Colombia logró un triunfo monumental
Colombia derrotó 1-0 a Brasil y recobró vida en la Copa América. Los dirigidos por José Pékerman mostraron una actitud diferente a la del debut ante Venezuela y por eso sumaron sus primeros tres puntos en el torneo.
Luis Guillermo Montenegro, Enviado Especial
Era cuestión de actitud. Colombia demostró anoche que tiene con qué luchar por el título de la Copa América. Que aunque hay jugadores que no están pasando por su mejor momento, con ganas también se puede marcar diferencia.
Con un primer tiempo muy bien jugado, los dirigidos por José Pékerman se impusieron a Brasil 1-0, con gol de Jeison Murillo, y después de 24 años lograron vencer a los pentacampeones del mundo. Este triunfo puede marcar el inicio de algo grande, porque es un resultado que da mucha confianza de cara al futuro y porque vencer a Brasil, uno de los grandes favoritos al título, demuestra que se puede luchar de igual a igual ante cualquier rival.
Una vez más la hinchada colombiana fue mayoría en un escenario internacional. Así como llenó el pequeño estadio de Rancagua el domingo, anoche colmó las tribunas del Monumental de Santiago de Chile. Desde el mediodía, a las afueras del escenario deportivo, que es propiedad del Colo-Colo, se vieron banderas de Colombia, pelucas del Pibe Valderrama y caras pintadas con la tricolor. Incluso muchos aprovecharon para ganarse unos pesos extra y vendieron arepas paisas y empanadas colombianas. Aunque la temperatura no era de 35 grados como en los juegos de eliminatoria en la calurosa Barranquilla, el ambiente de fiesta fue muy similar, con 44.008 espectadores.
Y desde que salieron a calentar los equipos el apoyo fue incondicional. Las banderas se movieron de lado a lado y los gritos de “Colombia, Colombia” comenzaron a sonar. Cuando por el altoparlante anunciaron el nombre de los jugadores titulares elegidos por el técnico José Pékerman, los más aplaudidos fueron James Rodríguez y Radamel Falcao García, mientras que cuando dijeron los once del seleccionado pentacampeón sólo se oyeron silbidos y el más abucheado fue Neymar.
Pékerman le apostó a la misma base que había perdido en el debut de la Copa América ante Venezuela. El único cambio respecto a ese juego fue la incursión de Teófilo Gutiérrez por Carlos Bacca. Todas las ventajas que dieron Pablo Armero y Camilo Zúñiga en los laterales no fueron suficientes para que el DT argentino cambiara. De igual manera, una vez más le dio un espaldarazo a Falcao. Eso sí, por más de que en cuanto a nombres el equipo fue similar al del domingo, hubo un cambio notorio y fue el de la actitud. Salieron con ganas de comerse la cancha, de correr y disputar cada pelota, pero jugando, no peleando y luchando, como lo hicieron los brasileños. Quienes tuvieron continuidad respondieron y tras ganar podrán seguir creciendo en el torneo, como ya pasó con varios en el Mundial.
A pesar de que Armero y Zúñiga claramente no están pasando un buen momento, ambos cumplieron. No fueron tan decisivos en ataque, pero en defensa se salían con la suya cada vez que un jugador brasileño intentaba llegar al fondo de la cancha. Zapata y Murillo, siempre atentos y rápidos para anticipar a los delanteros brasileños. En la zona media Carlos Sánchez fue el patrón y se mostró firme y ordenado, con mucha personalidad. Cuando venían las camisetas azules no titubeó y como una roca permaneció firme y recuperó balones que pudieron generar peligro. Además esta vez cumplió en la entrega y eso fue fundamental para que la selección atacara con velocidad a una defensa brasileña que no se veía muy firme, sobre todo por el piso.
Cada vez que Brasil quiso salir jugando, Falcao, Teófilo, James y Cuadrado fueron los primeros defensas. Siempre intentaron presionar y eso obligaba a los brasileños a reventar balones. Además, el trabajo por las bandas en defensa fue tan efectivo que los laterales brasileños generaron muy poco, sobre todo en la primera parte.
