Romper brechas de género desde edades tempranas a través del fútbol
“Somos Equidad”, el proyecto del que forman parte reconocidas futbolistas y que en zonas de conflicto armado intenta acabar con la desigualdad en entornos deportivos de niños, niñas y adolescentes.
“Acá en Corinto es muy difícil la inclusión, porque hay niños a los que no les parece normal que las niñas sean parte de un proyecto deportivo como el fútbol. Además, en el aspecto social, en el municipio se vive con el constante miedo de que pueda pasar algo por el conflicto armado. Sí, a veces a las niñas les da miedo jugar a la pelota por el miedo de lo que diga la gente o los niños”, relató Camila Peniche, quien trabaja en ese municipio del norte del Cauca inculcando el más popular de los deportes a niños, niñas y adolescentes.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
“Acá en Corinto es muy difícil la inclusión, porque hay niños a los que no les parece normal que las niñas sean parte de un proyecto deportivo como el fútbol. Además, en el aspecto social, en el municipio se vive con el constante miedo de que pueda pasar algo por el conflicto armado. Sí, a veces a las niñas les da miedo jugar a la pelota por el miedo de lo que diga la gente o los niños”, relató Camila Peniche, quien trabaja en ese municipio del norte del Cauca inculcando el más popular de los deportes a niños, niñas y adolescentes.
Lea también: Adolfo Pedernera, el que pedía no matar a Dios a pelotazos
Camila creció sin esa pena, pues su papá, su mamá y sus hermanos siempre la motivaron a ver y jugar fútbol. A los ocho años entrenaba con la escuela Huracán. Recibía asistencias de gol de parte de niños y ella les ponía centros perfectos. Se convirtió en la capitana del equipo y comprendió que “las mujeres también podemos respirar, sentir y vivir esa pasión tan linda que nos da el fútbol. Lo que soy hoy es un homenaje a la Camila niña”.
Ese homenaje lo rinde en el Polideportivo del municipio, donde actualmente trabaja con 20 niñas, deseando que fueran más. Allí le llegan ayudas para formarlas a ellas y a los otros niños, y para romper esas brechas de género que le preocupan, a través del proyecto “Somos Equidad”, del que forman parte las exfutbolistas Melissa Ortiz y Manuela Acosta, y las jugadoras activas Vanessa Córdoba, Natalia Gaitán e Isabella Echeverri. Ellas, desde sus vivencias, aconsejan a líderes sociales como Camila para que los mensajes que se les transmiten a los niños, niñas y adolescentes sean más efectivos en pro de condiciones iguales en el fútbol.
(La danza de las selecciones de Colombia de Maturana)
“La desigualdad en un deporte como el fútbol sigue estando en lo más élite de lo élite, que es donde estamos nosotras en este momento. Por eso no hay que dejar de luchar, hay que dejar los egos a un lado y trabajar en equipo para que juntas podamos llegar a esa equidad de género y a esa igualdad con la que tanto soñamos. A mí me pasó lo mismo que les está pasando a ustedes y no por eso voy a dejar de luchar para cambiar la realidad en la que estoy y mejorar la condiciones para las generaciones que vienen”, fueron las palabras que Echeverri, actual jugadora del Sevilla de España, les dijo a algunas de las niñas que forman parte de este proyecto que impulsa la Fundación Selección Colombia y que se extiende, a través de distintas organizaciones, a diferentes zonas del país —la mayoría afectadas por la violencia— y a Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica y Uruguay.
A Isabella, cuando estaba en el colegio, los padres de familia le sometieron a votación su derecho de jugar fútbol con niños. “Y en la actualidad hay desigualdad en aspectos que pueden parecer pequeños, como que los hombres del mismo club viajen en primera clase en los aviones y nosotras en la común y corriente, cuando estamos haciendo el mismo trabajo. Hay desigualdad en los equipos y en las selecciones, solamente por tu género. Por eso hay que ponerse la ‘10′ y motivarse a ser parte de estos proyectos”, agregó Echeverri.
Por su parte, Acosta manifestó: “Buscamos inspirar con el ejemplo y conexiones muy puntuales. Nos hemos dedicado a encontrar un camino desde nuestras propias experiencias. Visibilizamos, acompañamos procesos, hablamos con entrenadoras y asistimos a conferencias con niñas y niños. Creemos en procesos de doble vía, creemos netamente en las nuevas masculinidades. Estamos trabajando en tener mejores criterios para los escenarios deportivos. Lo que hacemos es crear plataformas desde distintos frentes”.
Le puede interesar: La labor de los líderes sociales que encuentran en la pelota un juguete salvador
Fútbol con Corazón promueve “Somos Equidad” en Barranquilla. Fundación Talentos, en Corinto; Fundación Falcao, en Catatumbo, y Fundación Juventud Líder, en Norte de Santander. Esas son algunas de las organizaciones que forman parte de un proyecto que ha llegado a 1.300 niñas en Latinoamérica.
“Específicamente, lo que hacemos es trabajar con organizaciones que usan el fútbol como herramienta de desarrollo y ayudamos a evaluar cómo están en temas de equidad: cuántas niñas participan en sus proyectos, qué brechas hay que romper… Hacemos ejercicios de formación con organizaciones internacionales expertas y les damos recursos para ayudar a cerrar esas brechas. Esas organizaciones hacen planes de inversión, de acuerdo con las necesidades de cada región. Este proceso ha tenido impacto profundo en diferentes niveles. La idea es romper brechas para niñas, formadoras y mujeres dentro del fútbol”, explicó Ana Arizabaleta, directora de la Fundación Selección Colombia.
Echeverri cierra con otras palabras para las niñas que viven enamoradas del fútbol: “No se encasillen en una caja donde les dicen que por ser mujeres tienes que ser esto o lo otro. Sueñen y trabajen por realizar sus sueños: sea jugar fútbol, bailar, ser entrenadora o árbitra. No se dejen pordebajear por la sociedad y sepan que hay proyectos y personas trabajando para que tengan la libertad de soñar con lo que quieran ser, y que el género no sea una limitación para su futuro”.