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Dos balones detenidos, ambos dirigidos a la figura del defensor Héctor Urrego. El jugador nacido en Apartadó, Antioquia, los aprovechó: cabezazo y derechazo. Dos goles que le dieron a Independiente Santa Fe su tercer triunfo consecutivo en la liga. Gracias a este central de 25 años los cardenales celebraron, se llenaron de júbilo. Derrotaron 2-0 a Boyacá Chicó y siguen con buen paso en el torneo. En cuestión de resultados en las últimas fechas todo les ha salido a pedir de boca.
Una alegría en cuestión de marcador, que al final es lo que vale para alcanzar los objetivos. Pero un sabor amargo en el juego. Los cardenales se vieron imprecisos, atropellados. No tuvieron una idea clara frente a un equipo boyacense que lo intentó constantemente con remates de media distancia, pero sin una profundidad clara. Róbinson Zapata apareció en toda su dimensión para ahogar la chispa del cuadro de Tunja.
Santa Fe solo tuvo que esperar 10 minutos para empezar a enderezar su partido: manos arriba Facundo Guichón dando a conocer a sus receptores a dónde iba a cobrar. Lanzamiento al primer palo, cabezazo de Héctor Urrego y gol. Alegría, júbilo. La felicidad invadió a los pocos asistentes que se acercaron al estadio El Campín. Fue el 1-0, un mazazo que complicó a los ajedrezados que no encontraron nunca la vía para igualar el marcador.
Además de ese tanto, en el primer tiempo se destacó un remate de media distancia de Guichón y nada más. Santa Fe dejó jugar a la visita, que llegó al compromiso de este sábado con aire en la camisa tras ganar sus últimos dos encuentros y con la ilusión de descontarle puntos en la tabla del descenso a un Atlético Huila que no levanta cabeza (están a cinco unidades), el salvavidas se ve en el panorama, algo impensado hace un par de meses.
Aunque Chicó mantuvo el control del encuentro, no fue claro. La falta de profundidad les evitó complicar más a un Santa Fe que con el pasar del tiempo apostó más a las transiciones rápidas de defensa a ataque, intentando aprovechar los espacios que en zona defensiva dio el cuadro ajedrezado. Aparecieron algunas llegadas por intermedio de Wilson Morelos y Edwin Herrera, pero los locales no lograron sentenciar.
Solo fue hasta el minuto 79, que un cobro de pelota quieta terminó en la figura de Héctor Urrego, esta vez no fue de cabeza, el balón cayó, el defensor lo rebuscó, sacó un remate cruzado y marcó el segundo del compromiso. Un tanto que noqueó al Chicó, que lo hundió en un abismo del cual no podría salir. Fue el gol que acabó con cualquier ilusión que tuvieran los boyacenses de recortar distancia. Con el triunfo Santa Fe se afianza entre los ocho de la liga.