“Queremos ganar la Copa Libertadores”: Catalina Usme

La delantera antioqueña reforzará a Santa Fe en esta temporada. Fue la primera jugadora colombiana en anotar en unos Juegos Olímpicos, en Río 2016.

Paula Andrea Casas Mogollón
09 de octubre de 2017 - 02:11 a. m.
Catalina Usme ha disputado con la selección Colombia, los Olímpicos de Río 2016 y los Mundiales de Alemania 2011 y Canadá 2015. / Cortesía Santa Fe
Catalina Usme ha disputado con la selección Colombia, los Olímpicos de Río 2016 y los Mundiales de Alemania 2011 y Canadá 2015. / Cortesía Santa Fe
Foto: SamueleNorato
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Desde los cuatro años, cuando fue por primera vez a ver jugar fútbol a su papá, José Domingo, y a sus hermanos Carlos Andrés y Diego Armando en las canchas del Gimnasio San Juan de la Cruz, en Marinilla (Antioquia), María Catalina Usme soñó con ser futbolista, con portar la camisa de la selección de Colombia y con hacer historia en el deporte que ama. Hoy, a los 27 años lo logró. Es referente del combinado nacional y refuerzo de Santa Fe para disputar la Copa Libertadores Femenina, en Paraguay.

Usme, que lleva tatuado el 10 en su espalda, comenzó en el balompié por influencia de su madre, Luz Marina. Ella veía el amor con el que Catalina miraba la pelota y la emoción que demostraba cada vez que pateaba una. Por eso, en el entretiempo de los partidos de su papá y de sus hermanos la dejaba jugar. “Lo escogí por influencia de la familia. Mi mamá me apoyó en mi sueño. Conmigo nunca tuvo una palabra de desagrado o que no quisiera que jugara”, le contó a El Espectador la delantera.

Luz Marina quiso potencializar el talento de Catalina y la metió a los seis años a la escuela de fútbol de Marinilla, que en esa época era solo para niños. Sin embargo, la oportunidad de ser futbolista no llegó sola. Catalina tuvo que luchar contra la corriente del machismo y los malos comentarios. Un día llegó de uno de sus entrenamientos y escuchó una conversación de su madre con unas amigas de ella.

Una dijo que qué pesar, que yo era muy linda para estar en un deporte tan masculino y que lo mejor era que me sacaran. Pero mi mamá respondió que si yo era feliz haciendo cualquier actividad física, ella me apoyaba. Y así fue. Ellos siempre han sido mi motor y se han sentido muy orgullosos de mi carrera”, admitió la paisa de 27 años, que en honor a las personas más importantes en su vida se tatuó una estrella en su hombro izquierdo. La punta más grande representa a Luz Marina, su motor y ejemplo a seguir.

Cuando Catalina entró al colegio Simona Duque tuvo que complementar el estudio con el deporte. Debía salirse antes de clases, ya que la institución quedaba a una hora de Medellín, donde entrenaba con Formas Íntimas. Por eso, cuando acabó el bachillerato, a los 18 años, dejó Marinilla para poderse instalar en la capital antioqueña. Con este equipo se consagró durante tres años consecutivos como goleadora del Torneo Internacional de Fútbol Femenino Feria de las Flores, y en 2010 quedaron campeonas.

Pero también ha tenido que luchar contra las lesiones, que según ella, son lo más difícil para un deportista de alto rendimiento. “La primera fue dura y mentalmente me costó superarla. Al final aprendí que siempre tienen algo que enseñarme, porque me vuelven más fuerte”, dice.

A la par de sus entrenamientos, dirigió las divisiones menores de Independiente Medellín, niños y niñas desde los ocho hasta los 10 años. “Siempre tuve el sueño de jugar un Pony Fútbol. En Marinilla me inscribían con los niños, pero la organización no lo permitía. Cumplí este anhelo. Fue una experiencia maravillosa. Los niños tienen mucho que enseñar, son muy sabios”, asegura Usme, que hace un año se graduó como profesional del deporte en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid.

Todo su esfuerzo ha tenido su recompensa. En los libros de historia del fútbol femenino, Catalina aparece como la primera jugadora colombiana en marcar gol en unos Juegos Olímpicos, los de Río de 2016, que, según ella, han sido lo mejor que le ha pasado en su carrera. “Es un reconocimiento a todo el equipo, porque fue el premio a tantos años de las cosas lindas y no tan buenas que hemos vivido como selección. Es una responsabilidad muy grande de las Superpoderosas con la generación que viene”, explicó la capitana del combinado nacional, galardona como la mejor jugadora de 2016.

Hace 10 meses fue una de las jugadoras en disputar la primera edición de la Liga Profesional de Fútbol Femenino en Colombia. Lo hizo con América, equipo al que renunció hace un tiempo, pero del que solo tiene palabras de agradecimiento, porque allí vivió su sueño y una experiencia inolvidable, además de las personas tan maravillosas que conoció.

Ahora afronta un nuevo reto: disputar la Copa Libertadores Femenina con Santa Fe. En 2015 ya lo había hecho con Formas Íntimas y fue la goleadora del torneo. El cuadro cardenal debuta este lunes ante Deportivo Ita, de Bolivia, a las 4:00 p.m. “Todos los días me levanto con la misma emoción de ir a una cancha. Ahora mi mente y la del equipo está centrada en ser campeonas. Es un anhelo de todas; estamos completamente convencidas de que tenemos el material humano para lograr el objetivo”, concluyó la delantera que asegura que en un futuro quiere ser dirigente deportiva.

Por Paula Andrea Casas Mogollón

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