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La clave del éxito está en nunca rendirse, sin importar las veces que se intenta. Siempre hay que seguir hacia adelante, buscando alternativas y sorprendiendo. Santa Fe este sábado salvó un empate en El Campín aplicando el conocido refrán: "tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe". Y no se levantaron una, sino dos veces. Empataron en un par de oportunidades: al minuto 85 y al 89. Le quitaron tres puntos del bolsillo al Once Caldas y terminaron 2-2. Irónicamente, esa igualdad los deja con respiración artificial en ese objetivo que es lograr los cuartos de final de la liga.
La lluvia, el frío y Bogotá. Nombrarlos a los tres parece una redundancia en estos días de abril, en los que arrecia el agua. Ese fue el primer rival a vencer para Santa Fe y Once Caldas. No fue fácil superarlo y eso se notó en los primeros minutos del encuentro. Ninguno de los dos equipos se sacó ventaja, el que más lo intentó fue el cuadro de Manizales con algunas salidas rápidas de Uvaldo Luna, pero no hubo profundidad, ni sorpresa. Los cardenales no sufrieron defensivamente. Más allá de algunas imprecisiones en la salida, la visita no los complicó.
Después del minuto 15, los bogotanos se tomaron confianza y se hicieron con la posesión del balón. Empezaron a llegar con mayor frecuencia sobre los predios defendidos por el arquero del equipo blanco, José Fernando Cuadrado, aunque sin claridad. Siempre intentaron aprovechar a John Pajoy y a Anderson Plata, pero ninguno de los dos estuvo lúcido. Esos intentos no pasaron a ser más peligrosos porque nunca encontraron una vía para complicar a la defensa rival. Lo más claro en esos primeros 45 minutos fue un centro de Sebastián Salazar por zona derecha, que casi sorprende al guardameta visitante.
En esos minutos en los que Santa Fe manejó el balón, los de Manizales se dedicaron a cortar juego y pelotear. No hacían más de cinco pases consecutivos y por lo general terminaban regalando el esférico. Fue algo que se repitió constantemente durante 20 minutos. Todo cambió con el ingreso de Yesus Cabrera. El mediocampista le dio orden a los blancos, que acomodaron a Uvaldo Luna por derecha y a Luis Sinisterra por izquierda. Cabrera se quedó en el centro y empezó a generar juego. Su entrada al partido surtió un efecto inmediato. Al 37, Sinisterra sacó un remate que tapó Róbinson Zapata y al 41 llegó el gol que apagó el ímpetu cardenal.
Once Caldas aprovechó un tiro de esquina por el costado izquierdo. Fue una jugada corta entre Yesus Cabrera y Uvaldo Luna. Este último metió un centro, que dejó sin reacción a la defensa roja. Ninguno incomodó ni evitó el cabezazo de Sinisterra, quien se le adelantó a la salida de Zapata y marcó un gol importante para el objetivo del equipo de Manizales.
En la segunda mitad, los bogotanos salieron con la intención de igualar el partido. Una derrota los dejaba mal parados en la tabla de clasificación, pero nuevamente no encontraron las vías para poner en peligro la portería rival. John Pajoy no fue factor por zona izquierda y tampoco lo fue por derecha Anderson Plata, por lo que el juego del cuadro local terminó centrándose y haciéndose predecible. A pesar de esto, la insistencia roja se mantuvo. Los visitantes defendieron con uñas y dientes el resultado así que les regalaron 70 metros a los cardenales, que a la hora de llegar a 3/4 de cancha se veían presionados y a la hora de las ideas no apareció un jugador que las ejecutara.
El compromiso en los segundos 45 minutos solo tuvo un tinte: ataque de Santa Fe y el Once Caldas aguantando los embates locales y buscando el contragolpe. Pero tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, a ese dicho se acogió el equipo local para lograr el empate: aunque sus ataques no tenían sorpresa y siempre fueron bien contenidos por la defensa blanca, Almir Soto buscó de media distancia y dejó sin reacción a Cuadrado con un zapatazo de 25 metros (aproximadamente). Gol e ilusión roja, sus hinchas gritaron, se abrazaron. Un tanto importante que los hacía soñar con la victoria.
Mientras los rojos todavía celebraban el empate, Ray Vanegas se inventó una jugada por izquierda, habilitó a Edder Farías para que el delantero venezolano, solo tuviera que definir ante la salida de Zapata. Fue la única llegada del Once Caldas en la segunda mitad y parecía que era suficiente para devolver con amargura a los hinchas cardenales. Sin embargo, dos minutos después apareció la cabeza de Wilson Morelo. Falta, que cobró John Pajoy y el delantero solo tuvo que saltar, cambiarle la dirección al balón para que los santafereños celebraran el empate.
Así terminó el partido, con más ímpetu que ideas, con Diego Peralta expulsado y el Once Caldas llevándose un punto de oro de Bogotá, mientras que Santa Fe, que luchó para lograr este empate, se queda con un punto que no lo deja bien parado en la tabla de posiciones de la liga: 18 puntos, a cuatro unidades del octavo, que es Independiente Medellín, con dos partidos menos.