Antes de ser grande, Bayern Múnich se opuso al nazismo
El actual campeón de la Champions League no siempre fue el gigante que conocemos hoy en día. En los inicios del fútbol alemán fue un equipo que solo ganó un título. En la conmemoración del Holocausto Nazi, recordamos su historia de resistencia al Tercer Reich.
Fernando Camilo Garzón - @FernandoCGarzon
Bayern Múnich ganó su primer título en Alemania en 1932. Hasta esa época, el incipiente campeonato alemán ya contaba con 24 campeones y ninguno había sido el gigante de Baviera.
De hecho, en las primeras décadas del siglo XX, Bayern Múnich ni siquiera era considerado un equipo importante. Durante años estuvo a la sombra del F. C. Núremberg, el club que había conseguido cinco ligas hasta la década de los 30.
La historia cambió cuando Kurt Landauer, de origen judío, se convirtió en el presidente del equipo. Landauer potenció la economía del club como hasta esa época no lo había hecho ningún dirigente, el nombre del equipo empezó a conocerse por todo el país e, incluso, la escuadra de Bavaria pudo construir su propio estadio.
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El revolucionario presidente solo pudo estar al frente de la institución durante tres años, porque al final de su mandato le tocó abandonar el club para prestar servicio militar en la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, años después, una vez se acabó el conflicto, Landauer regresó para continuar su trabajo. Fue en ese segundo periodo que logró sacar campeón de Alemania a Bayern Múnich en 1932, después de años de intentos fracasados y de la mano del director técnico austríaco Richard Kohn, que derrotó 2-0 a Eintracht Frankfurt en la final de ese año.
Bayern Munich, fortalecido económicamente y con un título a cuestas, empezó a consolidarse como un equipo fuerte en el país. No obstante, toda la progresión que se le veía se vería afectada por la llegada del nazismo al poder, más específicamente con el nombramiento de Adolf Hitler como canciller del gobierno del presidente Paul von Hindenburg en 1933, un año después del primer campeonato del Bayern.
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Además del origen judío de su presidente, la creación de Bayern Múnich está ligada al barrio bohemio de Schwabing, una zona de importante presencia judía. En el acta de formación de la institución en 1900, dos de los 17 firmantes eran judíos.
Durante muchos años, jugadores y dirigentes del equipo fueron de origen hebreo y fue por esa razón que la llegada del nazismo afectó gravemente a la institución. El régimen hostigó al club, pretendió su cooptación y le impidió su participación en los torneos durante varios años.
De hecho, es de público conocimiento que durante la era de la Nazis el equipo preferido de los dirigentes en Múnich era el TSV 1860 Múnich. El apoyo e inyección económica del gobierno al club logró que, durante esos años, esa escuadra lograra su clasificación en diferentes oportunidades al campeonato nacional e incluso su triunfo en la DBF Pokal y la Liga de Bavaria durante 1941 y 1942.
Mientras Bayern Múnich era hostigado económicamente por los Nazis, que llamaban de forma despectiva y con tono de burla al Bayern “el club de los judíos”, Kurt Landauer, que era la cabeza de la institución, fue apresado y llevado a un campo de concentración. Richard Kohn, que era el técnico campeón, al ver la tensa situación no pudo hacer otra cosa que exiliarse con rumbo a Suiza.
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Landauer contó con la fortuna de no morir mientras estuvo preso por dos semanas, porque al ser veterano de guerra tenía la oportunidad de no quedarse de forma permanente en el campo de concentración. La única condición para perdonar su vida era el exilio y, sin dudarlo dos veces, Landauer acompañó a Kohn rumbo a Suiza en 1933.
A partir del 34, Bayern Múnich no tuvo otra opción que tímidamente empezar a involucrarse al régimen, como la gran mayoría de clubes de Alemania. Tenían que hacerlo para sobrevivir.
A pesar de ello, la transición fue bastante lenta. Antes, hubo varios casos de riñas en partidos entre los jugadores del equipo con los miembros de la sección de asalto (SA), a los que se les conocía como “camisas pardas”. Incluso en 1936, Willy Simetsreiter se tomó una foto, muy famosa para la resistencia antinazi en Alemania, con Jesse Owens el atleta olímpico que desafió a Hittler en los juegos de Berlín de ese año.
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Sin embargo, el acto más recordado de resistencia Nazi del club alemán ocurrió en un partido amistoso que Bayern disputó en Suiza en 1943, en plena guerra. El equipo, que para esa época ya era presidido por un dirigente Nazi de nombre Josef Sauter, seguía respetando al antiguo presidente judío Kurt Landauer.
Landauer, exiliado en Suiza, fue a ver a su club a escondidas, pero cuando los jugadores se enteraron de su presencia en el campo fueron en grupo a aplaudir al dirigente que se encontraba en la grada.
Fue un acto de rebeldía que, por fortuna, no tuvo mayores repercusiones, pero que sí molestó bastante al gobierno Nazi, que avisó consecuencias, pero que a esas alturas ya estaba muy ocupado en la guerra y no pudo cumplirlas.
Kurt Landauer volvería a ser presidente una vez finalizó la guerra, y nuevamente traería consigo un periodo muy exitoso para el equipo. No obstante, los registros de la persecución fueron borrados por mucho tiempo de la historia del club.
Una vez el nazismo se introdujo en los clubes de fútbol del país se instauró como regla la inclusión del “párrafo ario”, un estatuto que obligaba a que los arios fuesen los únicos socios o participantes en las actividades de cualquier club.
