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Hace unos meses, antes de disputar la final de la Copa Sudamericana, le preguntaron a Hernán Crespo, en ese entonces entrenador de Defensa y Justicia, que qué era lo que más destacaba de su equipo.
Y el DT, sin tener que meditarlo mucho, arrojó una frase que describe bien la historia reciente del club de Varela: “Los talentos invisibles”. Y no es que no se vea en la cancha lo que hacen, todo lo contrario, su trabajo es tan eficiente y a veces silencioso que solo capta la atención cuando se mira el resultado, y se percibe que Defensa y Justicia es uno y todos a la vez, y que cada pieza nueva engrana con la misma facilidad de la anterior.
Lo que comenzó como un ascenso, simple para la mayoría de los argentinos, pero no para los hinchas del Halcón -por allá en 2014-, ya van con dos títulos internacionales gracias a respetar una idea de juego. Lo que inició Diego Cocca hace siete años sigue por buen camino en las manos de Sebastián Beccacece y el mismo Crespo, dos estrategas que no se preocuparon por traer nuevos futbolistas, sino por mantener la confianza en los mismos.
También está Enzo Fernández, uno de los hombres que más ha crecido en las últimas temporadas, o Francisco Pizzi, que no tuvo un buen paso por Independiente, pero que en Defensa, como suele sucederles a todos, encontró su lugar ideal. Y así hay varios en los que otros no creyeron y el conjunto de Varela sí, entre ellos los colombianos Raúl Loaiza y Mauricio Duarte.
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Diego Lemme, presidente de la institución, siendo bastante clarividente -basado en la realidad-, le apostó a buscar a quienes los demás no querían. Y hacerles entender que tenían todo para triunfar y que podían hacerlo en Defensa. No se trata de mantener entrenadores, sino de respetar la esencia y de procurar ser austeros en la medida de lo posible, pero gastando cuando toca y en pro del crecimiento. En otras palabras: análisis detallados en cada inversión para evitar el despilfarro, un lujo que no se pueden permitir.
Además, el hoy campeón de la Recopa Suramericana, que de paso ganó un cupo a la fase de grupos de la Libertadores 2021, sabe que no todas las formas de ganar son iguales, y que cualquiera es válida siempre y cuando se obtenga el resultado. Y eso lo ha convertido en un equipo espectáculo, por la garra que imprime en sus encuentros, por la sensación que da al televidente de que siempre hay algo por venir, que no se dan por vencidos.
Así fue contra Palmeiras, con el marcador en contra, y llevando todo a los penaltis para demostrar en ese instante nervios de acero y unas ganas tan vastas como el infinito. Sí, puede que el juego no dé hasta ese punto, pero el deseo sí.
Es inevitable regresar a 2014 y hablar del ascenso a la primera división de Argentina con un equipo base de juveniles y futbolistas a préstamo, la mayoría. Los nombres y apellidos ahora pasan, porque Defensa es una plataforma de exposición, pero el concepto queda. Y quizás eso fue lo que más le gustó a Beccacece, que fue a Racing e Independiente, sin mucho éxito, para volver al club en el que se dio a conocer, con el que ahora obtuvo su primer título como DT. Los medios de Suramérica titularon, en su mayoría, heroico e histórico, haciendo alusión a que se enfrentó a un grande (Palmeiras) jugando -valga la redundancia- como un grande.
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“Defensa es familia. Es la única manera de que esto que está pasando sea posible. Todo es posible con dedicación, esfuerzo, amor y compromiso. Y humildad, claro, la fuerza que nos impulsa a querer más y más”, dijo Beccacece, quizás uno de los personajes más queridos en Florencio Varela, población que tiene nombre de escritor, de ambiente de pueblo en la que sentarse a ver pasar la vida es tan importante como ver los partidos de Defensa, así lo frenético del conurbano la toque de cuando en cuando.
Eficacia en el continente
Más allá de todo lo mágico y las palabras, hasta de la mística que envuelve Defensa y Justicia, hay que remitirse a algo más tangible, como lo hecho en competencias internacionales. Son seis participaciones en eventos de esta categoría para un total de dos trofeos, es decir, el 33,3 % de efectividad para una institución que cumple con eficacia (lograr las metas establecidas) y con eficiencia (con la menor cantidad de recursos). En la Sudamericana, de la que es el actual campeón, Defensa tiene cuatro apariciones y 11 victorias, seis empates y la misma cantidad de derrotas.
En la Libertadores, torneo en el que será parte del Grupo A (otra vez contra Palmeiras, Universitario de Perú e Independiente del Valle de Ecuador), lleva dos triunfos y cuatro derrotas en dos presencias. A la fecha son 29 salidas internacionales y 14 éxitos (48,2 %). Lo que más llama la atención es que en pleno fútbol pandémico, el de las irregularidades, Defensa ha sido muy consistente. Actitud, esfuerzo y funcionamiento, tres cosas que encajan en un club al que no le importa ni le importará quién esté enfrente.