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Chelsea cayó 3-0 este domingo en la cancha del Leeds United. Una derrota preocupante para el grupo de Thomas Tuchel, pero también inimaginable, tal y como era el desarrollo del partido con 0-0, cuando el conjunto londinense se había hecho con el control de cada sector, sin alardes, con alguna ocasión y dominador, aunque no contaba con el tremendo fallo del cancerbero que transformó todo.
De repente, una cesión atrás, un mal control, demasiada duda y un regate temerario del portero Edouard Mendy fueron el principio del fin para el Chelsea en Ellan Road, depresivo y doblegado por sí mismo; por el entusiasmo del Leeds, subido al podio; por los goles de Brenden Aaronson y Rodrigo Moreno en un tramo de cinco minutos más allá de la media hora, desde el regalo del guardameta al testarazo incontestable del ariete español; y por las paradas de Illan Meslier, tan decisivo como los goleadores.
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Sus cuatro puntos en tres jornadas encienden una alerta que se agranda por el ritmo que impone el Arsenal en la cima de la clasificación, con nueve de nueve, ya cinco más que el Chelsea; un equipo de ráfagas, que demuestra más talento individual que funcionamiento colectivo, inconsistente en su portería, en su área, e inconstante en la otra, por más que su inicio prometió otro desenlace.
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— Chelsea FC (@ChelseaFC) August 21, 2022
No fue suficiente su puesta en escena, con una oportunidad del desbordante Raheem Sterling a los 37 segundos; un gol anulado al atacante al borde del cuarto de hora por el fuera de juego que invalidó la acción que inició Marc Cucurella, titular en el carril izquierdo, activo y poco decisivo; o, sobre todo, la ocasión que propuso Mason Mount, que aparentó el gol hasta la estirada magnífica de Meslier.
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El Leeds apenas había tirado. Pero, de pronto, surgió la pifia de Mendy para el 1-0 de Aaronson, superada la media hora. Y después, sin aún haberlo asumido, el testarazo de Rodrigo Moreno, que remató el 2-0 en una jugada de estrategia botada desde el lado izquierdo por Jack Harrison. El cuarto gol en tres jornadas del delantero internacional español, el mejor goleador de este inicio de la competición que reaviva la llama de la selección, con la que no juega desde noviembre, cuando se acerca el Mundial de Qatar 2022. Todo en cinco minutos, del 32 al 37, entre la zozobra y la incredulidad del Chelsea, doblegado sin intuirlo.
No volvió a tirar el conjunto londinense en todo el primer tiempo. Sí algo en el comienzo del segundo, cuando retocó su sistema y renovó su ofensiva. No le quedaba otra. No acertó Marc Cucurella, con un remate fallido, ni tampoco Conor Gallagher, debutante como titular en los ‘blues’, al que se cruzó de nuevo, sensacional, el portero Meslier, como lo había hecho en el primer acto a Mason Mount y como lo hizo otra vez un rato después, frente al derechazo de Reece James que tocó lo justo para sostener el 2-0 para su equipo.
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Antes del golpe definitivo del Leeds, que sentenció el choque con el gol de Jack Harrison, esta vez asistido, con los papeles cambiados respecto al 2-0, por Rodrigo Moreno para demostrarle a Thomas Tuchel que la derrota no fue una simple cuestión del error de Mendy, sino una combinación de despropósitos de la que no fue capaz de reponerse jamás en Ellan Road.
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