“Diego Maradona era capaz de prodigios incomparables”: Juan Villoro
El escritor mexicano habló con El Espectador, a propósito del primer aniversario de la muerte de Diego Armando Maradona, que se cumple este jueves 25 de noviembre.
Laura Valeria López Guzmán - @Lauravalerialo, en Ciudad de México
“Cuando llegaba un mundial, Eduardo Galeano colgaba un letrero en la puerta de su casa que decía: ‘Cerrado por fútbol’. El fútbol es eso, un deporte que paraliza a todo el mundo cada cuatro años. Esta parálisis también fue producida cada vez que Maradona pisaba una cancha”, dice Juan Villoro mientras camina por las calles empedradas de Oaxaca.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
“Cuando llegaba un mundial, Eduardo Galeano colgaba un letrero en la puerta de su casa que decía: ‘Cerrado por fútbol’. El fútbol es eso, un deporte que paraliza a todo el mundo cada cuatro años. Esta parálisis también fue producida cada vez que Maradona pisaba una cancha”, dice Juan Villoro mientras camina por las calles empedradas de Oaxaca.
(Más de fútbol y literatura, aquí)
“A mí me interesa escribir de fútbol, no solo por el deporte, sino por lo que este suscita”. Para Villoro, enfocar parte de su pluma para hablar sobre este deporte se basa en relatar las ilusiones, los anhelos y las rivalidades que los jugadores delegan en el campo, pues en un partido se cristalizan muchas cosas que no necesariamente tienen que ver con lo que ocurre en la cancha, sino que también se manifiesta lo contencioso entre dos países o dos partes de una ciudad, causando así todo un mundo imaginario que le da un sentido adicional al fútbol.
Por otro lado, confesó que desde su postura como hincha aparecen las pasiones, las cuales terminan gobernando la objetividad en un partido: “Como hincha del Necaxa lo único que me importa es que gane y no me importa si lo hace con un gol en fuera de lugar; si el árbitro no se da cuenta, yo adoro a ese árbitro, pero como escritor de fútbol trato de ocuparme más en registrar mitologías. Por ejemplo, de cómo se conectó Maradona con la cultura de la gente argentina o por qué Robert Enke se suicidó”. El eje principal de los textos de Villoro se ha centrado en narrar la vida íntima de las jugadas públicas, la historia detrás de la acción que realiza un jugador.
Villoro escribió en su libro Dios es redondo que “el fútbol es, entre otras maravillas, un gran disparate físico. Maradona mide 1.62; en sus tiempos como profesional dormía hasta las once, corría sin ganas y digería con calma chicha (una ración más del espagueti del sábado se le notaba en el juego del domingo). Sin embargo, una tensión extraña le recorría el cuerpo. Aunque estuviera vestido de frac, parecía a punto de matar un balón con el pecho. Fue el mayor artista del capricho que ha conocido el fútbol, el más dramático y el que más ha influido en su equipo. Ni siquiera Pelé ejerció un liderazgo tan unánime. En el Mundial de 1986, Diego logró hacernos creer que cualquier selección hubiera sido campeona con él en punta. Durante la Eurocopa 2000, Platini comparó al 10 argentino con el monarca actual del fútbol. ‘Zidane hace con la pelota lo que Diego hacía con una naranja’”.
Lea también: Los pecados de D10S
Hace un año falleció la máxima leyenda del fútbol. Ese día las redes sociales colapsaron con mensajes e imágenes de Maradona. Todos los medios de comunicación no dejaron de presentar los momentos más icónicos del ‘10′ argentino. Al día siguiente las portadas de los diferentes diarios inundaron las calles del mundo con alguna foto del ‘Pelusa’. Su muerte significó tanto, que la familia de Carlos Bilardo decidió no contarle al exentrenador la partida de su más preciada joya por evitar alguna complicación en su salud; y también que Jorge Valdano, que según Villoro es la “mayor fuerza retórica emanada en el fútbol”, cuando le preguntaron al respecto en un programa de televisión, se quebró y comenzó a llorar.
Por último, según el también autor de Balón dividido, la muerte de Maradona fue un momento curiosamente tristísimo para todos los aficionados del fútbol. Según él, fue curiosamente porque unificó a muchas personas, pues aparecieron fotos en Buenos Aires de hinchas del River Plate abrazándose con hinchas de Boca Juniors, cosas que nunca antes se habían visto.
Y añadió: “Creo que Maradona tuvo dos grandes actitudes públicas: la primera, los goles que metió; y la segunda, el llanto, porque él lloraba mucho y lloraba sin ningún pudor al hablar de sus quebrantos. Él tuvo un programa de televisión, ‘La noche del ‘10′, en el que en varias ocasiones dejaba correr las lágrimas. Siempre fue una persona muy sentimental, y lo vimos así, más allá de muchísimos de sus errores fuera de la cancha y de los muchos abusos que cometió contra sí mismo y contra otras personas. Estas dos actitudes fueron bastantes insólitas en un mundo que se considera muy varonil. Por ejemplo, los uruguayos hablan de ‘la garra charrúa’ o España habla de su selección como ‘la furia’, es un mundo muy cargado de testosterona, pues el que se quiebra, el que es sentimental siempre es mal visto, y Maradona fue el mejor jugador de toda la historia y al mismo tiempo fue el más sentimental de todos nosotros, fue alguien que nunca pudimos imitar en la cancha, evidentemente, ya que él era capaz de prodigios incomparables, pero en algo lo pudimos imitar y fue en el sentimentalismo y creo que lo hicimos con su muerte, todo el mundo comenzó a llorar. Todos los testimonios que he leído y oído tienen que ver con esto. O sea, con la muerte de Maradona se dio el momento de reconciliación sentimental y de atrevimiento para una cultura machista como la latinoamericana. Hubo algo liberador en ver a tantos hombres vencidos, vulnerables. Él tuvo esa conexión sentimental con sus compañeros, con la gente y esto ha sido algo único. Aunque Pelé lo supera en títulos mundialistas y Messi en número de goles, ninguno logró conectar con las pasiones de la gente como lo hizo Diego Armando Maradona”.