Diego Maradona tendrá su propia plaza en Río de Janeiro
La idea de un concejal se convirtió en ley a pesar de un veto del alcalde y del voto contrario del hijo de Bolsonaro. Además del espacio dedicado al argentino, también quieren construir una estatua suya.
Federico Cornali - Anadolu
A pesar de que su origen se remonta a la primera mitad de la década de los ochenta, el romance que mantuvieron Diego Armando Maradona y el pueblo brasileño se reveló por completo, como una erupción, tras el fallecimiento del exfutbolista argentino, el 25 de noviembre de 2020.
La vida del 10 se apagó a sus 60 años y en ese mismo momento, mientras el mundo lloraba su muerte, se encendió como nunca la pasión escondida que los brasileños tienen, y siempre tuvieron, por el “enemigo favorito”.
La relación de amor-odio entre Diego Maradona y Brasil tuvo cientos de capítulos, algunos más memorables que otros. Mientras jugaba en Napoli, en la Serie A italiana, el crack argentino tuvo a Careca, un brasileño, entre sus principales aliados en el ataque. Con el paso del tiempo, ambos futbolistas se convirtieron en eternos amigos. “Diego fue mucho más que mi amigo, fue mi hermano. Está siendo muy difícil para mí seguir adelante sin él”, dijo Careca en noviembre, horas después de saber del fallecimiento de Maradona.
“¿Quién no era fanático de Careca y Maradona? Yo siempre bromeaba diciendo que, en Nápoles, Maradona era Dios y Careca Jesucristo”, recordó Marco Aurelio Cunha, dirigente del fútbol brasileño y actual candidato a presidente de São Paulo Futebol Clube. Tras esa época gloriosa en el equipo del sur italiano, en Brasil se produjo un “boom” de recién nacidos que fueron bautizados con el primer nombre del astro.
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Según estadísticas divulgadas por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el nombre Diego creció 3.000% entre los bebés del país en el período comprendido entre 1986 (cuando Maradona fue campeón del mundo con la Selección Argentina) y 1990, época de múltiples éxitos con los napolitanos, junto a Careca.
Los enfrentamientos clásicos en los que Maradona solía brillar contra la Canarinha, como en el triunfo argentino por 1-0 en los octavos de final de la Copa del Mundo de Italia 1990, su amor por el carnaval, los contratos publicitarios y, claro, su comparación eterna con Pelé, el gran 10 brasileño, son algunos de los múltiples vínculos que el de Villa Fiorito entabló con Brasil y, específicamente, con la ciudad de Río de Janeiro. “Un día vamos a jugar juntos en el cielo”, escribió Pelé, de 80 años, cuando Maradona falleció, poniéndole punto final a una disputa injusta entre dos ídolos que marcaron diferentes épocas y generaciones.
Sería impensado, eso sí, que en algún rincón icónico de Buenos Aires sea construida una estatua en homenaje a Pelé, más allá del respeto que los argentinos tienen por el brasileño. Poco tiempo atrás también parecía imposible que en las principales ciudades de Brasil pudiese haber reconocimientos significativos para Maradona. Sin embargo, la muerte del Pibe de Oro pareció enfriar la eterna rivalidad para darle paso a la admiración sin camisetas ni banderas.
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Tanto así que el pasado 24 de junio fue promulgada una ley para crear la Plaza Diego Armando Maradona, frente al Consulado General de Argentina, en Río de Janeiro. El autor y promotor de la idea es Felipe Michel, un exfutbolista que vistió la camiseta de Flamengo, entre otros clubes profesionales, y quien actualmente ejerce el cargo de concejal en la capital carioca por el partido Progresistas.
Más allá del simbolismo que se encierra en el acto de levantar el homenaje a Maradona frente al consulado de su país, la plaza estará a pocos metros de la Playa de Botafogo, uno de los puntos clásicos de Río de Janeiro, aprovechado a diario por los cariocas para descansar o ejercitarse, y visitado por millones de turistas cada año.
“Maradona siempre estuvo entre mis grandes ídolos. Durante la Copa América de este año vimos el homenaje que le hicieron en el estadio Nilton Santos (de Río de Janeiro), lo que demuestra la importancia del crack argentino en la historia del deporte mundial”, explicó Felipe Michel a la Agencia Anadolu.
“Como presidente de la Comisión de Deportes del Concejo Deliberante de Río de Janeiro, no podía dejar de homenajear, frente al consulado argentino, a este ídolo del deporte. Me pone muy contento ser el responsable por la creación de esta plaza, que sin dudas se convertirá en un nuevo atractivo de la ciudad que tanto queremos, tan globalizada y turística”, agregó el concejal de 39 años.
