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Respaldado por los millones de dólares de varios “mecenas”, Atlético Mineiro sacudió el mercado al fichar a figuras mundiales, como Hulk y Diego Costa, para espantar una sequía de 50 años sin ganar el Brasileirao. Lo logró, pero con una apuesta de “alto riesgo”.
Alzar el título de la liga brasileña por primera vez desde 1971 fue tan sufrido como esa larga espera. El ‘Galo’ necesitaba vencer a Bahia el jueves en Salvador (noreste) para bañarse de gloria otra vez, pero perdía 2-0 en el minuto 66.
Sin embargo, el poderío albinegro se desató en el momento justo al anotar tres goles en cuatro minutos. A falta de dos jornadas para el final del torneo, Mineiro obtuvo su segunda estrella y esfumó la ilusión del Flamengo de coronarse tricampeón.
“Ser campeones de esta forma era todo lo que queríamos”, destacó el técnico Alexi Stival “Cuca”, miembro honorario del Olimpo albinegro, una puerta que ya había cruzado tras ganar la Copa Libertadores 2013 dirigiendo a Ronaldinho Gaúcho.
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Reconocido por su manejo del pizarrón y sus apuestas ofensivas, “Cuca” es una de las últimas piezas de la quiniela de la directiva ‘mineira’ para formar uno de los mejores planteles de América con el apoyo financiero de un pequeño grupo de hinchas millonarios de su ciudad, Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais (sureste).
- “Un proyecto de poder” -
A diferencia de otros clubes con ‘torcedores’ acaudalados, los del Atlético -como se le conoce en Brasil- no son dueños de la institución, simplemente prestan millones sin intereses.
Este año, desembolsaron entre 200 y 300 millones de reales (entre USD 38 y 50 millones) para sustentar la operación del equipo, incluidas las contrataciones de Hulk y Diego Costa, dice a AFP Rodrigo Capelo, periodista especializado en negocios deportivos del grupo Globo.
“Existen empresarios que decidieron participar en la administración poniendo mucho dinero y también exigiendo cambios de gobierno, de administración”, agrega.
Estos “mecenas”, recuerda Capelo, son Rubens y Rafael Menin, propietarios de un conglomerado que incluye una importante constructora, un banco y medios de comunicación; Ricardo Guimarães, otro banquero; y Renato Salvador, cuya familia comanda una prestigiosa red hospitalaria.
“Rubens Menin es el principal financiador. ¿A dónde quiere llegar? No lo sé exactamente, parece tener aspiraciones políticas (...) Hay un proyecto de poder por detrás”, anota.
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El grupo empezó a adentrarse en el Galo hace un par de temporadas, bajo la presidencia de Sette Câmara (2018-20). El exmandatario asumió el cargo con una promesa de austeridad para sanear unas deudas que en 2017 ascendían a 569 millones de reales (USD 172 millones al cambio de entonces).
Pero desde 2019, presionado por reveses deportivos, abandonó la sobriedad financiera, contrató al entrenador argentino Jorge Sampaoli y a figuras sudamericanas, como el también argentino Ignacio Fernández o el chileno Eduardo Vargas.
- ¿Sustentable? -
Al finalizar su periodo, las deudas, agravadas por la pandemia, totalizaban 1,3 billones de reales (unos USD 250 millones al cambio de ese año), las mayores de un equipo de Brasil y que analistas consideran impagables.
“Les expuse el camino recorrido, mis intenciones, mis planes. Ellos entendieron la oportunidad que se les presentaba de llevar al Atlético a un paso sin precedentes”, dijo Câmara al dejar el cargo en diciembre de 2020.
Los aportes continuaron durante la gestión de su sucesor, Sergio Coelho, quien sostiene que sin el dinero de esos hinchas privilegiados -algunos con pasado en el club, como Ricardo Guimarães, al mando cuando Mineiro descendió en 2005- el elenco estaría en segunda división.
“Atlético no tiene todo solucionado en términos financieros, estamos trabajando para eso (...) Creemos que tendrá una situación financiera autosostenible en 2026″, dijo Guimarães a Rádio Itatiaia en octubre.
Antes de esa fecha, para finales de 2022, el equipo ya debe haber inaugurado su propio estadio, que le permitirá ampliar ingresos. Y pueden terminar 2021 con otro trofeo, la Copa do Brasil, que sólo ganaron una vez, en 2014.
“La construcción del nuevo estadio y el dinero del empresario Rubens Menin (...) pueden convertir al Atlético en una potencia”, considera el columnista Paulo Vinicius Coelho en el diario Folha de Sao Paulo.
Capelo es más escéptico: “Con el proyecto de poder de esos mecenas, lo importante es vencer a cualquier costo, entonces se trata de invertir lo suficiente para conseguirlo en el corto plazo”.
“Cuando los Menin paren de poner dinero y reclamen el que pusieron, ¿el Atlético cómo va a pagar? Nadie sabe”, asegura. “Es un proyecto de alto riesgo”.