Colombia rescató un punto en Santiago: empató 2-2 con Chile
La selección que dirige el portugués Carlos Queiroz igualó en la segunda jornada de la eliminatoria mundialista camino a Catar 2022. En noviembre, contra Uruguay, buscará volver a la victoria.
Camilo Amaya - @CamiloGAmaya
Hay ocasiones en las que no solo basta con el buen juego y el orden para ganar un partido. Y en las que se necesita de una rudeza que quizá desentone, pero que se hace necesaria cuando el rival trata de desestabilizar lo que va por buen camino.
Es una muestra de temperamento, de encarar al otro, de alegarle y mirarlo a los ojos sin perder el control. Esa es la estrategia que algunos suelen usar cuando son inferiores con la pelota. Y, sí, eso también vale. Por eso es tan importante tener jugadores que propaguen esa idea, tal cual el talentoso pone al resto a funcionar.
Este martes, los chilenos fueron dinamitando con ese plan a una selección de Colombia tan ordenada y obediente tácticamente desde el comienzo, que se fue en ventaja por la presión alta de Stefan Medina para recuperar el balón, su centro al segundo palo y el cabezazo al piso de Jefferson Lerma, tal vez el mejor futbolista que ha tenido el equipo de Carlos Queiroz en estas dos fechas de eliminatoria.
Lerma y lo que es la voluntad en el terreno. Tanto así que en una acción con Arturo Vidal, con quien ya venía intercambiando palabras, empujones y hasta patadas, el chileno se adelantó al contacto con la pelota y el hombre de Bournemouth, que tenía la mirada en el aire, lo golpeó en el área. Hubo reclamos por parte de los futbolistas locales, la tardanza de siempre y una consulta al VAR que, como suele ocurrir, se demoró.
Y mientras tanto se escucharon los gritos de los chilenos, los “sí fue penalti, profe, pitalo”. Y luego de ver una y otra vez el argentino Darío Herrera se decidió, señaló el punto blanco y con un remate, que más fue un latigazo, Vidal empató todo.
Ese gol, sumado a la salida de Medina por una lesión muscular, terminó de desconcentrar al conjunto nacional. Johan Mojica perdió más duelos por la banda con Mauricio Isla, Steven Alzate (ingresó por Medina) no le ayudó a Lerma en los relevos y Juan Guillermo Cuadrado, que hace más daño cuando está arriba, tuvo que bajar a cubrir la franja derecha.
Y con el medio desconectado, con James Rodríguez y Luis Fernando Muriel cambiando de costado para encontrar su lugar, Colombia, que en principio supo aguantar sin la necesidad de tener la posesión, lució perdida.
Reinaldo Rueda, el entrenador colombiano de Chile, retocó el fondo y adelantó más las líneas y supo que era el momento para presionar más y más. Y como premio a la perseverancia y con Colombia un poco noqueada por el empate de Vidal, los chilenos arremetieron y en una jugada que no ameritaba mayor peligro se generó la confusión, el balón le rebotó a Cuadrado y por detrás apareció Alexis Sánchez para pelear, chocar e ir hasta el final y marcar el 2-1. Rueda y sus dirigidos le dieron vuelta a todo en tres minutos.
Ya en la segunda parte, sin darle prioridad al control y al pase, Colombia no reaccionó, o más bien, lo hizo de a poco. Y no fue algo muy notorio porque Rodríguez, que hace las veces de eje, no pudo liberarse de ataduras. Y aunque existió la intención de que hubiera un efecto reflejo (sobre todo con la entrada de Alfredo Morelos por Muriel), la experiencia de hombres como Vidal y Sánchez fue mermando todo. Y ellos dos, bueno y los demás chilenos, hicieron del partido algo cortado, complicado, de más testosterona que cualquier cosa. Y eso favoreció a La Roja que luchó no solo cuerpo a cuerpo sino con el cerebro
Queiroz intentó que hubiera orden en medio del caos y mandó a la cancha a Radamel Falcao García para generar más volumen de ataque. Y sí, Colombia tuvo más control, pero sin profundidad y ese sostener la pelota no se transformó en goles.
Al menos no hasta el tiempo de reposición cuando los chilenos ya contaban con los tres puntos, cuando la resignación era grande y cuando apareció El Tigre para mandarla al fondo y sentenciar el 2-2 final. Justo con Colombia por lo hecho durante algunos pasajes, puede que también con los chilenos que a su manera por poco se salen con la suya. No fue la mejor selección, pero después de las dos jornadas se puede decir que la Tricolor tiene cuatro puntos producto de ganar en casa y empatar por fuera. Y esa es la fórmula para clasificar a los mundiales. Lo de jugar bien siempre es algo que pasa a un segundo plano y este empate se valorará más adelante.
