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Aterrizó a Barranquilla con pie y medio fuera de Rusia 2018. Y cogió el avión de regreso con la satisfacción del deber cumplido y con el sueño mundialista latente. No están muertos, están más vivos que nunca. Con la moral alta, Paraguay buscará sellar en Asunción frente a Venezuela su tiquete a la cita orbital, esperando que unos cuantos resultados se den. Pero lo más difícil ya pasó, se dio el milagro en Colombia y así lo hizo saber Francisco Arce en la rueda de prensa posterior al partido.
"Estábamos hechos mierda. Después cambió todo. No hay que fiarse en las victorias y en las derrotas. Todo es muy dinámico y el martes debemos tener los pies en la tierra".
Del empuje y carácter que demostró su equipo afirmó que "la única forma de darnos por muertos es quitándonos el corazón". Y hubo un mar de alegría en el camerino: "El vestuario estuvo lleno de llantos de alegría. Hemos tragado mucho polvo. Y tenemos todo para que se nos dé en nuestra casa. Paraguay debe sentirse orgulloso de sus jugadores".
Por último,cerró reconociendo que Paraguay debía arriesgarlo todo para seguir con el sueño mundialista vivo. "Hoy sabíamos que si no jugábamos al extremo no teníamos chance. Preparamos un equipo rápido, hicimos un gran sacrificio y al final salió bien. Colombia estuvo cerca de ganarlo pero ahora la magia del fútbol permitió que ganáramos un partido que parecía imposible", cerró Arce.