Por esta razón la mayoría de los socios de Bayern Múnich, judíos muchos de ellos, fueron expulsados y con ellos la memoria del club. La historia antinazi del equipo más grande de Alemania fue rescatada hace poca después de una exhaustiva investigación a cargo de varios historiadores contratados por el club y, principalmente, del periodista de The guardian, Raphael Honigstein, que publicó un artículo sobre las raíces ocultas del cuadro bávaro.
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Hoy en día el Bayern es uno de los clubes más importantes del mundo y mucha de esa grandeza se la deben a Kurt Landauer, el presidente judío del Gigante de Bavaria, que fue el primero en hacerlo grande de verdad y que fue perseguido por los nazis por su origen y sus raíces.
Bayern Múnich ganó su primer título en Alemania en 1932. Hasta esa época, el incipiente campeonato alemán ya contaba con 24 campeones y ninguno había sido el gigante de Baviera.
De hecho, en las primeras décadas del siglo XX, Bayern Múnich ni siquiera era considerado un equipo importante. Durante años estuvo a la sombra del F. C. Núremberg, el club que había conseguido cinco ligas hasta la década de los 30.
La historia cambió cuando Kurt Landauer, de origen judío, se convirtió en el presidente del equipo. Landauer potenció la economía del club como hasta esa época no lo había hecho ningún dirigente, el nombre del equipo empezó a conocerse por todo el país e, incluso, la escuadra de Bavaria pudo construir su propio estadio.
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Sin embargo, años después, una vez se acabó el conflicto, Landauer regresó para continuar su trabajo. Fue en ese segundo periodo que logró sacar campeón de Alemania a Bayern Múnich en 1932, después de años de intentos fracasados y de la mano del director técnico austríaco Richard Kohn, que derrotó 2-0 a Eintracht Frankfurt en la final de ese año.
Bayern Munich, fortalecido económicamente y con un título a cuestas, empezó a consolidarse como un equipo fuerte en el país. No obstante, toda la progresión que se le veía se vería afectada por la llegada del nazismo al poder, más específicamente con el nombramiento de Adolf Hitler como canciller del gobierno del presidente Paul von Hindenburg en 1933, un año después del primer campeonato del Bayern.
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Durante muchos años, jugadores y dirigentes del equipo fueron de origen hebreo y fue por esa razón que la llegada del nazismo afectó gravemente a la institución. El régimen hostigó al club, pretendió su cooptación y le impidió su participación en los torneos durante varios años.
De hecho, es de público conocimiento que durante la era de la Nazis el equipo preferido de los dirigentes en Múnich era el TSV 1860 Múnich. El apoyo e inyección económica del gobierno al club logró que, durante esos años, esa escuadra lograra su clasificación en diferentes oportunidades al campeonato nacional e incluso su triunfo en la DBF Pokal y la Liga de Bavaria durante 1941 y 1942.
Mientras Bayern Múnich era hostigado económicamente por los Nazis, que llamaban de forma despectiva y con tono de burla al Bayern “el club de los judíos”, Kurt Landauer, que era la cabeza de la institución, fue apresado y llevado a un campo de concentración. Richard Kohn, que era el técnico campeón, al ver la tensa situación no pudo hacer otra cosa que exiliarse con rumbo a Suiza.
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A pesar de ello, la transición fue bastante lenta. Antes, hubo varios casos de riñas en partidos entre los jugadores del equipo con los miembros de la sección de asalto (SA), a los que se les conocía como “camisas pardas”. Incluso en 1936, Willy Simetsreiter se tomó una foto, muy famosa para la resistencia antinazi en Alemania, con Jesse Owens el atleta olímpico que desafió a Hittler en los juegos de Berlín de ese año.
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Landauer, exiliado en Suiza, fue a ver a su club a escondidas, pero cuando los jugadores se enteraron de su presencia en el campo fueron en grupo a aplaudir al dirigente que se encontraba en la grada.
Fue un acto de rebeldía que, por fortuna, no tuvo mayores repercusiones, pero que sí molestó bastante al gobierno Nazi, que avisó consecuencias, pero que a esas alturas ya estaba muy ocupado en la guerra y no pudo cumplirlas.
Kurt Landauer volvería a ser presidente una vez finalizó la guerra, y nuevamente traería consigo un periodo muy exitoso para el equipo. No obstante, los registros de la persecución fueron borrados por mucho tiempo de la historia del club.
Una vez el nazismo se introdujo en los clubes de fútbol del país se instauró como regla la inclusión del “párrafo ario”, un estatuto que obligaba a que los arios fuesen los únicos socios o participantes en las actividades de cualquier club.
Por esta razón la mayoría de los socios de Bayern Múnich, judíos muchos de ellos, fueron expulsados y con ellos la memoria del club. La historia antinazi del equipo más grande de Alemania fue rescatada hace poca después de una exhaustiva investigación a cargo de varios historiadores contratados por el club y, principalmente, del periodista de The guardian, Raphael Honigstein, que publicó un artículo sobre las raíces ocultas del cuadro bávaro.
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Hoy en día el Bayern es uno de los clubes más importantes del mundo y mucha de esa grandeza se la deben a Kurt Landauer, el presidente judío del Gigante de Bavaria, que fue el primero en hacerlo grande de verdad y que fue perseguido por los nazis por su origen y sus raíces.