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La final más larga de la historia. Que duró 29 días y un tiempo extra en medio de un realismo mágico que se consumó con un golazo de media distancia de Juan Fernando Quintero, la figura del partido del siglo. Un torrencial aguacero que apagó la primera final por un día. Y unos vándalos que destruyeron la vuelta en el estadio Monumental.
Política, mucha política. Fanatismos, guerra campal en las redes sociales. Para que el papelón culminara hoy a 10.039 kilómetros de Buenos Aires en el estadio del Real Madrid. Para que River se consagrara campeón de la Copa Libertadores tras vencer 3-1 a Boca Juniors, su rival histórico, y borrara ese burdo recuerdo del descenso a segunda división en 2011.
El equipo millonario conquistó su cuarta Copa Libertadores, la segunda al mando de Marcelo Gallardo con goles de Lucas Pratto (68'), Juan Fernando Quintero (109') y Pity Martínez (122'). El gol del cuadro xeneize lo anotó Darío Benedetto a los 44 minutos.
El tanto que quedará consignado en la memoria colectiva de la banda cruzada será el del colombiano, el que rompió la paridad. Un disparo de media distancia que se estrelló en el palo y se fue al fondo de la red. El gol más importante de su carrera, y tal vez, el más importante en la historia de River Plate.
Ingresó a los 58 minutos cuando su equipo no tenía funcionamiento de equipo. El colombiano fue la clave de la remontada y del título más renombrado del equipo millonario.
Un contraplano de Wilmar Barrios, quien salió expulsado al comienzo del tiempo extra por doble amarilla. Pero a quien no hay nada que reprocharle: el hombre de Boca que siempre respondió y la clave del bicampeonato en el fútbol argentino. Sebastián Villa fue titular y tuvo un destacado partido.
Edwin Cardona vio el partido desde la tribuna y la decisión de Guillermo Barros Schelotto le salió cara: se quedó sin mediocampistas y con sobrepoblación de delanteros, echándolo de menos.
Estoy muy contento, quiero enviarle un saludo muy especial a Colombia y a mi Comuna 13 de Medellín. Estamos haciendo historia", dijo Quintero al término del partido con la bandera de Colombia colgada en sus hombros. Un colombiano, el héroe de la final del siglo.