El mismo día en que la ley para la creación del espacio fue promulgada, Felipe Michel se reunió con Claudio Gutiérrez, cónsul argentino en Río de Janeiro. Entre ambos discutieron cómo y dónde levantarán la estatua del fallecido futbolista argentino. Lo que es seguro, según la opinión de ambos, es que el monumento tendrá un lugar privilegiado en la plaza, que estará ubicada entre la calle Farani y el viaducto Santiago Dantas, muy cerca también del Aterro de Flamengo, un complejo de ocio tradicional de la capital Fluminense.
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“Este homenaje nos alegra muchísimo porque a Maradona le gustaba mucho Brasil, tenía muchos amigos aquí y, además, guardaba mucho respeto y admiración por los grandes ídolos del fútbol brasileño”, sostuvo Gutiérrez tras el encuentro.
“Este tipo de gestos son la prueba fehaciente de los lazos estrechos que unen a Brasil y Argentina. Es el mejor símbolo del claro sentimiento de fraternidad entre nuestros pueblos”, agregó el cónsul argentino.
“Yo creo que esta plaza se convertirá en un diferencial de la ciudad. Va a ser muy bueno ver a turistas, argentinos o no, tomándose fotos en la Plaza Maradona, tal vez delante de su estatua”, opinó Felipe Michel, que además se confiesa hincha de Flamengo, en Brasil, y de Boca Juniors, en Argentina, club en el cual el Pibe de Oro comenzó a destacarse a comienzos de los 80, tras surgir de las divisiones inferiores de Argentinos Juniors.
Durante el proceso de votación de la ley, que incluyó dos turnos, se votó a mano levantada y se decidió, de forma unánime, la legitimidad del proceso de construcción del espacio de homenaje en Botafogo. Pocos días después de la votación, el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, vetó la ley argumentando que “bautizar lugares públicos es una función del Poder Ejecutivo”.
Por esa razón, el Concejo Deliberante de Río tuvo que reunirse nuevamente el 24 de junio, esta vez para votar si eliminaba o no ese veto impuesto por Paes. Según las actas que constan de ese día, todos los concejales, excepto Carlos Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, votaron a favor de la ley para seguir adelante con la Plaza Diego Maradona.
“Para que quede claro, la ley fue aprobada en el Concejo Deliberante, luego la Municipalidad la vetó y el Concejo eliminó ese veto. Ahora está definitivamente aprobado y la implementación le cabe al gobierno de la ciudad. La construcción del busto, por su parte, puede llevarse a cabo con la ayuda de iniciativas privadas”, explicó el concejal Felipe Michel.
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“Sobre los plazos, aún no tenemos una definición exacta, pero yo creo que estará todo listo en menos de un año”, agregó el exfutbolista, que también actuó en la liga de Arabia Saudita durante los años 90.
Pero más allá de la admiración que Maradona sentía por el pueblo brasileño, su gusto por las playas y el carnaval más famoso del mundo, el argentino siempre mostró su idolatría por Rivelino, uno de los principales integrantes de la Selección de Brasil que conquistó la Copa del Mundo de 1970, en México. Aquel equipo es recordado por practicar un fútbol de altísimo vuelo.
“Rivelino fue un grande, un maestro para mí. Era la elegancia y la rebeldía en persona. Al igual que yo, él era pura rebeldía contra los poderosos. Me enamoré de su juego y me cautivó como persona cuando tuve la oportunidad de conocerlo”, contó Maradona en su momento. “Siempre lo quise como amigo. Ahora perdimos a uno de los mayores jugadores del mundo y una persona muy especial para mí”, escribió Rivelino al enterarse de la muerte de su “admirador” argentino.
“La rivalidad entre Argentina y Brasil se limita a los partidos en los cuales nos enfrentamos, pero creo que ambos países sabemos admirar a ídolos como Ronaldinho, Pelé, Zico y Maradona, entre otros, sin poner atención en la camiseta o el escudo. El cariño de Maradona hacia Río de Janeiro era enorme y por eso creemos que este homenaje es fundamental, y aún más, frente al consulado argentino y en un lugar tan típico como Botafogo, frente a la Bahía de Guanabara”, sostuvo Felipe Michel.
Más allá del veto por parte de Paes y del voto en negativo de Carlos Bolsonaro en el Concejo Deliberante, algunos vecinos del barrio de Botafogo también se manifestaron en contra del nombramiento de la plaza y de la construcción de un busto en reconocimiento a la trayectoria de Maradona.
Para el concejal de Patriotas, eso es normal, pero se trata de una minoría. “Siempre existirán los que se oponen, aún más cuando sabemos de la rivalidad eterna entre argentinos y brasileños por el fútbol. Sin embargo, yo creo que el fútbol se trata de unión y educación. Por eso intento mostrar el importante papel que este deporte tiene en el terreno social”, concluyó.
