mucho, le agradezco infinitamente y le deseo lo mejor a usted y a su cuerpo técnico en el camino que tomen. Gracias por todo este tiempo juntos, por ayudarnos, todo lo que hagamos de acá en adelante también será por y para ustedes.
Siempre fue un caballero con nosotros, un hombre valiente que tomó el desafío de acompañarnos en un momento difícil y nos ayudó a encontrar las fuerzas para seguir luchando por nuestra querida selección. GRACIAS, PROFE. Le deseo lo mejor y nos vemos en Qatar 2022″.
Carlos Mario Hoyos, amigo de Rueda y exdefensor antioqueño, le dijo a El Espectador hace unos meses que “Me da mucha felicidad que una persona como el profe Reinaldo esté asumiendo el seleccionado, porque es un tipo con mucha capacidad, con unas relaciones humanas espectaculares, un entrenador con mucho conocimiento y que tiene el mapa del fútbol colombiano muy fresco en la cabeza. Posee un cuerpo técnico muy capacitado y seguramente podremos salir adelante”.
Y las voces de aliento y de respaldo pueden continuar. Pero que surja ese acto de admirar habla bien de su integralidad, de lo bien que se desempeña como director técnico y de su condición humana. Su buena relación con los jugadores y directivos de los clubes y selecciones por las que ha pasado lo hacen un gran conocedor del fútbol y de quienes componen este extenso universo deportivo. Volver a Colombia, su patria y su cuna, no fue solo un asunto de alegría sino una manera de reivindicar su trabajo, no porque haya quedado en duda alguna vez, sino porque las oportunidades de tocar el cielo se escaparon en el pasado.
Pasaron alrededor de 15 años para que volviera a dirigir a Colombia. Fueron muchos los puertos para adquirir experiencia, para forjarse en las adversidades y reafirmarse en las virtudes. El fútbol local, en especial Atlético Nacional, le agradece haberle devuelto a sus vitrinas el título más anhelado en este lado del continente americano: la Copa Libertadores. Una época de ensueño en 2016 le dio la máxima gloria al verdolaga y volvió a catapultar la imagen de Rueda como un director técnico capaz de entender la identidad del jugador colombiano y las dinámicas del balompié latinoamericano.
Le recomendamos: Selección de Colombia femenina, posición 26 en la clasificación mundial de la FIFA
Trabajar y luchar. Los actos ilocucionarios que reflejan su carácter. Cuando llegó a la selección de Colombia a principios de este año, sus palabras demostraron su compromiso. Y al poco tiempo, con un primer microciclo de la selección con jugadores de la liga local, reflejó su interés por construir un proyecto sólido a corto, mediano y largo plazo: “Es un orgullo ser tenidos en cuenta para asumir de nuevo esta gran responsabilidad. Es un desafío altísimo que con todos los jugadores vamos a tomar para poder cumplir con la meta. Vamos a blindarnos con nuestra experiencia y capacidad para lograr hacer el mejor trabajo. La propuesta es que me acompañe todo el cuerpo técnico que me ha acompañado los últimos años”, afirmó Rueda.