El gol en el minuto 36 fue un justo premio para los dirigidos por Pékerman, pues, aunque eran superiores, eso no se veía reflejado en el marcador. El gol llegó luego de un rebote que la defensa brasileña dejó tras un tiro de esquina. Jeison Murillo sacó un potente remate en el área chica y venció al arquero Jefferson, que nada pudo hacer.
Con la diferencia, Colombia no cambió y buscó seguir con la misma actitud, que fue la gran responsable de que el equipo nacional lograra el triunfo. Este Brasil, ahora dirigido por Dunga y no por Luiz Felipe , como en el Mundial, sigue siendo el mismo. Un equipo muy alejado del tradicional estilo brasileño de juego bonito, toque y fantasía. Este es de fútbol fuerte, sin el balón y con él, pega mucho, y aunque tiene hombres de talento como Neymar, Willian y Phillipe Coutinho, no se juntan como lo hacían los grandes conjuntos de antaño.
Para el segundo tiempo Colombia intentó salir con la misma idea de juego. Sin embargo, a medida que pasaron los minutos, el desgaste se hizo evidente y ya no se pudo mantener la presión que tanto éxito le había dado. Eso sí, el equipo mantuvo el orden defensivo y, por más que Brasil logró meterlo en su propio arco por momentos, el trabajo de David Ospina no fue mucho. Carlos Sánchez se consolidó como el hombre del partido.
Al ver que la cancha se inclinaba, Pékerman hizo cambios. El primero fue sacar a Radamel Falcao García y darle ingreso a Víctor Ibarbo, con la idea de meter un hombre más en la zona media que le ayudara a Armero a contener los ataques de Dani Alves y que pudiera desequilibrar con su velocidad en los contragolpes. Falcao, cuya entrega y lucha son innegables, se mostró ansioso y falló jugadas que pudieron terminar en gol o no se juntó con sus compañeros. Por ejemplo, en la primera parte hubo un contragolpe que no se aprovechó correctamente, porque en lugar de abrir el campo con James, que iba solo, remató al arco y el balón pasó por encima del horizontal. Claro que la confianza que Pékerman ha depositado en él poco a poco lo irá llevando de vuelta a su nivel. Lo que necesita es un gol para romper con la ansiedad.
También ingresaron Carlos Bacca y Alexánder Mejía. Bacca lo hizo en lugar de Teo, quien demostró que tiene que ser titular en este equipo. Es un jugador que se mueve muy bien en el frente de ataque, pivotea bien y con su fútbol colectivo alimenta constantemente a James y a Cuadrado, quienes en el debut ante Venezuela no habían podido generar opciones claras. Con Teo, Colombia juega mejor, puede aplicar su estilo característico de toque de balón a ras de piso y además le abre espacios a su compañero en ataque.
Bacca luchó en ataque, pero el partido ya se jugaba todo en campo colombiano y no hubo muchas oportunidades para él en su hábitat natural, el área. Justamente por la manera como estaba el partido ingresó Mejía por Edwin Valencia, quien jugó bien. Su cambio se hizo con la idea de refrescar el medio campo.
Lo importante era quedarse con los tres puntos y por eso Colombia lo defendió con el alma hasta el minuto final. Se terminó peloteando y negociando el estilo de juego, pero a esa altura del partido eso ya era lo de menos. Se necesitaba el triunfo para seguir con vida en la Copa América, y que fuera ante Brasil, una bestia negra a la que solamente se había podido derrotar una vez en juegos oficiales, lo hacía mucho más valioso.
Cuando el árbitro chileno Enrique Osses dio el pitazo final, Neymar le dio un pelotazo en la espalda a Pablo Armero y eso desató una pelea entre Carlos Bacca y el delantero del Barcelona, que terminó con la expulsión de los dos. El brasileño ya sabía que no podía jugar el domingo en este mismo estadio ante los venezolanos porque había sumado su segunda amarilla consecutiva, mientras que Bacca, quien lucha por un puesto en la titular, tendrá que ver el juego desde la tribuna en Temuco, donde Colombia, fortalecido por haber recuperado su fútbol, deberá sumar ante Perú para lograr la clasificación a los cuartos de final.
