¡Tolima grande!
Con un doblete de Juan Fernando Caicedo, el conjunto vino tinto y oro venció 2-1 a Millonarios y completó un récord difícil de igualar: consagrarse campeón como visitante en Cali, Medellín y Bogotá. Justo premio a un club que tiene una sólida estructura.
Hace muchos años Deportes Tolima dejó de ser un equipo chico. Lo ha demostrado con muy buenas campañas en las dos últimas décadas, pero ahora lo está ratificando con títulos. Este domingo, venció como visitante 2-1 a Millonarios en el estadio El Campín y conquistó la tercera estrella de su historia, tras las conseguidas en 2003 frente al Cali y en 2018 contra Nacional.
Y es que no cualquiera puede presumir de haber gritado campeón justo en la casa de tres grandes e históricos del balompié colombiano. Menos aún de contar con una estructura sólida en la parte deportiva y administrativa.
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La constancia del club vino tinto y oro no es casualidad. Es liderado desde hace cuatro décadas por Gabriel Camargo, un exitoso político y empresario que convirtió al equipo de fútbol en el máximo referente del departamento, ahora con la asesoría de su hijo.
El exsenador siempre ha tenido buen ojo para escoger a sus colaboradores en el Tolima. Ha tenido muchos técnicos de bajo perfil, pero trabajadores y dispuestos a promover jugadores de las divisiones menores, o algunos de otras regiones que trae Camargo por recomendación de los veedores que tiene en varios lugares del país.
Sus gerentes deportivos han sido exjugadores con experiencia como entrenadores, un factor clave para guiar y pulir talentos, pues una de las principales fuentes de ingresos del equipo ha sido la venta de futbolistas. Es, además, uno de los pocos clubes que tiene sede deportiva propia, con todas las comodidades para el trabajo del plantel profesional e incluso los juveniles.
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Esa mezcla de ingredientes hace que en el Tolima haya estabilidad y condiciones para respaldar y soportar procesos. Fue así, hace un par de años, como logró la segunda estrella de la mano del técnico Alberto Gamero y lo fue ahora con Hernán Torres, el artífice de la campaña de la tercera corona.
Con el estratega ibaguereño en el banquillo, Tolima jugó 24 partidos este semestre: ganó once juegos, empató ocho y perdió cinco. Sus jugadores marcaron 31 goles y permitieron 20. Quedó primero de la reclasificación, con 41 puntos; los mismos que Millonarios, al que superó con justicia en la doble final.
El equipo pijao fue más en los 180 minutos. En Ibagué debió haber marcado la diferencia, pero no fue efectivo en el arco rival. Y en Bogotá supo reponerse a la adversidad y remontó el 1-0 con gol del juvenil Daniel Ruiz.
En El Campín fue clave el delantero Juan Fernando Caicedo, quien marcó los dos goles del título y terminó como el máximo artillero del equipo, con cinco tantos en el semestre, los mismos que el central Sergio Mosquera. Luego, con cuatro tantos, quedaron Anderson Plata y Jaminton Campaz, la nueva joya del Tolima, quien está con la selección de Colombia en la Copa América de Brasil.
La solidez del nuevo campeón de Colombia comienza atrás, pues tiene a Álvaro Montero, un arquero de buena talla y excelentes condiciones, quien muy seguramente se irá al exterior el año entrante.
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En la mitad de la cancha contó con Juan David Ríos como hombre de equilibrio y, además de Campaz, con el venezolano Yohandry Orozco, Juan Pablo Nieto y Daniel Cataño como generadores de juego ofensivo. Arriba, además de Caicedo, contó con Ómar Albornoz, Andrey Estupiñán, José Guillermo Ortiz y Gustavo Ramírez. Eso sí, todos ellos liderados desde el banquillo por Hernán Torres, un entrenador de sesenta años de edad, que fue arquero profesional entre 1979 y 1998. Durante una década fue asistente de Néstor Otero, Óscar Héctor Quintabani, Félix Valverde Quiñones, Miguel Augusto Prince y Jaime de la Pava, hasta que en 2007 asumió como entrenador principal del Tolima.
