Subió el valor del azúcar: Cali venció 2-0 a Nacional
La diferencia en la ida de la final de la Liga Águila pudo ser mayor a favor del conjunto verdiblanco, que sometió e hizo ver mal a su rival. Los dirigidos por Reinaldo Rueda, de capa caída este semestre, tratarán de sacar su casta y remontar el resultado ante su afición, el próximo domingo.
Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez
Dicen los técnicos experimentados que los grandes partidos se ganan en la mitad de la cancha. Y el de este miércoles, entre Deportivo Cali y Atlético Nacional, en la ida de la final de la Liga Águila, fue un claro ejemplo de eso.
Los volantes Andrés Pérez, Kevin Balanta, Fabián Sambueza y Nicolás Benedetti borraron a sus rivales y fueron los artífices de una justa victoria caleña 2-0, con anotaciones de Germán Mera y Jéfferson Duque.
Hace mucho tiempo en el fútbol local no se veía un Nacional tan sometido, sufriendo mucho en la marca y casi improductivo en ataque. Deportivo Cali, más dinámico, agresivo y alegre desde que llegó el técnico Héctor Cárdenas a su banquillo, se jugó la final. Nacional, de capa caída este semestre tras el fracaso en la Copa Libertadores, pareció disputar un título más, como si las muchas definiciones que ha afrontado últimamente hubieran saciado su hambre de triunfo.
Eso se notó en cada pelota que disputaron azucareros y verdolagas en los 90 minutos. Para los caleños era de vida o muerte, para los paisas, no. Los locales sabían que debían ganar en Palmaseca para seguir soñando con su décima estrella, mientras que para los visitantes parecía un buen negocio no salir goleados.
La ventaja pudo y debió ser mayor, porque Cali generó al menos cuatro o cinco opciones clarísimas de gol. Cuando no se encontró con el siempre eficiente arquero Franco Armani, Duque y César Amaya se equivocaron en la definición. Incluso el delantero paisa, ex Nacional, quien llegó a ocho goles en finales, desperdició un penalti. Eso sí, ambos artilleros tuvieron una gran presentación e hicieron ver mal a la zaga nacionalista, especialmente a su líder y capitán, Alexis Henríquez, quien ante la impotencia pegó más de la cuenta y terminó viendo la tarjeta roja.
Está claro que la serie sigue abierta. Nacional ha demostrado tener argumentos para remontar el marcador, pero después de la primera final, su porcentaje de favoritismo disminuyó.
Las acciones del Cali, en cambio, se cotizaron. Además, porque con un plantel lleno de jóvenes, su irreverencia y audacia seducen. Luis Manuel Orejuela, Dany Rosero, Jeison Angulo, Kevin Balanta y Nicolás Benedetti son hombres que darán mucho de qué hablar en el fútbol colombiano y, a pesar de su juventud, ya asumen los compromisos como veteranos.
Los dos clubes más organizados y prósperos del país definirán el título el domingo, desde las 7:00 p.m. La estrella está en el Atanasio Girardot y por ahora el Cali parece más cerca de alcanzarla.
Pero si Nacional fue táctico y especulativo de visitante, ante su gente, ilusionada con la estrella 16, tratará de pasar por encima a su rival, que tendrá dos bajas muy sensibles, las de Orejuela y Benedetti, suspendidos. Sin embargo, podrá contar con Camilo Vargas y Abel Aguilar, dos hombres de jerarquía para un duelo que la requiere.
Los azucareros deben mantener la actitud e impedir que Macnelly Torres y Mateus Uribe se asocien con Dayro Moreno y Andrés Ibargüen, el único que este miércoles en la noche, tras una brillante acción individual, asustó al arquero Pablo Mina.
Hace apenas dos semanas Cali sufrió para defender la ventaja de tres goles que le llevaba al Medellín, pero cada partido tiene su historia y debió haber aprendido un par de lecciones de esa dramática derrota 3-1, que, sin embargo, le sirvió para clasificar.