Selección Colombia:
1. David Ospina; 18. Camilo Zúñiga, 22 Jeison Murillo, 2 Cristian Zapata, 7. Pablo Armero; 6. Carlos Sánchez, 6. Edwin Valencia, 10. James Rodríguez, 11. Juan Guillermo Cuadrado, 19. Teófilo Gutiérrez; 9. Falcao García
Selección de Brasil:
Era cuestión de actitud. Colombia demostró anoche que tiene con qué luchar por el título de la Copa América. Que aunque hay jugadores que no están pasando por su mejor momento, con ganas también se puede marcar diferencia.
Con un primer tiempo muy bien jugado, los dirigidos por José Pékerman se impusieron a Brasil 1-0, con gol de Jeison Murillo, y después de 24 años lograron vencer a los pentacampeones del mundo. Este triunfo puede marcar el inicio de algo grande, porque es un resultado que da mucha confianza de cara al futuro y porque vencer a Brasil, uno de los grandes favoritos al título, demuestra que se puede luchar de igual a igual ante cualquier rival.
Una vez más la hinchada colombiana fue mayoría en un escenario internacional. Así como llenó el pequeño estadio de Rancagua el domingo, anoche colmó las tribunas del Monumental de Santiago de Chile. Desde el mediodía, a las afueras del escenario deportivo, que es propiedad del Colo-Colo, se vieron banderas de Colombia, pelucas del Pibe Valderrama y caras pintadas con la tricolor. Incluso muchos aprovecharon para ganarse unos pesos extra y vendieron arepas paisas y empanadas colombianas. Aunque la temperatura no era de 35 grados como en los juegos de eliminatoria en la calurosa Barranquilla, el ambiente de fiesta fue muy similar, con 44.008 espectadores.
Y desde que salieron a calentar los equipos el apoyo fue incondicional. Las banderas se movieron de lado a lado y los gritos de “Colombia, Colombia” comenzaron a sonar. Cuando por el altoparlante anunciaron el nombre de los jugadores titulares elegidos por el técnico José Pékerman, los más aplaudidos fueron James Rodríguez y Radamel Falcao García, mientras que cuando dijeron los once del seleccionado pentacampeón sólo se oyeron silbidos y el más abucheado fue Neymar.
Pékerman le apostó a la misma base que había perdido en el debut de la Copa América ante Venezuela. El único cambio respecto a ese juego fue la incursión de Teófilo Gutiérrez por Carlos Bacca. Todas las ventajas que dieron Pablo Armero y Camilo Zúñiga en los laterales no fueron suficientes para que el DT argentino cambiara. De igual manera, una vez más le dio un espaldarazo a Falcao. Eso sí, por más de que en cuanto a nombres el equipo fue similar al del domingo, hubo un cambio notorio y fue el de la actitud. Salieron con ganas de comerse la cancha, de correr y disputar cada pelota, pero jugando, no peleando y luchando, como lo hicieron los brasileños. Quienes tuvieron continuidad respondieron y tras ganar podrán seguir creciendo en el torneo, como ya pasó con varios en el Mundial.
A pesar de que Armero y Zúñiga claramente no están pasando un buen momento, ambos cumplieron. No fueron tan decisivos en ataque, pero en defensa se salían con la suya cada vez que un jugador brasileño intentaba llegar al fondo de la cancha. Zapata y Murillo, siempre atentos y rápidos para anticipar a los delanteros brasileños. En la zona media Carlos Sánchez fue el patrón y se mostró firme y ordenado, con mucha personalidad. Cuando venían las camisetas azules no titubeó y como una roca permaneció firme y recuperó balones que pudieron generar peligro. Además esta vez cumplió en la entrega y eso fue fundamental para que la selección atacara con velocidad a una defensa brasileña que no se veía muy firme, sobre todo por el piso.
Cada vez que Brasil quiso salir jugando, Falcao, Teófilo, James y Cuadrado fueron los primeros defensas. Siempre intentaron presionar y eso obligaba a los brasileños a reventar balones. Además, el trabajo por las bandas en defensa fue tan efectivo que los laterales brasileños generaron muy poco, sobre todo en la primera parte.
El gol en el minuto 36 fue un justo premio para los dirigidos por Pékerman, pues, aunque eran superiores, eso no se veía reflejado en el marcador. El gol llegó luego de un rebote que la defensa brasileña dejó tras un tiro de esquina. Jeison Murillo sacó un potente remate en el área chica y venció al arquero Jefferson, que nada pudo hacer.
