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Baldomero Perlaza cree que Libertad enredará todo y que buscará generar confusión en el mediocampo, por la derecha y la izquierda. Y que Nacional estará más fuerte que en el juego de ida, más allá de la localía, por tener de nuevo a Brayan Rovira para darles manejo a las cosas cuando parezcan desordenadas. “Hay entendimiento con Baldomero y Sebastián Gómez”, dijo Rovira con relación a un triángulo que se mueve en bloque, que cuando está en cancha hace que Atlético Nacional luzca más seguro, con más confianza. “Tenemos líneas de pases diferentes, y esa es la idea, que los demás compañeros sientan que hay alternativas”. Luego apareció Alexandre Guimaraes y aseguró que no puede haber errores frente a un rival que vive de eso, que se fortalece con la equivocación del otro. “Tengo confianza de que se le puede dar la vuelta a la serie”, aseveró con certeza el DT.
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Y entonces apareció el recuerdo de la Copa Libertadores de 2019, la misma fase (tercera), el mismo rival y la victoria de los paraguayos para acceder a la fase de grupos. Por eso Guimaraes, que habla con propiedad de sus dirigidos, pide ser prudentes y cuidadosos para no tener sorpresas en el Atanasio Girardot (7:30 p.m., por ESPN). “Necesitamos transiciones, muchas, pero que sean efectivas”, recalcó un entrenador que sabe de la lentitud desesperante que usa como estrategia Libertad cuando tiene el marcador a favor (1-0). Nacional ha jugado 12 partidos contra clubes paraguayos en condición de local, con un registro de seis victorias, cuatro empates y dos derrotas. Además, ha marcado en 16 oportunidades y apenas ha recibido seis goles.
En 2019, Jeison Lucumí, hoy en América, anotó el tanto para igualar la serie y enviar todo a los penaltis para el triunfo del visitante por 5-4. Tres años antes hubo una igualdad sin goles con Cerro Porteño y en la misma temporada un triunfo 2-0 sobre Sol de América. Más atrás aparece el 4-0 sobre Libertad en 2015 (por la fase de grupos de la Libertadores) y el 10 de septiembre de 2014 la caída con General Díaz en la segunda fase de la Sudamericana. “Desde el domingo estaba sintiendo el deseo de mis futbolistas porque llegara este día. Eso es importante, porque antes que nada las ganas son necesarias. Y habrá una reacción total a lo que se plantee, y eso me tiene tranquilo y convencido de que podemos ganar”, concluyó Guimaraes. El torneo local dejó de ser una preocupación, por ahora, con la clasificación ya asegurada hace unos días. Por eso todas las energías están puestas en la Libertadores y en seguir con vida por más que cualquiera que sea el resultado dejará al club paisa jugando un evento internacional (si pierden estará en la Sudamericana, en Grupo F con Newell’s de Argentina, Palestino de Chile y Atlético Goianiense de Brasil).
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El vencedor de esta llave irá, curiosamente, al Grupo F junto a Nacional de Uruguay, Universidad Católica de Chile y Argentinos Juniors. “Nacional está listo para competir con los mejores. Para eso trabajamos”, cerró Guimaraes, el hombre encargado de que el equipo verde recupere la memoria y vuelva a figurar a nivel internacional, algo que no sucede desde la temporada 2016, cuando Reinaldo Rueda comandó al club campeón de la Libertadores.
Una cuestión financiera
Si bien el prestigio de jugar la Libertadores es mayor que el de estar en la Sudamericana, la realidad es que los ingresos también son una motivación más. Si Nacional accede a la fase de grupos de la primera se asegura, al menos, US$3 millones, uno por cada encuentro que dispute de local, mientras que en la segunda hay un valor de US$300 mil por cada partido en casa. La diferencia es abismal, más sabiendo que por ahora no hay acceso a los hinchas y que en nuestro país equipos como Nacional perciben una suma considerable por temas de boletería. Además, si el conjunto paisa avanza a octavos, recibirá US$2 millones más, uno menos que en la misma ronda de la Sudamericana.
La realidad, al menos en el fútbol, se construye con base en lo que se conoce. Y Nacional sí que tiene clara la forma de actuar de Libertad, sus virtudes, pero sobre todo sus deficiencias. Ya lo vivió hace dos temporadas y no quiere repetirlo otra vez. Además, la historia y la gente ya le piden volver a ser lo que fue, sobre todo teniendo en cuenta la calidad de su nómina, una de las mejores, sino la mejor, del país, diseñada para competir en el exterior.