Cuando el fútbol y la Navidad dejaron a la Primera Guerra Mundial en segundo plano
En el Frente Occidental, hace 109 años, los bandos enfrentados acordaron un breve pero muy simbólico espacio de paz durante las fiestas.
Daniel Bello
La Primera Guerra Mundial (IGM) fue uno de los conflictos armados más catastróficos de la historia. Las tensiones de los nacionalismos y las alianzas políticas dejaron entre 1914 y 1918 un saldo aproximado de 60 millones de muertos y consecuencias que décadas después derivaron en un enfrentamiento bélico todavía peor.
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La Primera Guerra Mundial (IGM) fue uno de los conflictos armados más catastróficos de la historia. Las tensiones de los nacionalismos y las alianzas políticas dejaron entre 1914 y 1918 un saldo aproximado de 60 millones de muertos y consecuencias que décadas después derivaron en un enfrentamiento bélico todavía peor.
Este conflicto, también conocido como la Gran Guerra, se produjo por a una compleja red de factores políticos, económicos, militares y sociales. El detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo —actual Bosnia-Herzegovina— y la posterior declaración de guerra por parte del Imperio Astrohúngaro a Serbia.
Poco después Alemania se unió a la guerra para apoyar a los astrohúngaros y juntos fueron conocidos como las Potencias Centrales. Serbia no estaba sola, pues Rusia, Francia y Reino Unido se unieron a su bando, el de los Aliados.
El enfrentamiento entre alemanes y aliados tuvo lugar en el Frente occidental, actual territorio de Bélgica, Luxemburgo y Francia. En la Navidad de 1914 en esa zona ocurrieron los hechos que mostraron al fútbol como un medio de unidad y paz.
La breve paz del Frente Occidental
Cuando llegó el primer invierno de ese devastador conflicto bélico, tuvieron lugar una serie de altos al fuego no oficiales en el marco de las festividades de diciembre. Sin hostilidades, los integrantes de ambos bandos no solo se atrevieron a intercambiar saludos, sino a jugar a la pelota.
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La tregua implicó que soldados de ejércitos enemigos dejaran de lado sus armas y se reunieran para celebrar la noche buena. Uno de los aspectos notables de ese acuerdo temporal fue la ocurrencia de partidos de fútbol improvisados entre los soldados.
La IGM tuvo como particularidad que fue uno de los máximos exponentes de la guerra de trincheras, unas zanjas bien protegidas del fuego enemigo de armas pequeñas y su artillería. El territorio entre las trincheras enemigas era conocido como tierra de nadie,
Además de intercambiar comida y cigarrillos en tierra de nadie, jugaron al fútbol en canchas espontáneas, con pelotas improvisadas y porterías hechas también con lo que tenían a la mano. Fue un ligero descanso para los soldados que llevaban meses atrincherados.
En 2014, cuando la tregua cumplió 100 años, la UEFA, entonces presidida por Michel Platini, realizó un homenaje con jugadores y referentes del fútbol de Reino Unido, Alemania y Francia, los países que pelearon en el Frente Occidental.
Participaron Wayne Rooney, Gareth Bale, Sir Bobby Charlton, Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger, Paul Breitner, Hugo Lloris y Didier Deschamps. La UEFA también inauguró un monumento en Ypres, Bélgica, donde se presume ocurrieron algunos de esos partidos.
“La ceremonia de conmemoración debe rendir homenaje a los soldados que, hace un siglo, expresaron su humanidad en un partido de fútbol escribiendo un capítulo en la construcción de la unidad europea y que son un ejemplo a seguir por las jóvenes generaciones de hoy”, comentó Platini aquel diciembre de 2014.
De vuelta a la guerra
Además del balompié, los cantos y la celebración de la Nochebuena, algunos frentes intercambiaron prisioneros. Otros se dedicaron a localizar los cuerpos de los caídos en batalla y les realizaron las respectivas ceremonias fúnebres.
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Con el final de las festividades también se acabó la camaradería y volvieron a ser enemigos en una guerra que cada vez se tornó más violenta y brutal. El desgaste posterior y el uso de armas químicas no permitieron que en los demás años de la guerra se repitiera un episodio similar durante.
El fútbol en la Tregua de Navidad se convirtió en un símbolo de paz y solidaridad en tiempos oscuros. Fue una victoria de la humanidad en medio del sanguinario conflicto que fue la IGM. Lo que pasó en tierra de nadie ha inspirado cientos de películas y campañas de tolerancia, sobre todo en Europa.
Un ejemplo es la película francesa Joyeux Noël, de 2005, que fue nominada a los Premios Óscar como mejor película extranjera. La historia mezcla elementos de la realidad con la ficción y fue dedicado a los soldados que perdieron la vida durante el conflicto.
La guerra terminó en 1918. Los Aliados cantaron victoria y Alemania, el gran perdedor de ese conflicto, fue objeto de múltiples sanciones. Las heridas que quedaron abiertas en esa confrontación bélica fueron las causantes de que entre 1939 y 1945 tuviera lugar la Segunda Guerra Mundial.
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