Con la diferencia, Colombia no cambió y buscó seguir con la misma actitud, que fue la gran responsable de que el equipo nacional lograra el triunfo. Este Brasil, ahora dirigido por Dunga y no por Luiz Felipe , como en el Mundial, sigue siendo el mismo. Un equipo muy alejado del tradicional estilo brasileño de juego bonito, toque y fantasía. Este es de fútbol fuerte, sin el balón y con él, pega mucho, y aunque tiene hombres de talento como Neymar, Willian y Phillipe Coutinho, no se juntan como lo hacían los grandes conjuntos de antaño.
Para el segundo tiempo Colombia intentó salir con la misma idea de juego. Sin embargo, a medida que pasaron los minutos, el desgaste se hizo evidente y ya no se pudo mantener la presión que tanto éxito le había dado. Eso sí, el equipo mantuvo el orden defensivo y, por más que Brasil logró meterlo en su propio arco por momentos, el trabajo de David Ospina no fue mucho. Carlos Sánchez se consolidó como el hombre del partido.
Al ver que la cancha se inclinaba, Pékerman hizo cambios. El primero fue sacar a Radamel Falcao García y darle ingreso a Víctor Ibarbo, con la idea de meter un hombre más en la zona media que le ayudara a Armero a contener los ataques de Dani Alves y que pudiera desequilibrar con su velocidad en los contragolpes. Falcao, cuya entrega y lucha son innegables, se mostró ansioso y falló jugadas que pudieron terminar en gol o no se juntó con sus compañeros. Por ejemplo, en la primera parte hubo un contragolpe que no se aprovechó correctamente, porque en lugar de abrir el campo con James, que iba solo, remató al arco y el balón pasó por encima del horizontal. Claro que la confianza que Pékerman ha depositado en él poco a poco lo irá llevando de vuelta a su nivel. Lo que necesita es un gol para romper con la ansiedad.
También ingresaron Carlos Bacca y Alexánder Mejía. Bacca lo hizo en lugar de Teo, quien demostró que tiene que ser titular en este equipo. Es un jugador que se mueve muy bien en el frente de ataque, pivotea bien y con su fútbol colectivo alimenta constantemente a James y a Cuadrado, quienes en el debut ante Venezuela no habían podido generar opciones claras. Con Teo, Colombia juega mejor, puede aplicar su estilo característico de toque de balón a ras de piso y además le abre espacios a su compañero en ataque.
Bacca luchó en ataque, pero el partido ya se jugaba todo en campo colombiano y no hubo muchas oportunidades para él en su hábitat natural, el área. Justamente por la manera como estaba el partido ingresó Mejía por Edwin Valencia, quien jugó bien. Su cambio se hizo con la idea de refrescar el medio campo.
Lo importante era quedarse con los tres puntos y por eso Colombia lo defendió con el alma hasta el minuto final. Se terminó peloteando y negociando el estilo de juego, pero a esa altura del partido eso ya era lo de menos. Se necesitaba el triunfo para seguir con vida en la Copa América, y que fuera ante Brasil, una bestia negra a la que solamente se había podido derrotar una vez en juegos oficiales, lo hacía mucho más valioso.
Cuando el árbitro chileno Enrique Osses dio el pitazo final, Neymar le dio un pelotazo en la espalda a Pablo Armero y eso desató una pelea entre Carlos Bacca y el delantero del Barcelona, que terminó con la expulsión de los dos. El brasileño ya sabía que no podía jugar el domingo en este mismo estadio ante los venezolanos porque había sumado su segunda amarilla consecutiva, mientras que Bacca, quien lucha por un puesto en la titular, tendrá que ver el juego desde la tribuna en Temuco, donde Colombia, fortalecido por haber recuperado su fútbol, deberá sumar ante Perú para lograr la clasificación a los cuartos de final.
Selección Colombia:
1. David Ospina; 18. Camilo Zúñiga, 22 Jeison Murillo, 2 Cristian Zapata, 7. Pablo Armero; 6. Carlos Sánchez, 6. Edwin Valencia, 10. James Rodríguez, 11. Juan Guillermo Cuadrado, 19. Teófilo Gutiérrez; 9. Falcao García
Selección de Brasil: