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Leicy Santos llegaba todas las tardes del colegio, tiraba la maleta y corría a jugar. Su madre, Diana, le permitía hacerlo y después le ponía vestidos, le hacía un par de colas en su cabello y la dejaba, según ella, como una princesa. Sin embargo, a ella no le gustaba vestir así, al instante salía corriendo al patio de su casa en Lorica, Córdoba y seguía pateando el balón. El único requisito que tenía que cumplir, era que debía ayudar a su madre con el aseo, cosa que a veces olvidaba.
Una vez, Diana salió furiosa a buscarla para que la ayudara. Cuando la vio, estaba completamente llena de polvo, la reprendió y le dijo que se devolviera a la casa porque aún le faltaban cosas por arreglar. Leicy entre lágrimas le dijo que no la regañara más, que ella iba a ser una gran futbolista y que la iba a sacar del pueblo, cambiándoles la vida a los tres (a su padre Elizaith, su madre y su hermano Rudy). Y no se equivocó.
“Mi papá en una tarde se encontró con un amigo y al verme jugar, le dijo que me diera alas en el deporte, que me apoyara. Le recomendó que mi primera prueba era en Bogotá, que allí estaba Pedro Rodríguez, entrenador de la selección nacional de la época, y que buscaba jugadoras para la plantilla del equipo Besser”, le contó la volante a El Espectador.
Sus padres y su hermano confiaron en su talento y se vinieron a Bogotá, a ayudar a cumplir el sueño de Leicy. Su padre pasó de vender pescados en Lorica, a hacer construcción en Bogotá, mientras que su madre comenzó a trabajar en los hogares y posteriormente como repostera en una panadería light; por su parte, su hermano recién llegó acabó sus estudios y luego comenzó a trabajar.
“Ese proceso fue difícil, nos vinimos con lo necesario. Nuestro trasteo cabía en un taxi, así que la señora que les había arrendado a mis papás una casa en Suba, no quería darnos posada. Esa noche la convencimos y dormimos los cuatro en el piso con una cobija. Ya después, los conocidos nos iban donando muebles”, relató la 10 de Santa Fe.
Después de meses de trabajo y de darse a conocer en el equipo Besser, Leicy sabía que el técnico de la selección de Colombia, Felipe Taborda, estaba haciendo la convocatoria. “Yo la llamé en 2012. Hice algo particular: me fui por todo el país buscando las jugadoras que iban a conformar el combinado, pero no pasé por Bogotá. Cuando llegue allí, hice un partido frente al equipo de ella. Ahí la vi y me gustó mucho su juego”, reveló el estratega a este diario.
Para Leicy, ese fue el mejor momento de su vida, saber que todo el esfuerzo de ella y de su familia al fin estaba recibiendo los frutos esperados. Por su talento con el balón, ha sido la única futbolista que ha pasado por todas las categorías (sub-17, sub-20 y mayores) y eventos que ha disputado la selección. Para Taborda, es la mejor jugadora que tiene Colombia.
Su debut soñado con la tricolor se dio en el Suramericano de Bolivia Sub-17, que daba un cupo al Mundial de Costa Rica 2014. Hizo parte del 11 inicial en el duelo entre Colombia y Chile y marcó dos goles en la victoria 4-0. En ese momento, Leicy respondió a toda la confianza que le habían dado el técnico Taborda y Pedro Rodríguez, el encargado de cazar su talento.
Como en Colombia no había una liga profesional femenina, eran pocos los equipos que contaban con el aval para competir, uno de ellos fue Future Soccer. Ahí siguió jugando Leicy, con la ilusión de llegar algún día a un equipo profesional. Y, una vez más, su sueño se cumplió.
El año pasado la Dimayor anunció la creación de la Liga Femenina, un sueño por el que ella y sus compañeras de la selección habían luchado. “Para nosotras es un orgullo lo que hemos logrado. Da la satisfacción del deber cumplido, porque tanto que hemos luchado para que al fin sea una realidad. Ahora, las cosas serán diferentes para las generaciones que vienen”, aseguró la oriunda de Lorica.
Con la llegada de la Liga se dieron alianzas entre los clubes profesionales y los locales. Una de ellas fue la de Independiente Santa Fe y Future Soccer. Gracias a esta, Leicy conformó este semestre la escuadra cardenal. Esperaba que el nivel de la competencia sea bueno y que el reconocimiento del fútbol femenino sea mayor.
Su primer juego en la Liga, ante Equidad, en el estadio El Campín. Eso le generó mucha ansiedad y alegría. Este sábado se consagró frente al Atlético Huila, al que Santa Fe derrotó 3-1 en el global de la final: ¿qué sentira ahora la autora del gol del título?