A pesar de que su origen se remonta a la primera mitad de la década de los ochenta, el romance que mantuvieron Diego Armando Maradona y el pueblo brasileño se reveló por completo, como una erupción, tras el fallecimiento del exfutbolista argentino, el 25 de noviembre de 2020.
La vida del 10 se apagó a sus 60 años y en ese mismo momento, mientras el mundo lloraba su muerte, se encendió como nunca la pasión escondida que los brasileños tienen, y siempre tuvieron, por el “enemigo favorito”.
La relación de amor-odio entre Diego Maradona y Brasil tuvo cientos de capítulos, algunos más memorables que otros. Mientras jugaba en Napoli, en la Serie A italiana, el crack argentino tuvo a Careca, un brasileño, entre sus principales aliados en el ataque. Con el paso del tiempo, ambos futbolistas se convirtieron en eternos amigos. “Diego fue mucho más que mi amigo, fue mi hermano. Está siendo muy difícil para mí seguir adelante sin él”, dijo Careca en noviembre, horas después de saber del fallecimiento de Maradona.
“¿Quién no era fanático de Careca y Maradona? Yo siempre bromeaba diciendo que, en Nápoles, Maradona era Dios y Careca Jesucristo”, recordó Marco Aurelio Cunha, dirigente del fútbol brasileño y actual candidato a presidente de São Paulo Futebol Clube. Tras esa época gloriosa en el equipo del sur italiano, en Brasil se produjo un “boom” de recién nacidos que fueron bautizados con el primer nombre del astro.
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Según estadísticas divulgadas por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el nombre Diego creció 3.000% entre los bebés del país en el período comprendido entre 1986 (cuando Maradona fue campeón del mundo con la Selección Argentina) y 1990, época de múltiples éxitos con los napolitanos, junto a Careca.
Los enfrentamientos clásicos en los que Maradona solía brillar contra la Canarinha, como en el triunfo argentino por 1-0 en los octavos de final de la Copa del Mundo de Italia 1990, su amor por el carnaval, los contratos publicitarios y, claro, su comparación eterna con Pelé, el gran 10 brasileño, son algunos de los múltiples vínculos que el de Villa Fiorito entabló con Brasil y, específicamente, con la ciudad de Río de Janeiro. “Un día vamos a jugar juntos en el cielo”, escribió Pelé, de 80 años, cuando Maradona falleció, poniéndole punto final a una disputa injusta entre dos ídolos que marcaron diferentes épocas y generaciones.
Sería impensado, eso sí, que en algún rincón icónico de Buenos Aires sea construida una estatua en homenaje a Pelé, más allá del respeto que los argentinos tienen por el brasileño. Poco tiempo atrás también parecía imposible que en las principales ciudades de Brasil pudiese haber reconocimientos significativos para Maradona. Sin embargo, la muerte del Pibe de Oro pareció enfriar la eterna rivalidad para darle paso a la admiración sin camisetas ni banderas.
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Tanto así que el pasado 24 de junio fue promulgada una ley para crear la Plaza Diego Armando Maradona, frente al Consulado General de Argentina, en Río de Janeiro. El autor y promotor de la idea es Felipe Michel, un exfutbolista que vistió la camiseta de Flamengo, entre otros clubes profesionales, y quien actualmente ejerce el cargo de concejal en la capital carioca por el partido Progresistas.
Más allá del simbolismo que se encierra en el acto de levantar el homenaje a Maradona frente al consulado de su país, la plaza estará a pocos metros de la Playa de Botafogo, uno de los puntos clásicos de Río de Janeiro, aprovechado a diario por los cariocas para descansar o ejercitarse, y visitado por millones de turistas cada año.
“Maradona siempre estuvo entre mis grandes ídolos. Durante la Copa América de este año vimos el homenaje que le hicieron en el estadio Nilton Santos (de Río de Janeiro), lo que demuestra la importancia del crack argentino en la historia del deporte mundial”, explicó Felipe Michel a la Agencia Anadolu.
“Como presidente de la Comisión de Deportes del Concejo Deliberante de Río de Janeiro, no podía dejar de homenajear, frente al consulado argentino, a este ídolo del deporte. Me pone muy contento ser el responsable por la creación de esta plaza, que sin dudas se convertirá en un nuevo atractivo de la ciudad que tanto queremos, tan globalizada y turística”, agregó el concejal de 39 años.
