Claudio Ranieri y su regreso a casa, a la Roma
El veterano entrenador italiano, que se había retirado en mayo pasado, no se resistió al llamado de la Roma y dirigirá a ese equipo hasta el final de la temporada.
Juan Diego Forero
No es común que un equipo trate tan mal a sus leyendas. Algo debe estar pasando en Roma para que los cambios abruptos y temperamentales sean la norma. Las palabras secas y sin aliento de Francesco Totti, sus lágrimas de agonía y su confesión tras el retiro, demostraron que La Loba trata de forma indiferente a sus gladiadores más fieles.
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No es común que un equipo trate tan mal a sus leyendas. Algo debe estar pasando en Roma para que los cambios abruptos y temperamentales sean la norma. Las palabras secas y sin aliento de Francesco Totti, sus lágrimas de agonía y su confesión tras el retiro, demostraron que La Loba trata de forma indiferente a sus gladiadores más fieles.
El fútbol actual es sádico e impaciente. Si los resultados no son los esperados, si el inicio es famélico, las puertas del despido se abren casi sin contemplación. Los entrenadores deben estar preparados para sacar lo mejor de la plantilla, antes, incluso, de acostumbrarse al clima o a la comida de sus nuevos hogares. Tal vez por eso Dan Friedkin, presidente de la Roma, eligió traer de vuelta a Claudio Ranieri, para evitarle al nuevo títere el proceso de adaptación.
Ranieri nació en Roma, en 1951, y fue allí mismo donde debutó como jugador, en 1973, como defensor central; así que sabe cómo se vive en esa ciudad, al lado del Coliseo y del Panteón. Eso sí, no hay mucho más que decir sobre su etapa como jugador de La Loba, pues apenas disputó seis partidos.
Salió muy rápido del equipo y, a partir de ahí, emprendió un camino lento y anónimo en clubes como el U.S. Catanzaro y el Calcio Catania, donde alcanzó su mejor nivel y agotó su espíritu defensivo. Llegó al U.S.C. Palermo para retirarse poco después, en 1986 y para adoptar, casi sin permitirse saborear el dulce descanso, su nuevo papel como entrenador, en el Vigor Lamezia, de la cuarta división del fútbol de Italia.
El último partido que dirigió ‘Il Padrino’ fue agónico, digno de una novela negra, el 23 de mayo de 2024, en el banquillo del Cagliari. La Fiorentina de Vincenzo Italiano remontó el encuentro al minuto 103 y le amargó la despedida, pues el árbitro decidió dar 13 minutos de tiempo compensatorio; y hubiera sido el último partido que dirigiera, de no ser porque la Roma decidió tentarlo de nuevo.
Fue así como el ex entrenador de 73 años se olvidó del polvoriento descanso en el que estaba sumido después de salvar al Cagliari del descenso al Calcio B, en la penúltima fecha, ganándole al Sassuolo 2 goles a 0; gracias a las súplicas de la Roma, gracias a su desorden.
“Cuando la Roma llama, yo debo responder que sí”, dijo Claudio Ranieri ante la insistencia del equipo que lo inició en el fútbol, y ante la negativa de otros entrenadores más cualificados y jóvenes. Dijo que sí porque ama Roma y porque sus primeras temporadas en los equipos son, por lo general, las mejores, porque a su edad es difícil tenerle miedo a nuevos retos, en especial, porque de nuevos, ya no tienen sino el título.
Ranieri lo ha visto todo, dirigió en cuatro de las principales ligas de Europa, la española, la inglesa, la italiana y la francesa; y en todas ganó al menos un título. Su espíritu combativo y su particular forma de evitar el deterioro del tiempo lo han hecho destacar en cada club al que ha ido.
Su mayor logro ha sido, tal vez, el título de Premier League obtenido con el Leicester City, aunque después de ganar, el trago amargo que debió beber con el boicot de sus propios jugadores terminó destrozándole por completo.
José Mourinho, el último técnico ganador con la Roma
El Manitas será entrenador de La Mágica de nuevo, por un final de temporada más, ya es un hecho. La última vez que había tomado el timón fue en 2019 tras el despido de Eusebio Di Franceso. Luego de aquel episodio, ya sepultado, Paulo Fonseca tomó su lugar y tras él asumió José Mourinho, quien se declaró fanático número uno del equipo y logró ganar la UEFA Conference League y quedar segundo en la UEFA Europa League.
Después de The Special One tomó el mando Danielle De Rossi pero no fue tratado con misericordia, tras malos resultados en las primeras cuatro fechas de esta temporada fue despedido y reemplazado por Ivan Juríc, casi como a un extra de una película, que es despedido por llamada telefónica, sin un encuentro, sin mirarlo a los ojos; aunque Juríc tampoco duró mucho en el puesto, apenas unos partidos.
Será la tercera vez que La Roma le confíe su futuro a Claudio Ranieri y a su experiencia. Él ya supo quedar segundo dirigiéndolos, lo cual, en el estado actual que atraviesa el equipo, puede ser un gran logro. Las cosas no están bien en la capital italiana. ”¿Un hueso duro de roer? Por eso me llamaron”, respondió Ranieri a los reporteros en el aeropuerto con tono jocoso, ya en Roma. Se refería, con buen humor, al momento difícil que atraviesa el equipo, y, en cierto modo, a su decisión de volver del retiro.
X: @JuanDiegoFore10
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