Emotiva resultó la primera parte de la final del fútbol colombiano. Ojalá la segunda tenga los mismos ingredientes, porque es lo menos que se les puede pedir a los dos mejores equipos del país.
Dicen los técnicos experimentados que los grandes partidos se ganan en la mitad de la cancha. Y el de este miércoles, entre Deportivo Cali y Atlético Nacional, en la ida de la final de la Liga Águila, fue un claro ejemplo de eso.
Los volantes Andrés Pérez, Kevin Balanta, Fabián Sambueza y Nicolás Benedetti borraron a sus rivales y fueron los artífices de una justa victoria caleña 2-0, con anotaciones de Germán Mera y Jéfferson Duque.
Hace mucho tiempo en el fútbol local no se veía un Nacional tan sometido, sufriendo mucho en la marca y casi improductivo en ataque. Deportivo Cali, más dinámico, agresivo y alegre desde que llegó el técnico Héctor Cárdenas a su banquillo, se jugó la final. Nacional, de capa caída este semestre tras el fracaso en la Copa Libertadores, pareció disputar un título más, como si las muchas definiciones que ha afrontado últimamente hubieran saciado su hambre de triunfo.
Eso se notó en cada pelota que disputaron azucareros y verdolagas en los 90 minutos. Para los caleños era de vida o muerte, para los paisas, no. Los locales sabían que debían ganar en Palmaseca para seguir soñando con su décima estrella, mientras que para los visitantes parecía un buen negocio no salir goleados.
La ventaja pudo y debió ser mayor, porque Cali generó al menos cuatro o cinco opciones clarísimas de gol. Cuando no se encontró con el siempre eficiente arquero Franco Armani, Duque y César Amaya se equivocaron en la definición. Incluso el delantero paisa, ex Nacional, quien llegó a ocho goles en finales, desperdició un penalti. Eso sí, ambos artilleros tuvieron una gran presentación e hicieron ver mal a la zaga nacionalista, especialmente a su líder y capitán, Alexis Henríquez, quien ante la impotencia pegó más de la cuenta y terminó viendo la tarjeta roja.
Está claro que la serie sigue abierta. Nacional ha demostrado tener argumentos para remontar el marcador, pero después de la primera final, su porcentaje de favoritismo disminuyó.
Las acciones del Cali, en cambio, se cotizaron. Además, porque con un plantel lleno de jóvenes, su irreverencia y audacia seducen. Luis Manuel Orejuela, Dany Rosero, Jeison Angulo, Kevin Balanta y Nicolás Benedetti son hombres que darán mucho de qué hablar en el fútbol colombiano y, a pesar de su juventud, ya asumen los compromisos como veteranos.
Los dos clubes más organizados y prósperos del país definirán el título el domingo, desde las 7:00 p.m. La estrella está en el Atanasio Girardot y por ahora el Cali parece más cerca de alcanzarla.
Pero si Nacional fue táctico y especulativo de visitante, ante su gente, ilusionada con la estrella 16, tratará de pasar por encima a su rival, que tendrá dos bajas muy sensibles, las de Orejuela y Benedetti, suspendidos. Sin embargo, podrá contar con Camilo Vargas y Abel Aguilar, dos hombres de jerarquía para un duelo que la requiere.
Los azucareros deben mantener la actitud e impedir que Macnelly Torres y Mateus Uribe se asocien con Dayro Moreno y Andrés Ibargüen, el único que este miércoles en la noche, tras una brillante acción individual, asustó al arquero Pablo Mina.
Hace apenas dos semanas Cali sufrió para defender la ventaja de tres goles que le llevaba al Medellín, pero cada partido tiene su historia y debió haber aprendido un par de lecciones de esa dramática derrota 3-1, que, sin embargo, le sirvió para clasificar.
Emotiva resultó la primera parte de la final del fútbol colombiano. Ojalá la segunda tenga los mismos ingredientes, porque es lo menos que se les puede pedir a los dos mejores equipos del país.