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¿Cómo se ha sentido en su regreso al fútbol colombiano?
Muy bien, porque encontré un club que me ha acogido y entendido lo que queremos hacer. Hemos estado trabajando de la mano. Si volvía a Colombia, tenía que ser a otro club importante y hasta ahora las sensaciones con Nacional han sido muy buenas.
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¿Qué quiere hacer con Nacional?
Hemos ido entendiendo qué es lo que el club quiere para cumplir los objetivos de ellos, que van de la mano de los nuestros. Hay que tener equipos competitivos, plantillas extensas que nos den la posibilidad de competir en distintos frentes, trabajar con los juveniles e ir introduciéndolos al grupo. Eso es lo que a nosotros nos gusta hacer, además de pelear siempre arriba.
En una entrevista anterior dijo que sin un presupuesto alto pero con la idea de juego clara se puede ser competitivo: ¿cómo va la labor de implementar su idea de juego?
Vamos bien. Llevamos cinco meses y hemos pasado por varias etapas: el reconocimiento de los jugadores a un cuerpo técnico nuevo y viceversa, una pretemporada diferente por el tema de la pandemia, sin amistosos previos al campeonato y con jugadores sin competencia o lesionados. Bajo ese marco hemos puesto el mayor empeño posible para tener el equipo hoy en día con una cara más identificable. Una cara de un equipo que cada vez quiere ser más competitivo.
Esa cara tiene como premisa tener la mayor parte del tiempo la pelota, ser protagonista, intentar atacar siempre...
Sí, eso no ha sido tan complicado, porque el equipo tiene los futbolistas para hacerlo. Los jugadores también han ido entendiendo que, para tener ese volumen ofensivo y esa cantidad de goles que tenemos, debíamos trabajar en que el equipo fuera más equilibrado. Eso nos ha permitido estar llegando a un nivel para lo que queremos, que es pelear en los diferentes torneos. Para ser competitivo, hay que ser así.
¿Cómo ve a Nacional para lo que viene en Copa Libertadores?
Desde la pretemporada hicimos una planificación desde el punto de vista físico y táctico, brindando los elementos necesarios, pensando en que entre marzo y mayo se vendrían una gran cantidad de partidos. Teníamos que llegar bien en todos los aspectos y junto con el cuerpo médico, que ha hecho un trabajo muy bueno, intentamos prevenir lesiones y contagios por COVID-19 para llegar bien a este período. Lo hemos ido logrando y, aun cuando hemos tenido una etapa de jugar, viajar, recuperar y jugar, el equipo se ve bastante sólido, con base en las rotaciones que hemos realizado.
Y esa solidez se ha visto dentro de varios esquemas tácticos que ha implementado: ha puesto línea de tres en defensa, 4-2-3-1, 4-3-3 y el 4-3-2-1, que le funcionó muy bien en América. ¿Ese cambio de esquemas continuará o cree que en algún momento se quedará con uno solo?
No me quedaré con uno fijo. Por la versatilidad que tenemos, el plantel ha ido entendiendo esta posibilidad de ir cambiando durante el mismo partido o de un partido a otro. Eso nos ha ayudado mucho.
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¿Qué opina del papel del defensor central Yerson Mosquera y el creativo Jarlan Barrera dentro de ese funcionamiento?
A Jarlan lo conocíamos mucho más y creíamos que teniendo una buena etapa de pretemporada, dándole continuidad y confianza, podía generar muchísimo juego para el equipo. Y lo ha hecho en este tiempo. Y Mosquera es un jugador que necesitaba continuidad para pasar de ser una promesa a ser una realidad, y eso nos tiene muy contentos, porque en este corto período hemos ido revalorizando a varios jugadores que para el club son muy importantes.
¿En el fútbol colombiano se juega bien?
Sí. Es un torneo muy duro. Los equipos han mostrado que acá cualquiera le puede ganar a cualquiera.
¿Jugar bien es sinónimo de jugar lindo?
Lo que pasa es que nosotros hemos jugado bien muchos partidos y, cuando hemos tenido que ser efectivos, lo hemos sido. En eso se puede notar el avance grande de nuestro trabajo. Adentro del club, lo que es cuerpo técnico, jugadores y dirigencia, y hacia afuera con lo que es el hincha, uno ha ido viendo que el concepto de lo que para nosotros es jugar bien, que es lo que estamos queriendo implementar en Atlético Nacional, no es una cuestión que nos impida buscar un resultado.
En lo que usted considera como jugar bien, ¿qué equipos del mundo le gustan?
Yo me fijo más en equipos no tan tradicionales. En cómo pueden sobrevivir y ser competitivos en la escala mundial. Por ejemplo, el Leipzig de Alemania es un equipo muy interesante y, cuando puedo, lo veo. También lo que ha estado haciendo el Granada esta temporada. Un equipo sin gran presupuesto, pero con una continuidad del entrenador, es competitivo. Lo que hacen el Lille o el Lyon en Francia. Independientemente de que uno sabe cómo juegan París Saint-Germain, Real Madrid, Barcelona y los equipos con gran presupuesto, siempre me llama mucho más la atención ver estos otros equipos.
¿Con qué persona de la historia del fútbol le gustaría conversar?
Me gustaría estar en una mesa con Johan Cruyff, Tele Santana, Arrigo Sacchi y Jürgen Klopp.
¿Qué libros le han dejado huella?
Hay dos libros que me ayudaron en diferentes facetas en esto de ser entrenador. Uno, que leí en el comienzo de mi carrera, que se llama La pirámide invertida, que me agradó mucho. Y otro de entrenadores, que no tiene que ver con fútbol pero sí con trabajo de equipo: Transformando el sudor en oro, de Bernardinho, el técnico de la selección brasileña de voleibol que fue multicampeón. También agregaría el libro de Phil Jackson: Once anillos.
Y una película...
Doña Flor y sus dos maridos.
¿Le gustó la elección de Reinaldo Rueda como seleccionador de Colombia?
Me alegró muchísimo que, una vez que la Federación Colombiana de Fútbol tomó la decisión de cambiar de técnico, haya elegido al profe Rueda, a quien conozco muy bien, al igual que a su cuerpo técnico. Me parece que Colombia está en muy buenas manos. Además, tiene una ventaja para un técnico de selección: posee una aceptación casi general. Eso es vital, sobre todo cuando está comenzando su labor.
(Francisco Maturana: “A la selección Colombia procuro no verla”)
¿Y qué análisis hace del proceso de Tite con Brasil?
Es un entrenador que ha logrado algo muy difícil: que después de no llegar a jugar una final de un campeonato mundial, se le haya dado continuidad. Gracias a esa continuidad, ha podido ir desarrollando más sus ideas para la eliminatoria y el próximo Mundial.
¿Pueden venir más revoluciones en el juego del fútbol?
Sí, por supuesto. Hoy en día hay unas vertientes muy identificadas, pero también hay gente muy joven e inquieta en ir revolucionando el juego, que está claro que ha ido cambiando muchísimo en los últimos diez años. No tengo duda de que pueden venir todavía muchas más innovaciones.
¿Cuáles son sus sueños a largo plazo?
A estas alturas de mi carrera he aprendido que solo tengo que estar mirando el corto plazo, el largo plazo lo he ido recorriendo ya durante todo este tiempo. En el corto plazo espero cumplir con las expectativas por las cuales fui contratado en Atlético Nacional y, logrando eso, poder lograr una continuidad en el club y en el fútbol colombiano, que me ha caído muy bien.