El mismo día en que la ley para la creación del espacio fue promulgada, Felipe Michel se reunió con Claudio Gutiérrez, cónsul argentino en Río de Janeiro. Entre ambos discutieron cómo y dónde levantarán la estatua del fallecido futbolista argentino. Lo que es seguro, según la opinión de ambos, es que el monumento tendrá un lugar privilegiado en la plaza, que estará ubicada entre la calle Farani y el viaducto Santiago Dantas, muy cerca también del Aterro de Flamengo, un complejo de ocio tradicional de la capital Fluminense.
Lea aquí: Cesó la horrible noche para la selección de Argentina
“Este homenaje nos alegra muchísimo porque a Maradona le gustaba mucho Brasil, tenía muchos amigos aquí y, además, guardaba mucho respeto y admiración por los grandes ídolos del fútbol brasileño”, sostuvo Gutiérrez tras el encuentro.
“Este tipo de gestos son la prueba fehaciente de los lazos estrechos que unen a Brasil y Argentina. Es el mejor símbolo del claro sentimiento de fraternidad entre nuestros pueblos”, agregó el cónsul argentino.
“Yo creo que esta plaza se convertirá en un diferencial de la ciudad. Va a ser muy bueno ver a turistas, argentinos o no, tomándose fotos en la Plaza Maradona, tal vez delante de su estatua”, opinó Felipe Michel, que además se confiesa hincha de Flamengo, en Brasil, y de Boca Juniors, en Argentina, club en el cual el Pibe de Oro comenzó a destacarse a comienzos de los 80, tras surgir de las divisiones inferiores de Argentinos Juniors.
Durante el proceso de votación de la ley, que incluyó dos turnos, se votó a mano levantada y se decidió, de forma unánime, la legitimidad del proceso de construcción del espacio de homenaje en Botafogo. Pocos días después de la votación, el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, vetó la ley argumentando que “bautizar lugares públicos es una función del Poder Ejecutivo”.
Por esa razón, el Concejo Deliberante de Río tuvo que reunirse nuevamente el 24 de junio, esta vez para votar si eliminaba o no ese veto impuesto por Paes. Según las actas que constan de ese día, todos los concejales, excepto Carlos Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, votaron a favor de la ley para seguir adelante con la Plaza Diego Maradona.
“Para que quede claro, la ley fue aprobada en el Concejo Deliberante, luego la Municipalidad la vetó y el Concejo eliminó ese veto. Ahora está definitivamente aprobado y la implementación le cabe al gobierno de la ciudad. La construcción del busto, por su parte, puede llevarse a cabo con la ayuda de iniciativas privadas”, explicó el concejal Felipe Michel.
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“Sobre los plazos, aún no tenemos una definición exacta, pero yo creo que estará todo listo en menos de un año”, agregó el exfutbolista, que también actuó en la liga de Arabia Saudita durante los años 90.
Pero más allá de la admiración que Maradona sentía por el pueblo brasileño, su gusto por las playas y el carnaval más famoso del mundo, el argentino siempre mostró su idolatría por Rivelino, uno de los principales integrantes de la Selección de Brasil que conquistó la Copa del Mundo de 1970, en México. Aquel equipo es recordado por practicar un fútbol de altísimo vuelo.
“Rivelino fue un grande, un maestro para mí. Era la elegancia y la rebeldía en persona. Al igual que yo, él era pura rebeldía contra los poderosos. Me enamoré de su juego y me cautivó como persona cuando tuve la oportunidad de conocerlo”, contó Maradona en su momento. “Siempre lo quise como amigo. Ahora perdimos a uno de los mayores jugadores del mundo y una persona muy especial para mí”, escribió Rivelino al enterarse de la muerte de su “admirador” argentino.
“La rivalidad entre Argentina y Brasil se limita a los partidos en los cuales nos enfrentamos, pero creo que ambos países sabemos admirar a ídolos como Ronaldinho, Pelé, Zico y Maradona, entre otros, sin poner atención en la camiseta o el escudo. El cariño de Maradona hacia Río de Janeiro era enorme y por eso creemos que este homenaje es fundamental, y aún más, frente al consulado argentino y en un lugar tan típico como Botafogo, frente a la Bahía de Guanabara”, sostuvo Felipe Michel.
Más allá del veto por parte de Paes y del voto en negativo de Carlos Bolsonaro en el Concejo Deliberante, algunos vecinos del barrio de Botafogo también se manifestaron en contra del nombramiento de la plaza y de la construcción de un busto en reconocimiento a la trayectoria de Maradona.
Para el concejal de Patriotas, eso es normal, pero se trata de una minoría. “Siempre existirán los que se oponen, aún más cuando sabemos de la rivalidad eterna entre argentinos y brasileños por el fútbol. Sin embargo, yo creo que el fútbol se trata de unión y educación. Por eso intento mostrar el importante papel que este deporte tiene en el terreno social”, concluyó.