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Agustín Julio se hará cargo de Independiente Santa Fe tras la salida del técnico uruguayo Gregorio Pérez. Su asistente técnico será su amigo y actual director de las divisiones inferiores del club, Gerardo Bedoya. Ambos tendrán un complicado pero agradable reto este miércoles, dirigir en Copa Libertadores, en el mítico estadio Maracaná, ante Flamengo de Brasil, el club con más hinchas del continente. Parece que el presidente César Pastrana se tomará su tiempo en conseguir un entrenador y dejará hasta final de este semestre a la dupla conformada por Julio y Bedoya, dos hombres que fueron jugadores del club, ídolos de la hinchada y ahora esperan no desentonar.
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Claro que el caso de Agustín Julio es especial, pues con Santa Fe ha desempeñado varias funciones. Jugador, asistente técnico, técnico del equipo femenino, gerente deportivo y ahora técnico del plantel profesional. Toda una vida ligada al club cardenal, que, sin dudas, tiene un lugar especial en su corazón.
Su primer día en Bogotá fue en mayo de 1995. Junto a seis compañeros del Real Cartagena llegaron al Cóndor FC, equipo filial de Independiente Santa Fe, que jugaba en la segunda división del fútbol colombiano. En ese entonces, César Villegas, dueño del club bogotano, compró el pase de Agustín por un millón de pesos. Comenzó a entrenar en el plantel profesional de Santa Fe al poco tiempo, cuando el arquero titular era el venezolano Rafael Dudamel. Allí vivió un proceso de adaptación, aprendizaje, sin embargo, se consolidó y le llegó la oportunidad de atajar.
Agustín debutó en 1995, frente al Envigado Fútbol Club, en un partido que terminó en empate 1-1. Desde su debut, dejó huella y recordación por parte de la hinchada cardenal. En su primera etapa con Santa Fe, siendo suplente, llegó a la final de la Copa Conmebol 1996, en la que Independiente Santa Fe perdió con Club Atlético Lanús. Luego, siendo titular, disputó la final de la Copa Merconorte de 1999, ante el América de Cali.
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Estuvo cuatro etapas en Santa Fe, pues en varias oportunidades dejó al club para darse la oportunidad en otros equipos como Júnior, Once Caldas, Medellín y Deportes Tolima. Sin embargo, fue en el club cardenal en el que más partidos atajaría y mayor protagonismo lograría, a pesar de que nunca fue campeón de Liga, como si lo hizo con el DIM, en 2002.
Su mayor logro con el club bogotano fue en 2009, cuando salió campeón de la Copa Colombia, tapando tres penales en la definición ante el Deportivo Pasto. En 2011, se retiró del fútbol y el presidente César Pastrana le ofreció el cargo de gerente deportivo, el cual desempeña actualmente.
Agustín ha sido un tipo polifacético y como empleado del club ha tenido que desempeñar otros cargos, siempre por pedido de su jefe, César Pastrana. Cada vez que no había DT, ejerció como encargado. Cuando el equipo femenino se quedó sin entrenador, él asumió el reto y lo hizo de una extraordinaria manera, pues fue campeón en la primera edición del torneo profesional femenino en Colombia.
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Aunque se vio tentado para seguir como DT de las leonas, sus funciones como gerente deportivo requerían mucho tiempo y por eso siguió únicamente con esa responsabilidad. Pero tras la salida del uruguayo Gregorio Pérez, una vez más Agustín fue el elegido.
Es querido por todo el plantel actual, es amigo de todos y es conocedor del proceso que comenzó hace varios años. Tiene clara la manera de trabajar, qué hace bien cada jugador y seguramente no le quedará grande el reto de clasificar al equipo cardenal a la segunda fase de la Copa Conmebol Libertadores. Este miércoles visitará al Flamengo, en Brasil. Luego recibirá en El Campín a River Plate de Argentina y finalmente visitará a Emelec, en Ecuador. En la Liga Águila intentará el milagro de clasificar, pues prácticamente es imposible, pues se necesitan sumar los 12 puntos en disputa y esperar otros resultados.
Está motivado, con la ilusión de seguir dejando huella en el club que lo marcó a él por el resto de la vida.