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Argentina es una potencia futbolística por la “pasión ilimitada”, que se “respira diario”; el talento y la organización de su fútbol profesional.
“Tenemos tres categorías que son netamente profesionales. Y una cuarta categoría que es mixta, donde convergen jugadores profesionales y aficionados”, explicó Javier Marín, presidente del Club Atlético Acassuso, fundado en 1922, del barrio San Isidro de Buenos Aires.
“Hay 18 equipos en la tercera división, con alrededor de 30 profesionales cada uno. Esta se equipara con el torneo federal A, del interior del país, y los campeones de ambos torneos ascienden a la primera nacional, que es la segunda categoría”.
Ascender y descender es parte esencial de la competencia. “Eso ayuda a desarrollar el futbol propiamente dicho, que es un deporte de inclusión. Allí se genera una gran cantidad de jugadores enormes para clubes de primera división, que necesitan algún tipo de rodaje”.
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Los derechos de televisión sostienen las categorías menores. “Desde la época de Julio Grondona, la AFA toma los derechos de televisión como propios y separa plata para todas las categorías, un reparto solidario, de modo que puedan subsistir con un presupuesto adecuado”.
A pesar del cese por la pandemia, la AFA no ha dejado de pagar en ningún momento los derechos de televisión a los clubes. Adicionalmente, la tercera división ha tenido un contrato de televisión propio para sus partidos. “En el caso de los clubes grandes, Boca, River, Racing, San Lorenzo o Independiente, la plata que perciben de derechos de televisión ronda el 7% de su presupuesto. En el caso de los clubes de ascenso, lo que percibimos por este concepto viene a ser el 80%”.
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El presupuesto anual del Club Atlético Acassuso está aproximadamente en 120.000 dólares. Que se va en armar un equipo competitivo y en otros gastos, no tanto en las divisiones formativas del club, lo que no debería ser así, reconoce Marín.
“Nadie da una vuelta olímpica con un balance, nadie festeja las cuentas en orden, la gente va a festejar un campeonato, un ascenso. Hay que estar permanentemente generando recursos”.
Como dirigente, tiene claro que “campeones, los jugadores, y al descenso, los dirigentes”. Un inevitable grado de ingratitud asociado al rol.
Como conclusión, le pareció extraordinaria la posibilidad de una tercera división profesional para el fútbol colombiano. “Es muy positivo el fútbol como elemento transformador de integración social. Y tendría mayor atractivo que pueda haber ascensos y descensos de la tercera categoría hacia la segunda y un ida y vuelta permanente”.