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La primera noción de negocio que tiene Miguel González Zelada es de cuando vendió empanadas. Oriundo de Asunción, nació en una familia que no aguantaba hambre, pero que, según relata, se hizo con mucho sacrificio. “Tengo una hermana y un hermano. Mi padre nos trató de dar la mejor educación. Él es médico y abogado, una persona muy estricta, quien nos enseñó a luchar por lo que queríamos”, dice, en diálogo con El Espectador, el hombre que estudió ciencias contables y derecho, carrera que no terminó. “Sí me fui especializando en derecho penal, civil, deportivo y siempre he sido una persona inquieta. Recién me casé por primera vez, tuve que sufrir mucho económicamente, pero después hice un imperio con mi empresa: Pirámides y fianzas, que es una casa de préstamos importante en Paraguay”, asegura. (Osorio se defiende: "A Zelada no lo conozco")
González Zelada, cuya madre estudió para ser chef internacional pero que se dedicó a la docencia, logró ahorrar US$50 con sus primeros empleos y con eso pagó un derecho de examen para agente Fifa, en 1992. Después de pasar entre 52 postulantes comenzó su carrera como representante. “He tenido a jugadores como Bruno Valdés, Dante López, Jonathan Fabbro, Néstor Bareiro, Oswaldo Martínez. He realizado operaciones de Miguel Zamudio. Soy amigo de Gabriel Camargo, le he vendido jugadores al Tolima” agrega González, quien se ha casado dos veces: del primer matrimonio tiene una niña de siete años y del segundo, gemelos de casi dos.
El agente se encuentra involucrado en una investigación por apropiación, luego de una denuncia realizada por el futbolista ruso Mikhail Vladimirovich. Según la acusación, el empresario se adueñó de 20 pagarés de US$2.500, que alcanzan la suma de US$50.000, y de cuatro pagarés de US$10.000, que totalizan US$40.000. “He cometido errores, como cualquier otra persona, pero siempre he sido muy capaz, porque tengo casos ganados en la Fifa y en el TAS”, resalta González Zelada, que acusó al entrenador colombiano Juan Carlos Osorio de haberle pedido US$450.000 por fuera de la negociación que llevó en 2015 al delantero paraguayo Pablo Zeballos a Atlético Nacional.
“Lo voy a demandar ante la Fifa y ante el TAS por ser un técnico corrupto, coimero y por haberme pedido dinero en caso de dos jugadores específicamente. Tengo las pruebas materiales para demostrar lo que estoy diciendo. No me importa lo que Juan Carlos Osorio pueda decir. Aquí en Paraguay, Rubén Caicedo, su representante, junto a Osorio, me llevaron a juicio y salí absuelto”, manifiesta el agente, quien dice que el ex técnico de la selección mexicana, cuando dirigía al Sao Paulo de Brasil, también le pidió al jugador Julián Benítez y que “quería US$250.000 para hacer esa transacción”.
En 2017, afirma González Zelada, Caicedo le reclamó por los US$450.000 “y entonces la justicia investigó las documentaciones, pidió un informe a Nacional, investigaron mi cuenta de banco y la fiscal dijo que yo no había cometido ningún tipo de delito. Recién terminó el caso decidí que iba a llevar a Osorio y a su representante ante la Fifa”. El agente y sus abogados están preparando la documentación con el objetivo de demostrar que Osorio y Caicedo realizaron un “pedido de coima”. También busca que al colombiano se le retire su licencia de entrenador y recibir un resarcimiento económico de cinco millones de dólares, que, según expresa, no le “interesa mucho”. En máximo tres semanas estarían presentando la demanda. “No puede quedar esto impune. Estoy cansado de las personas que utilizan el fútbol para extorsionar”.
Por su parte, Juan Carlos Osorio asegura que no conoce a Miguel González Zelada y se remite a las declaraciones del jugador Pablo Zeballos, quien a través de su cuenta de Twitter desmintió al representante sobre su partida de Atlético Nacional. El estratega risaraldense siente que su salida de la dirección técnica de la selección de Paraguay generó molestias en el entorno del fútbol de ese país y que esta historia hace parte de eso.