Próxima fecha de la eliminatoria (12 de noviembre):
Chile vs. Perú
Argentina vs. Paraguay
Colombia vs. Uruguay
Bolivia vs. Ecuador
Brasil vs. Venezuela
Hay ocasiones en las que no solo basta con el buen juego y el orden para ganar un partido. Y en las que se necesita de una rudeza que quizá desentone, pero que se hace necesaria cuando el rival trata de desestabilizar lo que va por buen camino.
Es una muestra de temperamento, de encarar al otro, de alegarle y mirarlo a los ojos sin perder el control. Esa es la estrategia que algunos suelen usar cuando son inferiores con la pelota. Y, sí, eso también vale. Por eso es tan importante tener jugadores que propaguen esa idea, tal cual el talentoso pone al resto a funcionar.
Este martes, los chilenos fueron dinamitando con ese plan a una selección de Colombia tan ordenada y obediente tácticamente desde el comienzo, que se fue en ventaja por la presión alta de Stefan Medina para recuperar el balón, su centro al segundo palo y el cabezazo al piso de Jefferson Lerma, tal vez el mejor futbolista que ha tenido el equipo de Carlos Queiroz en estas dos fechas de eliminatoria.
Lerma y lo que es la voluntad en el terreno. Tanto así que en una acción con Arturo Vidal, con quien ya venía intercambiando palabras, empujones y hasta patadas, el chileno se adelantó al contacto con la pelota y el hombre de Bournemouth, que tenía la mirada en el aire, lo golpeó en el área. Hubo reclamos por parte de los futbolistas locales, la tardanza de siempre y una consulta al VAR que, como suele ocurrir, se demoró.
Y mientras tanto se escucharon los gritos de los chilenos, los “sí fue penalti, profe, pitalo”. Y luego de ver una y otra vez el argentino Darío Herrera se decidió, señaló el punto blanco y con un remate, que más fue un latigazo, Vidal empató todo.
Ese gol, sumado a la salida de Medina por una lesión muscular, terminó de desconcentrar al conjunto nacional. Johan Mojica perdió más duelos por la banda con Mauricio Isla, Steven Alzate (ingresó por Medina) no le ayudó a Lerma en los relevos y Juan Guillermo Cuadrado, que hace más daño cuando está arriba, tuvo que bajar a cubrir la franja derecha.
Y con el medio desconectado, con James Rodríguez y Luis Fernando Muriel cambiando de costado para encontrar su lugar, Colombia, que en principio supo aguantar sin la necesidad de tener la posesión, lució perdida.
Reinaldo Rueda, el entrenador colombiano de Chile, retocó el fondo y adelantó más las líneas y supo que era el momento para presionar más y más. Y como premio a la perseverancia y con Colombia un poco noqueada por el empate de Vidal, los chilenos arremetieron y en una jugada que no ameritaba mayor peligro se generó la confusión, el balón le rebotó a Cuadrado y por detrás apareció Alexis Sánchez para pelear, chocar e ir hasta el final y marcar el 2-1. Rueda y sus dirigidos le dieron vuelta a todo en tres minutos.
Ya en la segunda parte, sin darle prioridad al control y al pase, Colombia no reaccionó, o más bien, lo hizo de a poco. Y no fue algo muy notorio porque Rodríguez, que hace las veces de eje, no pudo liberarse de ataduras. Y aunque existió la intención de que hubiera un efecto reflejo (sobre todo con la entrada de Alfredo Morelos por Muriel), la experiencia de hombres como Vidal y Sánchez fue mermando todo. Y ellos dos, bueno y los demás chilenos, hicieron del partido algo cortado, complicado, de más testosterona que cualquier cosa. Y eso favoreció a La Roja que luchó no solo cuerpo a cuerpo sino con el cerebro
Queiroz intentó que hubiera orden en medio del caos y mandó a la cancha a Radamel Falcao García para generar más volumen de ataque. Y sí, Colombia tuvo más control, pero sin profundidad y ese sostener la pelota no se transformó en goles.
Al menos no hasta el tiempo de reposición cuando los chilenos ya contaban con los tres puntos, cuando la resignación era grande y cuando apareció El Tigre para mandarla al fondo y sentenciar el 2-2 final. Justo con Colombia por lo hecho durante algunos pasajes, puede que también con los chilenos que a su manera por poco se salen con la suya. No fue la mejor selección, pero después de las dos jornadas se puede decir que la Tricolor tiene cuatro puntos producto de ganar en casa y empatar por fuera. Y esa es la fórmula para clasificar a los mundiales. Lo de jugar bien siempre es algo que pasa a un segundo plano y este empate se valorará más adelante.
Próxima fecha de la eliminatoria (12 de noviembre):
Chile vs. Perú
Argentina vs. Paraguay
Colombia vs. Uruguay
Bolivia vs. Ecuador
Brasil vs. Venezuela