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La del sábado pasado fue una tarde atípica en El Campín. Independiente Santa Fe jugó a las 2;00 p.m., pero más allá del horario particular, que también habla del duro momento deportivo y administrativo que vive el club, el equipo venció 3-1 a Envigado, promulgando un fútbol que hace mucho no veían los hinchas.
Se ganó por más de un gol, pues desde la goleada 3-0 a Alianza Petrolera a comienzos de abril, el equipo no se llevaba un triunfo que no fuera apretado. Pero sobre todo, desde hace siete meses y medio, Santa Fe no enlazaba dos victorias al hilo. Pequeños detalles que pueden ser la precuela del regreso de los días buenos del cuadro cardenal.
Y como el formato del fútbol colombiano lo permite, con esos seis puntos, por más complicado que parezca, Santa Fe se metió en la pelea por clasificar entre los ocho mejores en una temporada que para muchos ya estaba acabada para el conjunto bogotano tras la eliminación en la Copa Colombia. Eso sí, el margen de error es muy cerrado.
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Hoy, los cardenales amanecen en la casilla 14 de la tabla con 13 puntos y una victoria los colocaría a un punto del octavo, el Bucaramanga, a falta del desarrollo de la jornada 12 el fin de semana. Es una posibilidad inédita para instalarse en la conversación.
Y a pesar de esa urgencia de números, de hacer las matemáticas, el medio es más importante que el fin. “Nuestro objetivo es ganar, sumar puntos. Pero al final el medio y la forma para lograrlo es jugar bien. Entonces nos enfocamos en jugar bien”, son las palabras del DT Grigori Méndez antes del duelo de hoy ante Deportes Tolima en Ibagué (6:00 p.m., Win Sports+). El como sea no sirve.
Un estímulo emocional que, con el mismo discurso, destacó el volante creativo Jhon Velásquez. “El grupo viene muy bien, esa felicidad la generan las victorias, pero no podemos confiarnos. Toca seguir en ese camino de gozo de las victorias. Es un rival en una plaza difícil, nada más que el actual campeón. El equipo ha ganado confianza, seguridad y tranquilidad, para nadie es un secreto que cuando uno no está en situaciones cómodas no se puede estar tranquilo”.
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El fuego interior de Independiente Santa Fe reposa en su mediocampo. Con Alexánder Mejía como jefe de todos y Juan Sebastián Pedroza como el eje articulador con su criterio con el balón y excursiones al área rival. Paradójicamente, la marcha de Daniel Giraldo al rival de patio, el mejor jugador del semestre pasado, le abrió un espacio al habilidoso mediocentro para repuntar su carrera tras dos años gaseosos. A veces en un doble 5 o en una línea de tres con un mediocentro y dos interiores, el medio de Santa Fe es su fortaleza. Un medio al que llegó Carlos Sánchez, el eje de la selección colombiana en la última década, a inyectarle sangre caliente y jerarquía. Y tanto que habla el DT de los medios... Santa Fe tiene uno de los mejores.