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Desde entonces ha pasado por Águilas, Millonarios, Medellín, Alajuelense de Costa Rica, América, Melgar de Perú y Atlético Bucaramanga. Fue campeón de la A con Millonarios, en 2012, y logró el ascenso con el América, en 2016. También ganó el torneo Clausura Peruano, en 2018.
Hace muchos años Deportes Tolima dejó de ser un equipo chico. Lo ha demostrado con muy buenas campañas en las dos últimas décadas, pero ahora lo está ratificando con títulos. Este domingo, venció como visitante 2-1 a Millonarios en el estadio El Campín y conquistó la tercera estrella de su historia, tras las conseguidas en 2003 frente al Cali y en 2018 contra Nacional.
Y es que no cualquiera puede presumir de haber gritado campeón justo en la casa de tres grandes e históricos del balompié colombiano. Menos aún de contar con una estructura sólida en la parte deportiva y administrativa.
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El exsenador siempre ha tenido buen ojo para escoger a sus colaboradores en el Tolima. Ha tenido muchos técnicos de bajo perfil, pero trabajadores y dispuestos a promover jugadores de las divisiones menores, o algunos de otras regiones que trae Camargo por recomendación de los veedores que tiene en varios lugares del país.
Sus gerentes deportivos han sido exjugadores con experiencia como entrenadores, un factor clave para guiar y pulir talentos, pues una de las principales fuentes de ingresos del equipo ha sido la venta de futbolistas. Es, además, uno de los pocos clubes que tiene sede deportiva propia, con todas las comodidades para el trabajo del plantel profesional e incluso los juveniles.
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Esa mezcla de ingredientes hace que en el Tolima haya estabilidad y condiciones para respaldar y soportar procesos. Fue así, hace un par de años, como logró la segunda estrella de la mano del técnico Alberto Gamero y lo fue ahora con Hernán Torres, el artífice de la campaña de la tercera corona.
Con el estratega ibaguereño en el banquillo, Tolima jugó 24 partidos este semestre: ganó once juegos, empató ocho y perdió cinco. Sus jugadores marcaron 31 goles y permitieron 20. Quedó primero de la reclasificación, con 41 puntos; los mismos que Millonarios, al que superó con justicia en la doble final.
El equipo pijao fue más en los 180 minutos. En Ibagué debió haber marcado la diferencia, pero no fue efectivo en el arco rival. Y en Bogotá supo reponerse a la adversidad y remontó el 1-0 con gol del juvenil Daniel Ruiz.
En El Campín fue clave el delantero Juan Fernando Caicedo, quien marcó los dos goles del título y terminó como el máximo artillero del equipo, con cinco tantos en el semestre, los mismos que el central Sergio Mosquera. Luego, con cuatro tantos, quedaron Anderson Plata y Jaminton Campaz, la nueva joya del Tolima, quien está con la selección de Colombia en la Copa América de Brasil.
La solidez del nuevo campeón de Colombia comienza atrás, pues tiene a Álvaro Montero, un arquero de buena talla y excelentes condiciones, quien muy seguramente se irá al exterior el año entrante.
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En la mitad de la cancha contó con Juan David Ríos como hombre de equilibrio y, además de Campaz, con el venezolano Yohandry Orozco, Juan Pablo Nieto y Daniel Cataño como generadores de juego ofensivo. Arriba, además de Caicedo, contó con Ómar Albornoz, Andrey Estupiñán, José Guillermo Ortiz y Gustavo Ramírez. Eso sí, todos ellos liderados desde el banquillo por Hernán Torres, un entrenador de sesenta años de edad, que fue arquero profesional entre 1979 y 1998. Durante una década fue asistente de Néstor Otero, Óscar Héctor Quintabani, Félix Valverde Quiñones, Miguel Augusto Prince y Jaime de la Pava, hasta que en 2007 asumió como entrenador principal del Tolima.
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Desde entonces ha pasado por Águilas, Millonarios, Medellín, Alajuelense de Costa Rica, América, Melgar de Perú y Atlético Bucaramanga. Fue campeón de la A con Millonarios, en 2012, y logró el ascenso con el América, en 2016. También ganó el torneo Clausura Peruano, en 2018.