Hillsborough, el homicidio que quisieron hacer pasar como un accidente

Hace 32 años, 96 personas murieron asfixiadas tras una avalancha en una de las tribunas mientras se disputaba un partido entre Liverpool y Nottingham Forest por las semifinales de la Copa de Inglaterra. Mucho tiempo después, un jurado eximió a los aficionados y decretó que la culpabilidad fue de la policía por la negligencia y la falta de medidas de seguridad antes del encuentro.

Redacción deportes
15 de abril de 2021 - 01:46 p. m.
Hillsborough, el homicidio que quisieron hacer pasar como un accidente
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En los libros de historia aparece la palabra tragedia, sin embargo, muchos años después, la ley denominó este suceso como un homicidio imprudente. El 15 de abril de 1989, en el partido entre Liverpool y Nottingham Forest, por las semifinales de la Copa de Inglaterra, muchos aficionados empezaron a invadir el campo. Y lo que se pensó como un acto desenfrenado de algarabía fue, más bien, una acción de supervivencia, de no morir asfixiados en una tribuna abarrotada de personas.

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Apenas iban seis minutos de juego cuando el juez decidió suspender el encuentro en una acción de ataque del Nottingham Forest, pues las gentes se habían agolpado detrás del arco, y fueron cada vez más, y la Policía encargada de la seguridad, pensando en los 22 jugadores, se olvidaron de lo que era evidente: de la gente aplastada contra las vallas de seguridad luego de una avalancha y de los rostros de algunos espichados contra las rejas sin oxígeno.

Dicen que solo tres ambulancias pudieron entrar al estadio, que los protocolos médicos no fueron tan rápidos como se esperaba y que por eso fallecieron 96 personas y hubo más de 700 heridos. Minutos antes, mientras los seguidores de Liverpool seguían ingresando las primeras personas ya gritaban que no cabía un alfiler, mientras que los de atrás, que apenas llegaban, seguían las indicaciones de una voz por megáfono que pedían ir más para adelante.

Inexplicablemente, ese día, hubo 200 policías menos que en duelos de alto riesgo que se disputaron en meses anteriores. Los hooligans eran despiadados y ya habían causado desmanes en otros choques entre Liverpool y Nottingham Forest por lo que no se entendió la disminución del pie de fuerza. Ese 15 de abril, las autoridades creyeron que se trataba de una acción de desorden a la que ya estaban acostumbrados y, solo 10 minutos después de ver la avalancha, se dignaron a abrir las pequeñas puertas en las rejas por las que fueron saliendo las personas, gente vomitando y orinándose involuntariamente.

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La falta de camillas generó escenas como la de hinchas cargando a los heridos en vallas publicitarias, otros dando respiración boca a boca para revivir a los ya fallecidos. El hecho se presentó a las 3:00 p.m., la primera ambulancia llegó a las 3:15 y la segunda a las 3:22. El médico forense, Stephen Popper, determinó muchos años después y tras una larga investigación que las 3:15 p.m., fue la hora límite de todo, es decir, que para ese momento la mayoría de las personas ya estaban muertas, y que algunos tenían todavía actividad pulmonar, pero al no recibir la atención rápida fallecieron.

Y aunque todo parezca claro, por lo menos a nivel jurídico, el estado de duelo permanece, y cada año se recuerdan a las 96 personas. Lo hacen sus familias, los hinchas y el mismo club, que sabe que la llaga no cerrará nunca.

Por Redacción deportes

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