¡Atención! Palmeiras es el nuevo campeón de la Copa Libertadores
El equipo de Sao Paulo derrotó 1-0 a Santos en el estadio Maracaná con gol de Breno Lopes en el minuto 99.
Camilo Amaya - @CamiloGAmaya
Una jugada, ya en el tiempo de adición, un centro de Rony y el cabezazo impecable de Breno Lopes para el único gol de la final de la Copa Libertadores 2020, para el segundo título de Palmeiras y para la desazón de Santos, que si bien hizo más a lo largo del encuentro, dejó escapar todo en un descuido.
Y el festejo del hombre que ingresó en el minuto 85, que anotó en el 99′ quizá el tanto más importante de la historia reciente de Palmeiras y que terminó lo que fue un partido aburrido, en medio de un letargo eterno y que tenía pinta de irse al alargue. De hecho, fue el más tardío en toda la historia de una competición que inició en 1960.
Lucas Veríssimo, el defensor que rechazó otras cuantas, falló en esta, el balón lo sobrepasó y cuando se dio cuenta que tenía que saltar ya estaba Lopes, un cuerpo por arriba y sacando un remate de cabeza impecable, porque no solo con el pie se remata bien.
Si hay que resumir esta final en el estadio Maracaná lo más justo sería decir que el encuentro fue tan parco y tan falto de emociones que los dos rivales se dejaron ganar por el miedo de cometer un error, y por eso fueron precavidos, en exceso, tan frugales, como si no hubiera ambiciones.
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Patadas, encontrones, faltas (entre los dos cometieron 36 infracciones), ritmos mansos, nada de lo que se espera para un duelo en el que se define un campeón. Sin embargo, jugando así, Palmeiras, que hizo algo similar en la semifinal contra River Plate (aprovechar las oportunidades) logró su segunda corona después de la lograda en 1999 cuando venció en los penaltis a Deportivo Cali.
Con una indiferencia total al buen juego y sin estremecerse por nada en un escenario que usualmente amedrenta cuando está lleno y que este sábado tuvo unos cuantos aficionados, los dirigidos por Abel Fernando Moreira hicieron lo impensado en la tercera final entre equipos brasileños de la historia.
Para la memoria y quizá cuando en algunos años se hable de este partido, la gran mayoría que lo vio detalladamente, sin caer en un sueño profundo, recordará el gol de Lopes, un tanto de otro encuentro, de buena gestación y mejor definición.
Tristeza para Santos y para Marinho, elegido el mejor futbolista del torneo y quien antes de ingresar al terreno de juego tocó la copa, no la vio, sólo la rozó para agigantar lo que muchos llaman una maldición: el que la acaricia no la levanta.
Así fue el camino de Palmeiras
Que no haya tenido unas fases finales brillantes no puede opacar lo que hizo Palmeiras desde el comienzo del torneo. En el Grupo, el club brasileño clasificó primero con 16 puntos producto de cinco victorias y un empate.
Ya en octavos de final dejó en el camino a Delfín de Ecuador con mucha superioridad (8-1), mientras que en cuartos derrotó a Libertad de Paraguay (4-1). Quizá lo peor del torneo lo mostró en semifinales frente a River Plate, equipo al que superó en Buenos Aires, pero con el que cayó en su casa (3-1).
En total fueron 13 encuentros con un saldo de 10 triunfos, dos empates y una derrota. A muchos puede que les haya gustado más Santos, pero será Palmeiras el que se quede con el trofeo y vaya a representar a Conmebol en el Mundial de Clubes.
También premio para la Confederación Suramericana de Fútbol que un año complicado por la pandemia, por estadios vacíos, restricciones de movilidad y varios contagios de COVID-19 logró sacar adelante un campeonato en el que pocos creían.
Una jugada, ya en el tiempo de adición, un centro de Rony y el cabezazo impecable de Breno Lopes para el único gol de la final de la Copa Libertadores 2020, para el segundo título de Palmeiras y para la desazón de Santos, que si bien hizo más a lo largo del encuentro, dejó escapar todo en un descuido.
Y el festejo del hombre que ingresó en el minuto 85, que anotó en el 99′ quizá el tanto más importante de la historia reciente de Palmeiras y que terminó lo que fue un partido aburrido, en medio de un letargo eterno y que tenía pinta de irse al alargue. De hecho, fue el más tardío en toda la historia de una competición que inició en 1960.
Lucas Veríssimo, el defensor que rechazó otras cuantas, falló en esta, el balón lo sobrepasó y cuando se dio cuenta que tenía que saltar ya estaba Lopes, un cuerpo por arriba y sacando un remate de cabeza impecable, porque no solo con el pie se remata bien.
Si hay que resumir esta final en el estadio Maracaná lo más justo sería decir que el encuentro fue tan parco y tan falto de emociones que los dos rivales se dejaron ganar por el miedo de cometer un error, y por eso fueron precavidos, en exceso, tan frugales, como si no hubiera ambiciones.
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Patadas, encontrones, faltas (entre los dos cometieron 36 infracciones), ritmos mansos, nada de lo que se espera para un duelo en el que se define un campeón. Sin embargo, jugando así, Palmeiras, que hizo algo similar en la semifinal contra River Plate (aprovechar las oportunidades) logró su segunda corona después de la lograda en 1999 cuando venció en los penaltis a Deportivo Cali.
Con una indiferencia total al buen juego y sin estremecerse por nada en un escenario que usualmente amedrenta cuando está lleno y que este sábado tuvo unos cuantos aficionados, los dirigidos por Abel Fernando Moreira hicieron lo impensado en la tercera final entre equipos brasileños de la historia.
Para la memoria y quizá cuando en algunos años se hable de este partido, la gran mayoría que lo vio detalladamente, sin caer en un sueño profundo, recordará el gol de Lopes, un tanto de otro encuentro, de buena gestación y mejor definición.
Tristeza para Santos y para Marinho, elegido el mejor futbolista del torneo y quien antes de ingresar al terreno de juego tocó la copa, no la vio, sólo la rozó para agigantar lo que muchos llaman una maldición: el que la acaricia no la levanta.
Así fue el camino de Palmeiras
Que no haya tenido unas fases finales brillantes no puede opacar lo que hizo Palmeiras desde el comienzo del torneo. En el Grupo, el club brasileño clasificó primero con 16 puntos producto de cinco victorias y un empate.
Ya en octavos de final dejó en el camino a Delfín de Ecuador con mucha superioridad (8-1), mientras que en cuartos derrotó a Libertad de Paraguay (4-1). Quizá lo peor del torneo lo mostró en semifinales frente a River Plate, equipo al que superó en Buenos Aires, pero con el que cayó en su casa (3-1).
En total fueron 13 encuentros con un saldo de 10 triunfos, dos empates y una derrota. A muchos puede que les haya gustado más Santos, pero será Palmeiras el que se quede con el trofeo y vaya a representar a Conmebol en el Mundial de Clubes.
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